OBERÁ. La sensación que quedó en la sala de debate es que, de acuerdo a los dichos de un testigo, la acusada de arrojar a una letrina a su bebé y causarle la muerte tenía un proyecto de vida que incluía a la criatura. Se trata del testimonio de una expareja de la imputada, un muchacho de 26 años, quien afirmó ante el Tribunal Penal 2 de Oberá que “ella pensaba tener a su hijo” e incluso “ir a convivir” junto a él. “Yo sabía que ella estaba embarazada porque me mostró la panza, pero me pidió que no contara nada. No era mi hijo, pero la idea era ir a vivir juntos los tres, criar al chico”, indicó el joven, quien de esta manera favoreció con su declaración a la joven de 21 años. El juicio oral y público que se le sigue a la mujer, luego del testimonio de cuatro personas -entre ellas la mencionada expareja-, pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo miércoles 10 de junio a las 8.30. Durante esa jornada se conocerán los alegatos y la sentencia, según lo anunció ayer el citado cuerpo tribunalicio. En la segunda audiencia también se escucharon otros tres testigos, quienes no aportaron mayores datos. Tal como publicó este diario ayer, al comenzar el juicio la acusada declaró ante el Tribunal y refirió que su hijo fue producto de un abuso sexual. Además, dijo que, por temor, jamás denunció a su empleador, quien la habría violado mientras trabajaba de empleada doméstica. Agregó que no quiso decir nada a su familia porque, si se enteraba que tenían una boca más que alimentar, posiblemente recibiría un claro rechazo por parte de sus parientes y quizás -creyó- quedaría en la calle. En medio de llantos, se lamentó y contó que no se dio cuenta de que al dar a luz el chiquito estaba vivo: “Pensé que nació muerto, de haber sabido que aún estaba con vida, jamás hubiera hecho lo que hice”. A su turno en la ronda testimonial, la madre de la joven imputada declaró que ella no sabía que su hija esperaba un bebé y que se enteró cuando el caso salió a la luz, el 20 de agosto del año pasado. El Tribunal es presidido por el juez Francisco Aguirre y está integrado por los vocales José Pablo Rivero y Lilia Avendaño. La fiscalía está a cargo de Stella Maris Salguero de Alarcón, mientras que la defensora oficial Graciela Abdolatif representa a la acusada.





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