Sebastián Vega (35) estaba amenazado y sabía que irían a buscarlo. Por eso, en la noche del miércoles 16 de diciembre salió a bordo del automóvil de su hermana en busca de un arma de fuego para comprar. Sin embargo, el “vendedor” no era tal, si no uno de los sicarios que lo ejecutó a modo de venganza.Esa es la teoría que por estas horas gana fuerza en<a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/210232/los-acribillaron-a-balazos-y-se-investiga-un-ajuste-de-cuentas-narco.html"> la investigación por el doble crimen de Vega y Rodrigo Ibarra</a> (37), en base a testimonios recogidos en las últimas horas por los efectivos de la Dirección Homicidios de la Policía provincial y de la Saic.Las fuentes contaron a PRIMERA?EDICIÓN que esos últimos relatos indican que Vega había sido amenazado recientemente por quien sería un “caponarco” paraguayo, en virtud de una serie de “desencuentros económicos” entre ambos. La presunta vinculación con redes de tráfico de drogas sigue firme.Es por ello que días antes de ser asesinado había comenzado a averigüar los precios y modelos de armas de fuego en el mercado negro posadeño. Y allí los detectives no descartan nada, incluso que los sicarios hayan aprovechado esa situación para hacerse pasar por supuestos vendedores y así engañar al hombre que buscaban.Eso explicaría en parte el hallazgo de más de siete mil pesos en efectivo en uno de sus bolsillos. Aquella hipótesis sostiene entonces que los asesinos pudieron hacerse pasar por vendedores y citaron a Vega e Ibarra en un determinado lugar. Después, hicieron lo que hicieron.Huellas y misterioAl margen de las teorías, la ciencia de a poco comienza a aportar pruebas al trabajo de los investigadores. Este martes, por ejemplo, trascendió que la prueba de vapores de cianocrilato realizada sobre el Chevrolet Agile en el que fueron encontrados los cuerpos arrojó un total de quince impresiones de huellas dactilares.Ese es el resultado cuantitativo. Ahora falta el cualitativo, es decir, establecer si esas huellas pertenecen únicamente a Vega, Ibarra y quizás el círculo íntimo del primero -el auto es propiedad de un familiar- o si por el contrario los asesinos también dejaron sus rastros plasmados en el vehículo. Esa es la esperanza a la que se aferran los criminalistas.Los cuerpos de Vega e Ibarra fueron hallados alrededor de las 10.45 del jueves pasado en el interior de un Agile, sobre avenida Bustamante casi calle 97, cerca del monte El Acuerdo de la capital provincial.Ambos fueron acribillados a balazos por presuntos sicarios, quienes abandonaron la escena y se llevaron los teléfonos celulares de las víctimas para ocultar rastros, según suposiciones.Entre el manojo de teorías se sostiene la hipótesis que apunta hacia un ajuste en virtud de que una de las presuntas redes narco involucradas había perdido más de 20 toneladas de marihuana en requisas de las autoridades.




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