Nuevamente se perdieron dos importantes ejemplares en el mundo de la fauna. Se tratan de un gato onza y un tatú cementerio, ambos en vías de extinción que perdieron la vida al ser atropellados el viernes por la noche en la ruta 105 a unos escasos 200 metros del peaje de San José.La infortunada noticia llegó unos minutos después dela medio noche al destacado herpetólogo, ambientalista, y especialista en animales, Amado Martínez, que expuso una vez más su preocupación por la muerte de animales en las rutas misioneras. Sin perder tiempo y más allá de tener otros importantes compromisos -era el cumpleaños de su esposa y además su aniversario de casamiento- Martínez se dirigió al lugar junto con su hijo y Diego Bentankur, que es un amigo y colaborador.Un vez en la ruta visualizaron al tatú cementerio o rabo molle (Cabassous tatouay). Posteriormente, a unos 4 kilómetros pasando el peaje dieron con el asombroso ejemplar de gato onza, que según los datos aportados tendría un metro y medio de largo y pesaría unos 12kg.El ambientalista dio aviso al Ministerio de Ecología e informó que se intentará conservar a los animales para usarlo como material didáctico.





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