CONCEPCIÓN DE LA SIERRA. Con excavaciones realizadas en tres sitios: el terreno de la familia Lentini, que posee muros de piedra Itacuru, el patio de la vivienda particular de Susana Anchere, el cual da a la parte posterior del antiguo Cabildo y la chacra de Patricia Sansaloni, donde habrían estado las piletas jesuíticas; un equipo multidisciplinario realiza una investigación arqueológico- histórica en esta localidad misionera.El ambicioso proyecto apunta a entender y a interpretar una particularidad que tienen estos restos jesuíticos, y que hacen la diferencia con otros elementos de ese pasado histórico: “La materialidad arqueológica vigente de los espacios reutilizados en un contexto urbano actual”.“Estos días nos estamos dedicando a la excavaciones porque serán las que nos permitirán entender la evolución de la ciudad a través del tiempo, ya que la actual se ha desarrollado sobre el trazado jesuítico, donde no se registran muros de elevación y hay muy pocos cimientos identificables. Los pobladores han conservado muchos de restos, como columnas, capiteles y fragmentos de esculturas”. Quien habla es la estudiante de arquitectura, Agustina Basile, miembro del equipo que dirige la arqueóloga Amanda Ocampo, becaria del Conicet – Cedit, quien también brindó algunas especificidades de los estudios que realizan desde hace más de diez años. “Estos edificios todavía forman parte de la cotidianidad de la comunidad, como por ejemplo el cabildo de Concepción de la Sierra o la plaza, que fue construida sobre la base de la antigua plaza jesuítica”, aclaró Ocampo. Para la investigadora no se trata de un detalle menor ni circunstancial, sino la clave que otorga un valor genuino y distinto al que pueden tener otros restos de la misma era. “Este es un primer acercamiento arqueológico de las reducciones con intenciones de hallar material de las reducciones, que en una semana de tareas hemos tenido muy buenos resultados a partir de la localización de cerámicas, tejas y otros, que creemos que son de la época jesuítica que creemos que sí, pero eso se va a determinar con certeza en el laboratorio”, expresó la arqueóloga del Conicet.“Básicamente lo que vimos hasta ahora es una reducción guaraní en contexto urbano, la dinámica es distinta a lo que serían San Ignacio, Loreto y Santa Ana, que son lugares donde la gente paga para entrar a esos sitios y aquí se da una cotidianidad actual de la materialidad arqueológica”, insistió Ocampo.





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