POSADAS. “Fue toda una vida de sacrificios que se perdió en unos pocos minutos”. Con esta frase José Hein se refirió al desgraciado hecho que vivieron sus padres el pasado sábado al quedar reducida a cenizas la vivienda que habitaban sobre la calle Managua 370, de Jardín América. Si bien fueron muchas las manos solidarias que se acercaron para tratar de paliar este momento difícil por el que atraviesa el matrimonio de Alfredo Hein (67) y Selva Lupchinski (66), queda mucho por hacer. Por el momento, y mientras analizan la manera de seguir tras el siniestro, al parecer intencional, la pareja permanece en casa de uno de sus hijos. José Hein relató que el sábado cerca de las 15 su padre advirtió la presencia de un extraño en el terreno de su propiedad y llamó a la comisaría local, pensando que podría cometer un ilícito. “Los efectivos ya estaban en camino cuando mi papá sintió una explosión en el auto y se percató del incendio en parte de la casa. Enseguida llegó un vecino con un matafuegos y lograron extinguir las llamas del auto, y con ayuda de uno de los oficiales empujaron el rodado hacia la calle”, señaló.Era un día gris y frío, por lo que el matrimonio estaba dentro del inmueble. “Cuando papá sintió la explosión, salió afuera. Mama empezó a buscar documentos para ponerlos a salvo, pero un oficial ingresó y la sacó de entre las llamas. No pasaron quince minutos y todo estaba en consumido. Vinieron tres dotaciones de bomberos que menguaron el fuego para que no se quemaran las chapas porque lo que era de madera, ardía completamente. Así que perdieron absolutamente todo, los recuerdos, los papeles”, añadió. “Una vida de lucha que se perdió en minutos”, reiteró, al tiempo que contó que con su jubilación mínima Alfredo iba comprando de a cien ladrillos e iba levantando unos metros de muro, además de una pequeña parrilla para pasar buenos momentos “pero en instantes todo se destruyó”. Acotó que su mamá tiene una pensión por invalidez porque es enferma oncológica en tratamiento. “Perdió sus medicamentos y otros psicofármcos que ingiere por un tratamiento psicológico derivado de la enfermedad”, dijo. Afortunadamente vino al Hospital Escuela y recibió colaboración. La ayudaron y le confeccionaron nuevamente las recetas que no se otorgan mas de una vez al mes.Destacó el comportamiento de los vecinos del barrio y contó que el domingo, cuando fueron a rescatar algunas máquinas y otras cosas que quedaban de la carpintería de Alfredo, en un pequeño galpón del fondo, “conocidos y amigos ayudaron a cargar y llevar a un lugar más seguro. Ahora con la familia estamos decidiendo adonde irán a radicarse. En ese mismo lugar, seguro que no”. “Estamos agradecidos a Dios porque si bien permitió que suceda esta tragedia, él sabe hasta cuanto puede permitir. Ellos no estaban durmiendo, pudieron salir y están bien más allá del shock que los afecta. Hoy podríamos estar contando otra historia”, confió.Reiteró su agradecimiento a la Policía de Misiones y a los Bomberos Voluntarios. Citó al oficial Andújar “que ayudó a papá con el auto y rescató a mamá desde dentro en la casa, y a varios otros que no recuerdo sus nombres. Hubo muchos que ayudaron y los contuvieron. Vecinos que llevaron a papá al hospital porque se quemó un poco las manos y estaba en crisis”. Ahora, “esperamos que la justicia encuentre al culpable y que al menos pague ante la ley por lo que hizo”, concluyó Hein, y resaltó que quienes quieran colaborar con sus padres pueden comunicarse al (0376) 4403350.





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