Aunque Grecia hoy en día está pasando un proceso político fuerte, no por esto deja de ser, Grecia la mística. Visitarla es ir a un baile con los ángeles, donde se festeja la vida, la evolución del alma. Si no puedes caminar por sus piedras, la puedes conocer con Zorba, el griego.¿Por qué te sugiero esta novela?Recuerdo el vuelo a Grecia. El día era brillante, ni una sola nube, la pequeña ventanilla del avión fue la primera que me presentó Grecia, rodeada por el mar.En el asiento detrás nuestro, una señora decía a su esposo: “Me imagino bailando como Zorba el griego en la playa”.Uuuuf esta sí que es más que una novela. El autor Kazantzakis, representa en Zorba, el griego, lo que más nos cuesta manifestar a las personas, “la libertad de pensamiento, de vivir en la verdad, sin miedos, ni culpas”.El pobre autor, lo pasó muy mal por escribir esta novela. La Iglesia lo presionó para que no publicara su libro, si lo hacía lo condenaban públicamente y así le fue, por desafiar las normas, fue excomulgado.El personaje Zorba es la imagen del hombre que no quiere ser reprimido, que no tiene miedo a las amenazas de dedos inquisidores. Es la imagen de la persona, el que vive el aquí y ahora, el momento presente que le alcanza y le sobra. Con la sencillez de su alma, descubre la verdad absoluta de lo ilimitado, de lo nuevo.Zorba tiene un amo, que vive sentado, triste, enojado por la envidia que tiene su corazón; acumulando cosas, mirando a través de una ventana, perdido en el materialismo; un hombre calculador, reprochador, miedoso, lleno de efímeras responsabilidades que lo acongojan por no cumplirlas.La vida de Zorba es simple, vive el hoy, trabaja, se deja llevar por su alma, y discierne con la espontaneidad del espíritu, sin ansiedad, sin preocuparse por el pecado o la virtud. Entretenido en los caminos de la vida, bebiendo, comiendo, seduciendo, bailando.Ante los reproches de su amo, por entretenerse tres días de festejos y baile, y no cumplir con el mandado, sólo responde: ¿A quién le preocupan las cosas sin importancia, cuando tienes alrededor cosas tan hermosas?Uno llega a Grecia y esa parte triste que todos tenemos, ese amo reprimido por las responsabilidades cotidianas, con miedo a disfrutar, reír, abrazar, bailar, que no nos deja perdernos en algunas mal llamadas tentaciones, se evapora y da lugar al hombre “ Zorba” libre de ansiedades, culpas, reproches. El hombre que festeja la vida, que reconoce a Dios en la creación, en lo natural, en las relaciones humanas, en los ojos de todas y cada una de las personas.A Grecia la puedes visitar en cuerpo o con las alas de mensajes escritos que dejaron sus sabios filósofos, poetas, músicos… No importa como lo hagas, ella te recibe, te abraza y baila contigo en las arenas de la existencia, con la música que cantan los ángeles, sin miedo de las críticas de ningún hombre.Te invito hacer un baile imaginario en las arenas de Grecia.Trata de conseguir la música de Zorba el Griego, o una melodía que te incite a bailar.Comienza el baile imaginando que estás en Grecia, delante de un mar con aguas celestes y… bailas.Gira en círculo, torna tu cadera hacia un lado y otro, dobla las piernas dejando el pie en el aire, coloca los brazos en forma de cruz, mientras bailas. Siente tu cuerpo libre, los brazos despegados del cuerpo, como alas listas para tomar vuelo; el orgullo de las rodillas doblegado hacia un camino sin tiempo, sin la seguridad de lo material. En cada movimiento de los pies en el aire, te sueltas de los apegos, de los malos recuerdos.Deja que la música baile en tu mente. Eres libre, limpia tu mente de los miedos, vuela con tu imaginación, con la música.Cuando termine la melodía toma unos segundos para descansar y pedir que los ángeles coloquen sobre tu cabeza la corona de olivo de bendición y puedes descansar, relajarte, el viaje ha terminado.Paz y bienHasta la próxima semana.Colabora: María Benetti Meiriño. Autora de libros y guía para meditación. [email protected]





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