LOS HELECHOS y OBERÁ. La investigación por el doble crimen de Lidia Bezus de Kosakzuk (69) y Diego Kosakzuk (29) arrojó novedades importantes en las últimas horas, con la detención de tres sospechosos que, para las autoridades, fueron los que ejecutaron a balazos a la madre y su hijo el último jueves en Paraje Samambaya, cerca de Los Helechos.Se trata de Miguel (26), Sergio (26) y Jorge (34), quienes terminaron tras las rejas entre la noche del viernes y la mañana de ayer. La Policía llegó a ellos después de una serie de datos que terminó por arrinconarlos, según revelaron las fuentes a PRIMERA EDICIÓN.Si bien aún restan saber los verdaderos motivos del doble asesinato, la principal hipótesis contempla un episodio delictivo en el se entremezclan varias aristas: todo indica que el joven reconoció a uno de los tres arrestados y por eso lo asesinaron junto a su progenitora. Pero hay más. Es que uno de ellos habría estado arrestado hace tres años por una causa de robo de yerba mate registrada a metros de la escena del doble crimen y en la que Diego Kosakzuk actuó como testigo. ¿Pudo ser, acaso, una venganza? Nada se descarta.Un “asunto pendiente”El trabajo de los efectivos de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional II de Oberá junto a sus pares de las comisarías de la zona y del Comando Radioeléctrico, con apoyo de la Dirección de Homicidios, comenzó el último jueves y arrojó los primeros resultados en la noche del viernes.Alrededor de las 23.30 los investigadores llegaron hasta un aserradero del denominado “Kilómetro 11” de Oberá, donde procedieron a la detención de Miguel (26), quien en las últimas horas literalmente había desaparecido del mapa.De la investigación posterior se supo que hace unos tres años este joven había sido detenido por un robo de yerba mate perpetrado en una chacra contigua a la de los Kosakzuk. En aquella causa, por la que Miguel terminó tras las rejas, Diego había actuado como testigo, revelaron las fuentes del caso. Y todavía más: hasta aquel momento el arrestado era vecino de las víctimas.Al parecer, de las informaciones que trascendían anoche, una línea indicaba que Diego Kosakzuk reconoció a Miguel en medio del presunto asalto y por eso decidieron acabar con su vida y con la de su madre. Eso y aquel antecedente explicaría la saña con la que actuaron los asesinos.El “exempleado”La segunda detención se produjo ya durante la mañana de ayer, en Panambí, donde los policías arrestaron a Jorge (34). De la investigación surgió entonces otro nombre, el de Sergio (26), otro joven oriundo de Los Helechos y también con antecedentes por delitos varios.Los detectives montaron una sigilosa guardia en el barrio Tres Esquinas, cerca de la terminal de ómnibus de Oberá, y unos pocos minutos antes del mediodía de ayer apresaron al tercer sospechoso. Allí también encontraron un revólver calibre 22 milímetros y picadura de marihuana.Las autoridades tienen casi probado que este último joven trabajó a través de un contratista en la chacra de los Kosakzuk hace algunos meses, presumiblemente en el raleo de pinos, entre otras actividades. Esto le permitiría conocer los movimientos de la familia.El extenso trabajo de los policías convocados por el hecho no acabó en ese lugar. Los allanamientos siguieron y en la casa de la madre de Miguel secuestraron una motocicleta de 150 centímetros cúbicos, un pistolón calibre 32 milímetros, pasamontañas, 14 proyectiles, cinco teléfonos celulares, y un monto de dinero cercano a los 1.500 pesos.Para la Policía provincial, el caso está esclarecido. Resta determinar ahora cuál fue el móvil del sangriento episodio. Todo apunta a un hecho de robo, aunque aquello se entremezcla con los otros argumentos que también se manejan en el seno de la investigación. El rompecabezas recién comienza a armarse y mucho de lo que suceda en el futuro dependerá de los próximos días, cuando los tres sospechosos sean trasladados al Juzgado de Instrucción 1 de la Segunda Circunscripción Judicial, en Oberá, para declaración indagatoria. Desprecio por la viday saña inconcebibleIntentar reconstruir los últimos minutos de vida de las víctimas no es una tarea sencilla. Los asesinos actuaron con una saña inusitada e innecesaria.Si bien aún es pronto para arribar a conclusiones, los investigadores tratan de idear por estas horas cómo sucedió el hecho que se descubrió el pasado jueves después de las 14.30 en el Paraje Samambaya, a 8 kilómetros de Los Helechos.Según las primeras conjeturas, los asesinos llegaron y se toparon con el joven, que reconoció a al menos uno de ellos. Entonces lo remataron de un tiro en el pecho y otro en la cabeza. Cayó muerto en el acceso a la vivienda.Después fueron por su madre, que al notar lo que sucedía intentó ocultarse en la vivienda. Los asesinos no tuvieron contemplaciones y rompieron la puerta de atrás del inmueble, tal como PRIMERA EDICIÓN informó ayer. Así entraron y, pese a sus 69 años, la golpearon en la cabeza y luego la ultimaron de dos disparos en la sien. No tuvieron piedad.





Discussion about this post