Cómo hacer que cuenten más los momentos que pasen juntos. La calidad de tiempo con los hijos no se mide por lo entretenido que haya sido el rato que pasamos con ellos, por eso esta semana trataré de analizar junto a ustedes las diferentes alternativas, por cuestiones de espacio, esto será a modo de introducción, la semana próxima continuaremos viendo este apasionante tema. Apasionante porque de nuestros hijos se trata.Los padres de hoy tienen muchas más complicaciones para pasar tiempo con sus hijos que en épocas anteriores, el trabajo fuera de casa impacta directamente la forma en que deben administrar el tiempo para atender las necesidades tanto físicas como emocionales de los pequeños.Para un hijo es tan importante la calidad como la cantidad de tiempo que sus padres le brindan y ese equilibrio debe permitir a un padre conocer, comprender, saber qué sienten y quiénes son sus hijos. Lamentablemente muchas veces los padres se olvidan de lo más valioso que les pueden otorgar a sus hijos: el tiempo que pueden convivir con ellos. Tiempo para corregir, para educar, para adquirir hábitos, así como el tiempo que el niño requiere pasar con sus padres. Alguna vez usted, mamá o papá se ha preguntado: ¿Qué le gustaría a mi hijo hacer hoy con nosotros? ¿Recuerda usted qué hacía con sus padres cuando era niño? ¿Qué era lo que más le gustaba compartir con ellos? ¿Cuántas veces deseó tan sólo que lo abrazaran o lo besaran? ¿Ha pensado, de las 24 horas del día, cuánto tiempo dedica realmente a sus hijos?..Piense que brindarle un abrazo cariñoso a un niño, tan solo le restará cuatro o cinco segundos, de esos 86.400 segundos que tiene un día, ¿Es mucho pedir?,¿verdad que no? El niño cuando es pequeño necesita sentirse amado y cerca de sus seres queridos, simplemente por ser un niño. Que no sólo lo quieran por sus logros, porque se porte bien y obtenga buenas calificaciones, sino tan solo por ser parte esencial e importante de la familia.Recuerden que para ser un adulto sano y feliz, se debe haber sido un niño feliz, para poder amar y respetar a los demás, es importante haber sido amado y respetado de niño, para saber entregar nuestro tiempo a los demás, es necesario que de niño nuestros padres nos hayan entregado un poco de su tiempo… Pero no sólo como lo entendemos los adultos, sino como lo entiende el niño. A lo mejor para su hijo es importante que usted esté con él viendo en el televisor la serie de caricaturas que más le gusta, para su niña jugar a las muñecas, o incluso estar cerca de ustedes.En esta sociedad, con crisis de valores, es necesario rescatar lo más valioso que tenemos, como padres es nuestra responsabilidad la de crear un mundo mejor y de esperanza para los hijos, en el que ellos se sientan libres y creativos, para desarrollarse como personas.¿Qué podemos hacer para que nuestros hijos tengan deseos de prosperar y de salir adelante en la vida? Transmitirles un espíritu de lucha, de trabajo constante, de confianza en sí mismos y esto solamente se adquiere cuando el niño se siente a gusto por ser niño, se siente querido y respetado por sus padres. La autora del libro “De la culpa… a la calma”, Ángela Marulanda, escribe al respecto lo siguiente: “Parece que en nuestra loca carrera por estirar el tiempo, finalmente logramos hacer todo… menos vivir, si por ello entendemos compartir, jugar, reír, conversar, gozar… amar. Por andar ocupados en que nada les falte a los hijos, los padres no les damos más sino menos, menos sosiego, presencia, comprensión, menos de todo lo que precisan para crecer tranquilos”.“Los niños perciben cuando fingimos prestarles atención, pero realmente no lo estamos haciendo”. Si el tiempo que dedicás a tus hijos sólo alcanza para darles órdenes, suplicarles, corregirlos y apurarlos o sólo prestas atención cuando gritan, lloran o hacen alguna travesura, ese tiempo, aunque sea mucho, no es de calidad. La opción es buscar espacios para estar presentes de cuerpo y alma porque muchas de las dificultades que nuestros hijos enfrentan son el resultado de no haberse sentido suficientemente valorados por nosotros, porque no estuvimos ahí para ellos.“La calidad de tiempo con los hijos no se mide por lo entretenido que haya sido el rato que pasamos con ellos, sino por lo mucho que ese tiempo nos permita conocerlos. Es en esa quietud cuando son evidentes sus inquietudes, sus tristezas, sus dichas, es decir, lo que ocurre no fuera, sino dentro de nuestros hijos. Tenemos que propiciar encuentros en los que podamos percibir su confusión y orientarlos, así como sus cualidades y fortalezas para reafirmarlas”.“No son las diversiones sino nuestro interés y dedicación personal a los hijos lo que nos permite tejer con ellos esos lazos afectivos que no se dan con la mera convivencia, y que son los que les hacen ver que son lo más importante de nuestra vida, que los amamos más que a nadie”, eso es calidad y se debe dar en suficiente cantidad.1. OrganizateSi manejás bien tu horario, tendrás tiempo para todo. Entre más puedas, evita los “bomberazos”, donde te ves obligado a atender un asunto porque se ha vuelto una emergencia. Con un buen plan donde se cuente con la ayuda necesaria para cumplir con lo necesario tanto en el trabajo como en la casa, se puede disponer del tiempo libre de obligaciones ajenas. Delega, tanto en la oficina como en el hogar. No trates de hacer todo solo.2. SimplificaEn el trabajo, en la casa, con los amigos y hasta en el súper sumamos y sumamos, hasta que nuestros compromisos y actividades nos controlan y abruman. Dentro de la agenda, se debe mantener espacios limpios sin compromisos, para tener tiempo de descansar, pensar y renovarse.3. EnfocateCuando se está en el trabajo, se trabaja. Cuando estás divirtiéndote, pon tu atención en la diversión sin distraerte con preocupaciones de otro índole. Y cuando estás con tus hijos, hazles caso. Apaga el celular, la tele y la computadora y dedicales toda tu atención. Te pueden sorprender con detalles que no conocías de ellos, y estarás construyendo puentes de comunicación que no tienen precio.4. RespetaEl tiempo de tus hijos es para ellos y nadie más. No permitas que otros asuntos interrumpan. Salir de casa puede rendirte inaccesible a los interruptores: vete con tus hijos de campamento, sal a comer un helado o al cine, alejate del teléfono. Si tus hijos ven por tus acciones que verdaderamente valoras este tiempo con ellos, aprenderán a apreciarlo también y cuidarlo igual que tú.5. Sé predecibleAparta el mismo tiempo especial cada semana. Si es una noche especial para la familia, que sea la misma noche cada semana. Es muy importante que este tiempo se vuelva hábito familiar.Hasta aquí llegamos, la semana próxima continuaremos.Colaboración: Báez Myrian MabelLic. en Psicopedagogí[email protected]





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