DHYANA Y SAMÂDHI. Son incontables los testimonios de grandes autores, compositores, filósofos, científicos, psicólogos, poetas y religiosos occidentales acerca de revelaciones repentinas que van más allá de una idea brillante. Leibniz fue de los primeros en mencionar que hay planos de actividad mental distintos del plano de la conciencia ordinaria, animando a pensadores posteriores a sostener que un elevado porcentaje de nuestras operaciones mentales está fuera de dicho plano. Para Wundt los actos psíquicos difieren mucho en la conciencia pero la observación psicológica muestra unidad, si bien “el agente de esta unidad está fuera de la conciencia, la cual conoce sólo el resultado de la obra hecha en el laboratorio desconocido que está tras ella… Nuestra mente felizmente adecuada prepara las bases del conocimiento, pero no tenemos la menor idea del modus operandi”. Otro ejemplo fue aportado por el inventor Elmer Gates, al referirse a los reiterados fracasos en el intento de resolver determinado problema, cuando “repentinamente una idea brilla y da la solución. Hubo un proceso en acción. No creamos volitivamente nuestro pensamiento sino que ocurre en nosotros. Somos receptores más o menos pasivos. Nuestra mentalización es en gran parte el resultado del Todo Cósmico que nos supera”.Estábamos en las primeras décadas del siglo XX, cuando se producía casi simultáneamente el avance científico en Occidente y su contacto con la sabiduría oriental. Por entonces William Atkinson expresó: “Los yoguis han enseñado siempre que la mente tiene varios planos de manifestación y acción, y que algunos de ellos operan por encima y otros por debajo del plano de la conciencia ordinaria. La ciencia occidental ya lo reconoce así.”Y aquí llegamos a la coronación de todo el Sadhana (sendero, disciplina) del Raja Yoga (Yoga Real) de Patanjali. Así como la concentración profunda (DHARANA) conduce a la absorción meditativa (DHYANA), el SAMÂDHI (autorrealización, énstasis, bienaventuranza, estado de gracia) puede surgir cuando los remolinos (vrittis) de la consciencia son aquietados. En el ahora. Son tres estados en existencia simultánea (Samyamah), que se liberaron del nivel de cognición en tres gradaciones luego de un proceso continuo de unificación mental. “Todos los demás estadios que hay por debajo están completamente limitados por el nivel de cognición”, determinados por el tiempo y la sucesión, por el devenir de la conciencia, explica Krishnamacharya. “La conciencia pura es original y está más allá de los estadios” y “cuando la existencia simultánea es experimentada, se produce la iluminación de la conciencia” dice Patanjali.Ninguna definición formal podrá transmitir la naturaleza de esta condición que trasciende la experiencia cotidiana, cuando ocurre el conocimiento unitivo, el “conocer por tornarse”, la fusión completa de sujeto y objeto, la “naturaleza superior” según el Bhagavad Gita. Por eso lo dejamos ahí. Pero Patanjali agrega: “El brillo de esta conciencia pura es para ser utilizado entre los diversos planos de existencia”. Y Krishnamacharya explica: “La práctica del Yoga no tiene fin en sí misma. Tiene que ser aplicada a la vida diaria como el sol transforma la oscuridad en luz”. Namasté.Colabora: Ana Laborde Profesora de Yoga [email protected]





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