Con la satisfacción de haber cumplido uno de sus grandes sueños, Osvaldo Daniel “Cacho” Martínez presentó su libro titulado “El Potrero del Fútbol, Pasión y Vida”, una obra que repasa la historia de las “viejas canchitas de barrio”, donde el autor refleja todo lo que se vivía en esos “templos sagrados” para la “gurisada” de esa época.Con 21 capítulos, de los cuales los diez primeros no llevan nombres propios ni fechas, como sí los once restantes donde aparecen personajes ligados íntimamente al fútbol, el libro repasa la historia de los “potreros” del barrio, donde se tejían un sinnúmero de historias.El libro va desmenuzando desde cómo se armaban las canchitas, limpiando el terreno, montando los arcos con tacuaras, palos o lo que había, hasta las grandes charlas que se sucedían después de cada “picado”, donde tomando una “coca” los protagonistas recordaban esa jugada que no fue gol.En una charla con DE PRIMERA, “Cacho” Martínez comentó que el libro “es un humilde homenaje a mi infancia y a la de tantos otros”.“La idea no es comparar lo de ayer con lo de hoy. Pero el libro en sí trata de rescatar la inocencia pura del ayer, como nos divertíamos. Hoy, por ejemplo, el chico quiere ir a jugar a la pelota y los padres tienen que pagar una cuota mensual, antes todos tenían un potrero a la vuelta de la esquina” recordó.“Dentro de las cuatro avenidas y en los barrios cercanos había un montón de terrenos y ahí se creaban los potreros, porque la gurisada se metía, limpiaba el terreno, armaba su canchita y pasaban todas las cosas que yo cuento, con los vecinos, con los amigos y todo lo que se refleja en el libro. Pero, hoy en día, hay que situarse también en el progreso. Posadas creció mucho y cuesta encontrar un lugar, el potrero está en extinción y fue reemplazado por las escuelitas de fútbol y las canchas de fútbol cinco o soccer, como las llaman. Pero para que tu hijo juegue ahí vos tenés que pagar”, expresó durante la charla.Asimismo, el autor afirmó: “En realidad, lo que persigue este libro es que el lector se sienta identificado con su potrero de fútbol. Por eso, los primeros diez capítulos no llevan nombres propios ni fechas. Después sí, porque desde el once al veintiuno hay un referente de cada especialidad, un médico, un barrabrava, un utilero y otros más, que van contando sus anécdotas y vivencias personales. Pero, en sí, busco que el lector se sienta identificado, como te dije antes, y que le cuente a sus hijos las vivencias del ayer. El objetivo es ese, porque la gurisada de hoy no conoce la diversión pura y sana que teníamos nosotros, están en su mundo, con la tecnología y otras cosas”.Un regalo para “Doña Lita”“Este libro es un regalo para mi madre, que se me está yendo (N de la R: cuando se hizo la nota, la mamá de Cacho estaba muy grave y, lamentablemente, falleció el 31 de diciembre). Sí, es para mi mamá Matilde, más conocida como Doña Lita, es como un tributo a mi infancia”, se emocionó.Al final de la charla, rescató: “Lo bueno es que cada lector, cuando empieza con el libro dice uhh, yo me acuerdo de mi canchita y vienen todos los recuerdos. Pero ojalá que lo lean también los chicos, porque este es un libro abierto a todos, a las personas grandes, a las de nuestra generación y para los chicos de ahora, que si bien no vivieron lo que vivimos nosotros, leyendo pueden imaginarse lo que era”.AgradecimientosEl autor destacó a todos los que colaboraron para la realización del libro, y especialmente el apoyo brindado por Joaquín Losada. Los que deseen contactarse con él podrán hacerlo vía Facebook en Osvaldo Daniel Martínez.




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