POSADAS. Julio Héctor “Cachilo” Rodríguez lleva casi treinta años como jefe máximo del Sindicato de Luz y Fuerza de Misiones, cargo que le permitió alcanzar la presidencia de la hoy deficitaria Emsa durante doce años y le abrió, de par a par, las puertas del poder, la política y los manejos millonarios.Este lunes se presenta nuevamente a elecciones para tratar de ser votado por otros cuatro años más, buscando hacer creer a los afiliados que en los próximos años conseguirá las mejoras que no consiguió en casi treinta años.La mayoría de las veces fue elegido por lista única, sin rival enfrente. Sin embargo, en esta ocasión, se unieron tres sectores que históricamente estuvieron en contra de sus manejos poco claros del sindicato y de la empresa. La lista Verde y Blanca lleva a Héctor “Quique” Gargantini y Rubén Stepaniuk como candidatos a secretarios general y adjunto respectivamente, buscando cambiar la realidad del gremio, los servicios y los afiliados. Los manejos de CachiloEn sus doce años como presidente de Electricidad de Misiones Sociedad Anónima fue “Cachilo” Rodríguez quien comenzó con el pago en cuotas de las horas extra, y bonificaciones como la Anual Extraordinaria (conocida como BAE), Vacaciones y Turismo. Antes se pagaban de una sola vez.A su salida de la presidencia de Emsa, en octubre de 2003, los trabajadores llevaban tres años de retrasos salariales y fue él quien comenzó con el plan de pago en cuotas y demoras en los depósitos de sueldo, cobrando entre el 10 y 15 de cada mes.Los trabajadores recuerdan que en los doce años de presidente, jamás otorgó un aumento salarial a los trabajadores de la empresa y justo antes de su salida de la presidencia dijo que el decreto presidencial 392/03 y otros, que eran de aumentos salariales, no eran aplicables a Emsa, rechazando de manera arbitraria la aplicación de los mismos. Lo que produjo a futuro que el salario de Emsa se ubique casi en 50% por debajo de la media nacional, situación que aún no fue corregida y desató en el año 2004 una catarata de juicios (más de 500 presentaciones) propiciadas por el mismo sindicato para la aplicación de los decretos antes negados.Las cooperativas del interior sí cobraron estos aumentos y por eso tienen mejores sueldos. Para colmo, los tres diputados provinciales que tuvo Luz y Fuerza en la Legislatura votaron junto con el Gobierno por los descuentos salariales como el Iete y otros, perjudicando a sus afiliados.Siendo presidente, Rodríguez vendió el ciclo combinado de La Tablada que generaba 64 MGW a una empresa del Sur del país en la irrisoria suma de 2,5 millones de pesos/dólares en los años 90. Esta central junto con la producción de Urugua-í prácticamente autoabastecían al sistema provincial. Por esta maniobra quedaron sin ocupación cientos de trabajadores lucifuercistas que debieron ser reubicados en otras áreas. Nunca se difundió el destino que tuvo el dinero de esa venta. Lo mismo ocurrió con la Gerencia de Electrificación Rural, encargada de construir líneas rurales en toda la provincia, comenzando con las tercerizaciones de obras en manos de empresas privadas afines y amigas al secretario general; después siguieron las líneas de transmisión que construía La Tablada y las obras urbanas de redes y servicios, dejando las obras en manos de los privados y apenas las emergencias para los empleados de Emsa, que se encuentran formados y capacitados para esas tareas tercerizadas.En este tiempo la farmacia del sindicato desapareció y la obra social se convirtió en un cascarón vacío, con deficiente atención en Posadas y nula en el interior (los afiliados deben pagar plus, sólo dos afiliados por día con cada médico, se adeudan más de seis meses a una clínica privada); además de ser diezmadas por la utilización política para la Agrupación 13 de Julio.La compra que no fueOtro de los manejos turbios fue un intento del Sindicato, bajo la conducción de Cachilo, de comprar la empresa Emsa y para lo cual todos los afiliados tuvieron que poner un porcentual de su salario durante varios meses. Se habrían recaudado unos 20 millones de dólares como “cesión de crédito”, luego se retrocedió con la idea y se habría reintegrado el 70% a los trabajadores, pero en pesos, y el 30% se habría utilizado para comprar propiedades en diversos puntos de la provincia, que muchos trabajadores ni siquiera conocen de su existencia ni ubicación.En el año 2003. “Cachilo” fue candidato a vicegobernador de Ramón Puerta, cayendo derrotado y pasando al ostracismo político, habría dejado deudas cuantiosas a proveedores de la provincia y la Nación, deudas salariales, deudas millonarias con la Federación de Luz y Fuerza de aportes sindicales y obra social y habría quedado una farmacia prácticamente fundida.En 2005, Rodríguez estuvo de vuelta en el ruedo político como “renovador”; y en 2007 comenzó una nueva telaraña política, que tuvo como corolario la escandalosa caída de Héctor López Ricci de la presidencia, en el año 2009, con la toma de Emsa que fuera como dijo el mismo “Cachilo” “responsabilidad únicamente mía” y a pesar de eso aún no fue siquiera llamado a declarar por la Justicia misionera. Dicen los habitúes de las playas correntinas que lo suelen encontrar compartiendo tardes de pesca con un funcionario judicial vinculado a la causa que lo involucraba.Actualmente, forjó una relación política y económica muy fuerte con el actual presidente de Emsa, Sergio Ferreira, al punto que en su discurso realizado en julio pasado en Oberá (cuando celebraban el día del trabajador de la electricidad) “Cachilo” pidió frente a todos los seguidores el apoyo para una nueva gestión de Ferreira al frente de la empresa, sorprendiendo a todos los trabajadores que esperaban que el pedido sea para mejorar las condiciones salariales y laborales.Ceder las deudasLa influencia de Rodríguez es innegable en las decisiones que toma Ferreira sobre los manejos de la empresa. En paralelo, la deficitaria Emsa atraviesa el peor momento económico de su historia, necesitando aportes constantes y millonarios del Gobierno provincial, y con un balance que arrojaría un patrimonio neto negativo de 61 millones de pesos y 249 millones de pérdida. Para corregir este “desfasaje” se estaría realizando un revalúo de todos los bienes y propiedades de Emsa, con tal de achicar ese negativo alarmante. La solución del pope sindical, según dijo a los compañeros, es licuar las deudas salariales en favor de la empresa, porque según él serían i
mpagables, sugiriendo a los trabajadores “un esfuerzo más para salvar la empresa” y cuidar la fuente laboral. La idea sería arrancar de cero hacia adelante a partir de 2016, pero resignando las deudas (Emsa, por ejemplo, adeuda BAE desde 2013, vacaciones desde julio de 2014 y horas extra desde septiembre de 2014). La primera experiencia fue con los jóvenes empleados del artículo 5 a los que no les pagaron las horas extra y les dijeron que correría como pago por capacitación.Cooperativas deficitariasConsultado sobre las cooperativas “Cachilo” Rodríguez expresó que “hay algunas que no tienen razón de existir”. Hizo referencia directa a la 25 de Mayo diciendo que “le debe 10 millones de pesos a Emsa, no pagan Anses los aportes de obra social ni la cuota sindical, es un desastre, no puede seguir existiendo, no cumple con los compromisos y atrasa a toda la población”. Sugiriendo además que las otras cooperativas subsisten gracias a la venta de energía eléctrica y los subsidios y se mostró a favor de una sola empresa provincial que administre todo desde Posadas. La impronta que le dio “Cachilo” Rodríguez a su paso por el sindicato y Emsa en estos casi treinta años fue caracterizada por los castigos y la intolerancia a las opiniones contrarias, el manejo económico poco claro y el deterioro del sistema eléctrico provincial, de la obra social, de la farmacia, de la calidad de vida del trabajador y la precarización laboral.





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