PUERTO RICO. Por orden del juez de Instrucción I de Puerto Rico, Éctor Acosta, ayer a la tarde fueron trasladados a la nueva cárcel del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) ocho presos que se hallaban alojados en la comisaría Primera de esta localidad, señalaron fuentes oficiales.De dicha seccional se fugaron dos internos el pasado lunes, en confusas circunstancias y que, tal como publicó ayer en exclusiva PRIMERA EDICIÓN, no se descarta e incluso se investiga si no contaron con la complicidad de quienes tenían que vigilarlos. La mencionada medida al parecer obedece a “cuestiones de seguridad” y tendría como objetivo “descomprimir la ya colapsada capacidad de las seccionales de la jurisdicción policial comprendida en la Unidad Regional IV, con asiento en Puerto Rico, aseguró un portavoz del caso. Es que justamente con la fuga de estos detenidos -ambos con frondosos prontuarios- quedaron al descubierto muchas falencias relacionadas a la precaria capacidad de las seccionales con las que cuenta la fuerza provincial. A lo que se suma la falta de personal. Aunque en menor medida, las autoridades también temen un “efecto dominó en la población carcelaria de las dependencias policiales, donde se sabe no se cuenta con un estándar de seguridad alto, precisó la misma fuente. El traslado de los internos de la seccional Primera, fue realizado ayer a las 15.30, en un mega operativo de seguridad que fue desplegado en forma conjunta por efectivos policiales y del SPP. Policías en la miraComo informó este diario en la edición de ayer; son cuatro los uniformados que aparecen en el ojo de la tormenta y en el centro de la sospecha judicial tras la evasión que fue detectada el pasado lunes. En un principio, están siendo investigados por la supuesta comisión de los delitos previstos en el artículo 281 del Código Penal, referido a las penas previstas para el personal policial, o de otra fuerza de seguridad, involucrado en la fuga de un detenido, sobre todo si es por complicidad o negligencia. Voceros de la investigación indicaron que los policías encargados de custodiar a los detenidos, comúnmente llamados “llaveros”, tenían sus respectivas llaves. Sobre este punto se centran las sospechas. Un portavoz del caso indicó que los candados no estaban violentados, razón por la que cobró fuerza la teoría de que contaron con algún tipo de ayuda. Se trata de establecer desde la investigación si la evasión fue perpetrada entre las 4 y las 7 del lunes pasado. Pero la duda surgió, como adelantó ayer este Diario, cuando el relevo arribó a las 4 a la comisaría, y donde se habrían cruzado con el que dejaba la guardia. “Está todo tranquilo”, le habría dicho. El que recién llegó, aparentemente, no se tomó el trabajo de controlar la cantidad de detenidos y principalmente, si estaban todos. Entonces, no está confirmado si los fugitivos escaparon antes o después de las 4. Ese mismo lunes trascendió que los dos criminales habían cortado varios candados. Pero una nueva teoría indica que estos objetos no fueron violentados. Será parte de la investigación determinar el modus operandi de la evasión. Más traslados en los próximos díasEn las próximas semanas serán trasladados al menos diez presos que se encuentran alojados en la comisaría Segunda de Puerto Rico. Los prófugos fueron identificados como Pablo Gastón Benítez (20), oriundo de Jardín América, y Miguel Ángel Rivero (33), de Oberá, quienes hasta anoche eran intensamente buscados. El primero está imputado en una causa por abuso sexual. El otro, por su presunta participación en un robo a mano armada.





Discussion about this post