Una fila de algo más de veinte personas se apiña bajo el techo que resulta escaso frente a la oficina de Migraciones en la cabecera del puente Internacional Roque González de Santa Cruz. La mayoría, con notable acento extranjero, explica ante la consulta de PRIMERA EDICIÓN (de incógnito en el lugar) que se encuentran esperando a que llegue el colectivo internacional porque de lo contrario no les abren la puerta para hacer el “pase al país”. Tras esperar en compañía de ellos, bajo un cielo encapotado e inminente chaparrón, este Diario comprobó la veracidad de varias denuncias formuladas a la redacción sobre la “bochornosa” situación a la cual empezaron a ser sometidas todas las personas que llegan al centro de frontera, caminando, para hacer el trámite y abordar desde allí el transporte transnacional. Una vez expuestos los motivos por los cuales PRIMERA EDICIÓN se encuentra en el lugar, empieza una llamativa situación en donde las escasas explicaciones de los funcionarios de turno -y también las más recurrentes. son: “cumplimos ordenes de arriba”.En diálogo extraoficial con la jefa del sector, quien aludió a no estar autorizada para hacer declaraciones a la prensa, simplemente atinó a mostrarse “sorprendida” al tiempo que sostuvo: “Es una realidad del paso que todos los ciudadanos tienen que salir en un vehículo. Las personas que ingresan se las va registrando y después deben esperar a retomar su viaje. A diario hay una gran cantidad de gente que baja de los vehículos y no toma conciencia de los riesgos de estar circulando por el viaducto, pero bueno, la tarea de controlar la circulación corresponde a Gendarmería”, reconoció. En oposición a estas declaraciones, el delegado de Migraciones en Misiones, Daniel Dominguez, rechazó rotundamente que exista una “resolución” por la cual no se pueda tomar el trámite a la persona que haya llegado al puente para cruzar la frontera.“El control tiene que hacerse. No se puede hacer esperar a nadie por una cuestión de transporte, que no es un tema nuestro. Si después del control migratorio hay gente que espera al colectivo, es otra cosa, pero nunca al revés como esto de que primero se espere la llegada del colectivo como algo obligatorio para hacer el papeleo en Migraciones. El agente de migraciones no puede tener esperando a las personas que van a cruzar la frontera, la cuestión de cómo se traslada ya es cosa de la persona con la empresa de colectivos”, manifestó Dominguez con rigidez tras la consulta a ese respecto. Insistió el delegado: “Toda persona puede llegar hasta el centro de frontera, caminando, en moto, remis o cualquier otro medio de transporte, con la documentación que acredite identidad para hacer el control migratorio y en la oficina tienen la obligación de tomar el trámite y controlar. Si la forma de transitar es abordar el colectivo para cruzar la frontera, esa es una cuestión absolutamente ajena al control”. “La persona que llega hasta el centro de frontera, supongamos caminando, se puede acercar tranquilamente a hacer el tramite migratorio y no debe haber nada que se lo impida. No existe ninguna resolución que establezca lo contrario”, sentenció.“Violación a los Derechos Humanos”Rodrigo Bacigalupi, abogado y profesor de Derecho Constitucional también brindó su punto de vista sobre los hechos: “No tiene sentido hacer esperar de manera indigna bajo la lluvia o el sol a la persona que llegó caminando para cruzar. Hacerla esperar inútilmente para proceder a la realización del trámite de la migración aludiendo a que tienen que esperar un colectivo. Es absurda esa respuesta a la gente, evidencia un destrato para el pasajero y es una falta de respeto a un derecho humano básico que es el trato digno a una persona”.“Es una arbitrariedad y una medida sin sentido que solamente perjudica a las personas a quienes las hacen esperar, perder tiempo, generando malestar sobre todo en esta época en la que estamos en víspera de las fiestas y comienzan a llegar viajeros de otras provincias, para cruzar a su país de origen con lo cual deberían inmediatamente modificar esta medida que es absurda”, sintetizó Bacigalupi.“En Democracia las instrucciones injustas no deben cumplirse. Si son ilegitimas o injustas no deben cumplirse. Ya la Corte Suprema se ha manifestado sobre lo que es la “Obediencia Debida” y ha declarado inconstitucional aquellas normas que justificaban una conducta invocando la obediencia debida. Si bien estas leyes eran más vistas en aquellos casos lamentables donde estaba la cuestión de la vida y la libertad, lo mismo está sucediendo en los casos en que un empleado cumpla una orden que es contraria a los derechos humanos fundamentales, como es el trato digno a las personas, sean extranjeras o no”.





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