PUERTO RICO. Continuando con su particular estilo de “primero iniciar las obras y luego seguir las vías institucionales correspondientes”, el intendente de esta ciudad, Federico Neis, presentó al Concejo Deliberante local un pedido para que le aprueben una partida presupuestaria para la ejecución de las remodelaciones de la Plazoleta de la Madre.En una forma de funcionar de difícil interpretación, el Poder Ejecutivo implementa de manera sistemática un modo inverso de trabajo: primero ejecuta la obra y luego envía el proyecto de ordenanza para su estudio y consideración en el Concejo. De este modo se procedió con la implementación del bulevar frente a la Municipalidad, que demandó el ensanchamiento de la avenida y para ello se tuvo que usar una porción de tierra propiedad de la parroquia San Alberto Magno, que habría sido cedida de palabra por el cura párroco de ese momento, pero de la que no se tendría ninguna documentación formal que avale la operación y tampoco habría sido aprobado por el Concejo. De la misma manera se procedió con varios cambios que luego debieron corregirse en el ordenamiento del tránsito, que se dieron de manera improvisada y con abundantes errores que demandaron al Municipio un derroche innecesario de recursos, como la instalación de refugios, las paradas de colectivos o los espacios para estacionamiento de motos.Sucedió también con las rotondas: primero se iniciaron las obras y luego se pretendió buscar la aprobación de los concejales, cuando los debates deben darse primero. En esta oportunidad, el intendente solicitó con “suma urgencia” que se autorice la ejecución de recursos genuinos del Municipio para la realización de la obra ganadora del concurso de remodelación de la Plazoleta de la Madre, cuando las obras ya fueron iniciadas hace tiempo sin que se sepa la información mínima, como quién la ejecuta y cuánto cobra. Pero ahora, luego de iniciados los trabajos, se adjunta un presupuesto, con una llamativa cifra de más de un millón de pesos, solicitando a los concejales su aprobación urgente, debido a la peligrosidad que la zona afectada representa para los niños que transitan rumbo a las escuelas. Algo lógico que nadie podría negar y que cualquier sano juicio pensaría antes de este tipo de intervención.El presupuestoSegún el presupuesto firmado por Omar Hippler, secretario de Desarrollo Urbano Ambiental del Municipio, la nueva Plazoleta de la Madre requerirá una inversión de $1.166.749,38, divididos de la siguiente manera: Trabajos Preliminares, $32.776,00; Movimiento de Suelo, $158.410,00; Estructura de HºAº, $159.265,56; Albañilería, $95.674,97; Pisos y Zócalos $428.320,86; Instalación Eléctrica $113.296,00; Equipamientos, $167.024,00; y Parquizado $27.426,10 en césped y $3.131,70 en árboles autóctonos (once en total), a un precio de $284,70 cada uno.En esto último, atendiendo a su valor, es de esperarse que los árboles nativos seleccionados sean muy especiales, ya que hace pocas semanas la empresa Papel Misionero donó 300 árboles autóctonos a elección de la Municipalidad para que sean plantados en las distintas plazas de la ciudad. Sin embargo, por once árboles para la Plazoleta de la Madre se pretende pagar más de 3.000 pesos. Lo mismo es de esperarse de los bancos, de madera y metal, que se llevan un presupuesto de 79.424 pesos para un total de ocho, a un precio de 9.928,00 cada uno; o del césped, que costará 27.426,10 pesos.Proyecto “Santa María”El proyecto “Santa María”, presentado por Ricardo Kleinubing, fue el elegido por el jurado como el ganador del concurso para la remodelación de la Plazoleta de la Madre impulsado por el Poder Ejecutivo en 2013. Kleinubing imaginó la plazoleta como parte de un circuito deportivo que contempla todas las plazas de la avenida 9 de Julio, arrancando en la Plaza del Niño, siguiendo por la Plaza de la Cooperación, 9 de Julio, de la Madre, San Martín y finalizando en la costanera; con una instalación coordinada de aparatos para gimnasia en los distintos espacios, que ofrezcan a los deportistas la posibilidad de poder, a medida que avanzan en su rutina deportiva por la avenida, ir utilizando los distintos aparatos, que estarían acompañados de sus respectivas instrucciones, además de bebederos. Así se diseñó el proyecto “Santa María”, con dos espacios perfectamente delimitados: por un lado, un sector parquizado con especies arbóreas autóctonas; y por el otro, un área para deportes, marcando el límite de ambos la estatua en homenaje a las madres.





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