POSADAS. Una pareja se detiene frente a un muro de la esquina de Belgrano y General Paz. Les llamó la atención los colores, la forma y el estilo del grafiti que hace un par de meses fue pintado. Observan en detalle la firma del artista y lo pronuncian en voz alta. Sacan el celular y toman una fotografía. Cuando uno camina por las calles de la capital de Misiones, se encuentra a diario con ciertos grafitis en muros, puentes o fachadas que son auténticas obras de arte. Allí quedan plasmadas ideas, emociones. Y de este modo, una particular visión del mundo. En Posadas, más de 20 jóvenes forman parte de una gran comunidad de grafiteros, quienes tienen códigos, nombres y estilos propios. Para ellos, el arte tiene que estar en la calle, a la vista de todos, “porque la calle necesita expresarse, respirar y reinventarse a cada momento. Y así lo hacen los grafiteros”, precisó la artista urbana Daniela Vastik, conocida en el mundo del grafiti como “Ázida”.Y “decir la calle es un espacio público es decir que puede ser utilizada para mensajes de amor, campañas políticas o comerciales, pero además para grafitis”. Pero estos jóvenes no solo utilizan como lienzo las paredes. Desde hace varios años, realizan intervenciones en remeras, bermudas o gorros. Y, de la mano del arte urbano, se abren paso en el mundo de la indumentaria, ofreciendo sus propias marcas tanto en el mercado local como a nivel nacional.El dúo “Tóxico”En 2012, los grafiteros Daniela “Ázida” Vastik y Walter “Ironic” Marín dieron origen al grupo artístico Tóxico, un taller que ofrece servicio de serigrafía, ilustración, diseño gráfico, indumentaria y tatuajes, sin dejar de lado las intervenciones en murales. “Somos artistas urbanos y trabajamos técnicas de diseño gráfico, serigrafía y tatuajes desde hace cinco años”, explicó Ázida. Y siguió: “Tenemos una marca de indumentaria con estampados que llevan nuestros diseños, generamos nuestra linea”. Walter explicó que Tóxico desarrolla el arte del grafiti, pero a la vez se mezclan técnicas de ilustración, geometría y dibujos animados. Contra las represas y arte urbanoEn 2012, la Mesa Provincial No a las Represas se contactó con Tóxico y con los distintos artistas urbanos locales “y se pidió el muro a la gente que estuviera en contra de las represas. Fueron más de catorce los muros en los barrios Prosol, Villa Cabello, Centro, Centenario, Santa Catalina. Incluso vinieron artistas de Paraguay y se sumaron”, contó Ázida.A comienzos de este año, Tóxico brindó el primer taller urbano en Montecarlo. Se trató de un evento que duró dos días y en el que participaron más de quince personas. “Pintamos un muro que donaron y fue la primera experiencia que tuvo ese grupo, donde fue gente de distintas ciudades. Lo que se resalta, además, es que por primera vez una pinturería colaboró con nosotros”, precisó Walter. Proyecto Psycho Killer Pablo O’Connor comenzó en el mundo del grafiti hace siete años. “Cuando era más chico salía a rayar, pero ahora salgo a hacer intervenciones con una temática. Pedimos pintura y la gente se suma. Y si vemos una pared preguntamos si no les molesta. Pedimos auspicios a las pinturerías y a veces nos ayudan”.A principios de año fue convocado para realizar una intervención frente al Centro Cultural Vicente Cidade, donde “pintamos un muro y la gente del edificio nos felicitó porque era un muro que estaba en muy mal estado”.Cuatro años atrás Pablo se conoció con Damián Drisner, estudiante de Diseño Gráfico, y decidieron volcar los grafitis en indumentaria. De este modo, dieron nacimiento a un proyecto que crece día a día. “Surgió la idea de unir lo que hacemos y hoy hay un público especifico. Tenemos más salida en Buenos Aires, ya que vendemos por Internet”, explicó Damián.





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