ARISTÓBULO DEL VALLE. Los “boqueteros” volvieron a golpear, esta vez en el corazón de Misiones, donde abrieron el techo de una concesionaria de automotores para ingresar y llevarse una caja fuerte, que contenía medio millón de pesos, a bordo de una camioneta de la firma damnificada.El episodio tuvo lugar en la zona urbana de Aristóbulo y previamente los maleantes lograron desconectar el sistema de alarmas del lugar, además de sustraer la unidad de almacenamiento de los videos de las cámaras de seguridad.Anoche, al cierre de esta edición, efectivos de la comisaría local, del Comando Radioeléctrico y de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional XI de la Policía buscaban intensamente a los autores del hecho. Los detectives creen que serían al menos cuatro, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN. Un jugoso botínLas fuentes informaron que el episodio se descubrió minutos después de las 12 del último domingo, cuando el hijo del dueño de la concesionaria “Automotores Potschka” arribó al comercio, emplazado sobre la ruta provincial 7 y calle Sáenz Peña.El hombre, de 33 años, enseguida notó que algo no andaba bien en el local, razón por la que resolvió llevar adelante una recorrida. Allí confirmó sus peores sospechas: había recibido la visita de delincuentes.Enseguida arribaron a la escena detectives de la UR-XI, quienes no tardaron en descubrir los pasos que llevaron adelante los delincuentes para cumplir con su objetivo.De esa suerte de reconstrucción se pudo establecer que los malvivientes ingresaron al salón de ventas después de aflojar los tornillos de las chapas del techo.Entonces fueron primeramente hacia la central del sistema de alarmas con el que cuenta el local. Tardaron unos pocos minutos para dejar inutilizado el servicio de seguridad. Pero eso no fue todo. También fueron hasta una oficina en la que estaba la CPU que nuclea y almacena las cámaras de seguridad que funcionaban en el lugar. No lo dudaron: tomaron ese aparato y se lo llevaron.El grupo delictivo cumplió entonces con el primer punto de su “trabajo”. Ya sin moros en la costa, fueron entonces al sector de administración, donde los esperaba el tesoro que buscaban y por el que habían arriesgado todo: una caja fuerte de 400 kilogramos de peso y de unos 70 centímetros de alto por la misma medida de ancho.De las pericias surge que los malhechores arrastraron varios metros el pesado macizo hasta el exterior del salón de ventas. Allí encontraron una camioneta Citröen Berlingo propiedad de la concesionaria. Tampoco dudaron: tomaron las llaves del utilitario, abrieron las puertas de atrás, cargaron la caja fuerte y huyeron sin dejar mayores rastros.Más tarde, cuando el propietario de la firma, de 62 años, radicó la correspondiente denuncia, se supo que en el macizo que se llevaron los ladrones había nada más y nada menos que 500 mil pesos, discriminados en pesos argentinos, reales y dólares norteamericanos.El tremendo golpe no tuvo fisuras y por eso los investigadores creen que los ladrones sabían lo que hacían. Esto quiere decir que conocían el lugar e incluso podrían contar con información sobre el monto que se guardaba al momento del robo en la caja fuerte.Peritos de Criminalística de la UR XI trabajaron en la escena en busca de pistas que permitan dar con los sospechosos. Los detectives también buscaban rastros en cámaras de seguridad de comercios cercanos y en el testimonio de potenciales testigos. Antecedentes 1El lunes 30 de junio de 2014 un empresario metalúrgico de Garupá descubrió con dolor que un grupo de “boqueteros” se había llevado 200 mil pesos de la caja fuerte de su empresa. Los maleantes golpearon en “Construmetal” y, mediante una amoladora, forzaron el macizo y accedieron al efectivo. “Se llevaron un año de trabajo”, le había dicho Ángel Lima (68) en su momento a PRIMERA EDICIÓN. La investigación no arrojó resultados y la plata no fue recuperada. 2El 8 de septiembre de 2014 también fue lunes y deparó otro día negro para un comerciante del microcentro posadeño. Ladrones entraron por los techos a la boutique “Musas”, sobre la calle San Lorenzo casi La Rioja, y mediante un soplete abrieron una caja fuerte. Así llegaron a varias planchuelas de oro y otros metales propiedad de un joyero que tenía su local a pocos metros, en la misma cuadra. El hombre se vio damnificado en un millón de pesos. 3Otra vez lunes. El 3 de noviembre de 2014, la sociedad posadeña despertó conmovida ante la noticia: delincuentes habían quedado escondidos durante la noche anterior en el estacionamiento del shopping y, de madrugada, redujeron a un sereno para llegar hasta la caja fuerte de la administración. Abrieron el macizo con un soplete y se llevaron una suma millonaria, según las fuentes. El golpe fue en el microcentro de la capital provincial. No hubo detenidos. 4El martes 11 de noviembre de 2014, una escribana de Puerto Iguazú denunció que malvivientes le habían robado 400 mil pesos. La modalidad fue la misma: los malandras primero abrieron un boquete en la pared de la escribanía desde un terreno baldío. Después, con un soplete, forzaron la caja fuerte y accedieron al dinero. Los investigadores creen que los autores serían los mismos que robaron casi 300 mil pesos a la empresa Río Uruguay. Están detenidos.





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