OBERÁ. Vecinos de Villa Gunther, uno de los barrios más populosos de esta ciudad, radicados en algunos casos hace más de 20 años en el lugar, aguardan que la comuna les otorguen la porción de tierra donde viven o las casitas anunciadas en más de una ocasión o al menos que les den una respuesta para poder superar el estado de emergencia en el que subsisten.Viviendas precarias, humedad, falta de servicios básicos, entre otras carencias, es la situación de más de 100 familias asentadas en el lugar. La falta de organización propicia la dilatada atención que les brinda el Estado. Es una de las villas más antiguas de la ciudad.Lejos de lo que podría suponerse, son personas que quieren mejorar sus viviendas y su calidad de vida pero se encuentran con el impedimento que le pone la gestión municipal. Hace un par de años el municipio compró tres hectáreas de esas tierras para lotear y darles a quienes residen ahí. Un año más tarde anunciaron la construcción de viviendas tipo “misioneritas” que alcanzarían a 140 familias. Pero el tiempo transcurre y ven que cada vez más familias se van asentando en el lugar y según comentaron, la propia municipalidad habría trasladado a las viviendas terminadas, de una primera etapa, a vecinos de otros barrios que nada tienen que ver con las censadas oportunamente en la villa.“Estamos esperando hace años, vivimos de promesas en promesas y nunca nos otorgan las casas. Si no nos dan las casitas, queremos las tierras que nos prometieron, estamos dispuestos a pagar dentro de nuestras posibilidades para poder mejorar nuestras viviendas. Pero no nos permiten siquiera hacer arreglos en nuestras casitas y vemos que las viviendas se están ocupando y nuestra situación sigue igual”, coinciden los vecinos.En la populosa Villa Gunther, se aprecia como parte del lamentable escenario, a los sectores más vulnerables, niños y adultos mayores, en visible estado de necesidad, con problemas de salud propios de las condiciones en las que viven. “Vivo hace 40 años acá, crié a todos mis hijos, no quiero morir sin ver que ellos están mejor”, confesó Don Rosalino Carballo, uno de los vecinos.Casi un añoEl 29 de julio del año pasado, PRIMERA EDICIÓN publicó una nota en la se explicaba que “Tras años de vivir como intrusos, ahora los vecinos de Villa Günther serán dueños de la tierra”.En un primer momento, se dijo que serían 51 viviendas financiadas por la Nación y otras veinte que debían ser construidas por el Iprodha. “Estamos contentos porque hay una ampliación del cupo de viviendas que se van a construir para el barrio, gracias a las gestiones que están empezando a dar resultado”, adelantó por aquél entonces el secretario de Desarrollo Urbano de la Municipalidad de Oberá, Juan Carlos Balsari.El funcionario había dicho que “se tomó la iniciativa de comprar esos terrenos intrusados, hacer una mensura, tratar de proveerles un terreno en calidad de propietarios a cada una de las personas que viven ahí, todo eso fue el primer paso. Se están terminando 20 viviendas de material con financiación de la Nación, tenemos un convenio firmado con el Iprodha para hacer 50 viviendas tipo ‘Misionerita’ en el lugar, con posibilidad de ampliar a 50 más, y el intendente (Ewaldo) Rindfleisch firmó para otras 20 viviendas de material. En total se calcula que serán 140 viviendas”. Pasaron once meses desde esos anuncios realizados por el municipio obereño y la espera de los habitantes de Villa Gunther sigue, aguardando se cumplan las promesas.





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