Cuando una amiga de la familia Lezcano que
vive en Mar del Plata se enteró que Tomy estaba allí, listo para
competir en los Juegos Evita, no dudó en ir hasta el lugar donde se
desarrollaban las competencias. Via WhatsApp mantenía informada a la
familia que se emocionó muchísimo cuando la mujer le contaba que Tomy
había ganado la competición de la carrera de ochenta metros. Pero la
desilusión llegó cuando la familia se enteró que Tomy no tendría
medallas porque había sido mal categorizado en Misiones y, como
penalización, había sido descalificado. Sucede
que Tomy tiene parálisis cerebral, condición con la que nació. Sin
embargo, ese hecho nunca lo detuvo. Tuvo múltiples operaciones pero
siempre supo cómo sobreponerse. Esta situación reconoció Nahuel Lamas,
su profesor, y lo invitó a participar de las instancias zonales y
provinciales para llegar a Mar del Plata y que pueda encontrarse y
codearse con chicos de su edad para aprender de sus experiencias. Tras
la firma de las autorizaciones correspondientes, Tomy estaba listo para
viajar. Pero
los problemas comenzaron desde el primer día. Tomy se había entrenado
durante meses con una silla particular, hecha a medida, en el
polideportivo de Jardín América. La misma que su familia pidió que la
camioneta para discapacitados lleve hasta la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, le avisaron que la misma estaba reservada para el equipo de
vóley y que eso no sería posible. “Entonces, otra camioneta trajo la
silla de nuestro hijo a Posadas, pero cuando llegó, se olvidó de
bajarla”, relató Carlos Lezcano, padre de Tomy, en diálogo con PRIMERA
EDICIÓN. Tuvieron que comunicarse con otras personas para hacer que la
camioneta vuelva de Jardín América. “Tomy quería ir con su silla, con la
que había practicado tanto tiempo”, aseguró su papá.Una
vez en Mar del Plata, “fuimos a la clasificación del martes. Nos
pusimos en la fila de PC (parálisis cerebral) y cuando entramos, un
doctor nos dice que Tomy estaba registrado como Motor (cuando un chico
tiene una discapacidad a causa de un accidente) y que debíamos ir ahí.
En ese lugar, tras hacerle preguntas a Tomy, nos dijeron que es PC y se
lo clasifica como PC 33. El miércoles era la competencia pero nos decían
que podíamos ser penalizados”, señaló Nahuel Lamas, su profesor. Pasa
que un competidor de Motor, si bien puede tener una amputación, no
tiene comprometidas sus funciones superiores, como sí es el caso del PC.
“Entonces, se puede tomar como una ventaja que un Motor se quiera pasar
a PC. Pero en el caso de Tomy fue un error, él es de la categoría PC”,
señaló Lamas. “Lo quisieron hacer pasar por tramposo”, dijo su papá. En
ese momento, Lamas se dio cuenta de que él nunca había firmado nada ni
le habían mostrado ningún papel sobre cuál era la clasificación en la
que estaba Tomás. “Pasa que en Misiones no tenemos gente que clasifique.
Eso lo hacen en la competencia”, indicó. El día de la carrera se
enteraron que Tomy había sido penalizado y que correría como
“participante”. “Sentimos una impotencia muy grande porque nadie se hizo
cargo de la situación”, dijo su entrenador. “Gané la carrera del
miércoles, le saqué como quince metros al segundo y no me dieron ninguna
medalla. A mi entrenador le cayó mal y a mí también”, dijo Tomy a
PRIMERA EDICIÓN. Carlos
y Karina, los papás de Tomy, no se quedaron quietos. Comenzaron a
levantar los teléfonos para que alguien se haga cargo por el error que
cometieron con su hijo. También lo hizo Nahuel en Mar del Plata. Tanta
insistencia rindió frutos, porque Tomy pudo participar en lanzamiento de
bala como competidor. “Hice un tiro de 2,56 metros con una bala que
pesaba cinco kilos”, señaló a este Diario. Esa distancia le valió el
primer puesto de la competición y una medalla, la única que se trajo. “Hay
que dividir lo bueno de lo malo. La vivencia fue algo positivo para
Tomy, yo buscaba que comparta y salga un poco del ambiente de la
familia. Él disfrutó y creo que le gustó porque me dijo que el año que
viene quiere entrenarse para ir de nuevo”, dijo Lamas. Pero
para sus padres la bronca no se va. “Queremos que se sepa esto para que
no haya otro Tomás”, señaló su papá. “Después de esto que pasó, el año
que viene vamos a estar atentos a cada detalle. Para él fue muy duro ir y
no ganar porque fue descalificado por un error de otro, un error del
que nadie se hace cargo”, dijo su mamá Karina. ¿El
pedido? “Más compromiso con los chicos discapacitados y gente formada
que se interese y no vaya a pasear ocupando lugares de otros”,
finalizaron.





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