PUERTO RICO. Dos temibles criminales escaparon ayer de la comisaría seccional Primera de esta ciudad, en un episodio poco claro que es investigado por la propia Policía y por el Juzgado de Instrucción 1, a cargo del magistrado Éctor Acosta. Al parecer, los detenidos cortaron tres candados antes de ganar la calle y escapar con rumbo desconocido.Rápidamente, las dudas se abatieron sobre las circunstancias de la fuga y los primeros en aparecer en el centro de las sospechas fueron los policías que trabajaron en la guardia durante la madrugada de ayer.Ni bien fue puesto en conocimiento de la fuga, el juez Acosta dispuso la demora preventiva de cuatro uniformados, aparentemente un oficial y tres suboficiales, al menos hasta que se esclarezcan las circunstancias del hecho.Una fuente consultada ayer por este diario indicó que “resulta cuanto menos llamativo que estos tipos hubieran cortado tres candados y nadie haya escuchado absolutamente nada”.En este sentido, trascendió que una parte o todo el personal policial que estuvo de guardia podría afrontar cargos por “incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Esto, si no se determina algún grado de complicidad o colaboración con la evasión, lo que inexorablemente agravaría la situación de los implicados.De acuerdo con información a la que tuvo acceso PRIMERA EDICIÓN, los investigadores sostienen que el escape se produjo entre las 4 y las 7 de ayer, momento en que se registra, como ocurre en todas las dependencias policiales, el cambio de guardia.Hay una circunstancia que pareciera sostener o dar verosimilitud a esa teoría.El policía que estaba a cargo de la comisaría seccional Primera de Puerto Rico debía viajar ayer a Posadas para realizar el curso de ascenso.Por ese motivo, a las 4 de ayer, fue reemplazado en sus funciones por un camarada.A esa hora se habría efectuado un control y ambos detenidos se encontraban aún en el calabozo.La evasión entonces habría ocurrido con posterioridad.Más allá de esta circunstancia, lo cierto es que se desconoce, a ciencia cierta, la hora exacta en que los fugitivos ganaron la calle.Por ende, resulta imposible determinar las horas de ventaja que llevan a los sabuesos que ahora les siguen el rastro.El juez Acosta dispuso la demora de los cuatro efectivos. Es que quiere saber qué estaban haciendo en el preciso instante en que los presos escaparon y las razones por las que no escucharon absolutamente nada, siendo que los fugados cortaron tres candados.Otra arista a determinar por la Justicia, que puede ser clave para dilucidar la manera en que se desencadenaron los hechos, es cómo ingresaron la herramienta que utilizaron para cortar el acero de los candados. No es un dato menor: esa herramienta fue suministrada desde afuera o desde adentro.Al menos hasta anoche, al cierre de esta edición, había más dudas que certezas respecto de un episodio gravísimo.Anoche la Policía trabajaba con el objetivo de dar con los fugitivos, identificados como Miguel Ángel Rivero y Pablo Gastón Benítez, considerados como hombres de altísima peligrosidad, concluyó el portavoz consultado por este diario. Situación judicialLos evadidos fueron identificados como Pablo Gastón Benítez, oriundo de Jardín América, y Miguel Ángel Rivero, de Oberá, quienes anoche eran intensamente buscados por los sabuesos de la Policía de Misiones.El primero está imputado en una causa por abuso sexual. El otro, por su presunta participación en un robo a mano armada.Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que la Justicia se aprestaba a dictar el auto de prisión preventiva contra ambos.La misma especie indicó que Rivero es reincidente. Al parecer, purgó condena en prisión, aunque no trascendió el detalle de la causa.Ahora, ambos tienen un delito más que sumar a su legajo. Lo importante es que sean recapturados cuanto antes.





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