POSADAS. En tiempos en los que la “adolescencia” se extiende de manera preocupante hasta los 30 años, hay muchos adolescentes y jóvenes que son la contracara de los “ni-ni” y sorprenden con decisiones trascendentales que demuestran cuán adultos pueden llegar a ser para encarar desafíos. La posadeña Fiorella Ricci es prueba de ello. Con 18 recién cumplidos, es una más de las tantas chicas y chicos misioneros que decidieron inscribirse en un programa de intercambio estudiantil, cultural o laboral que les posibilite viajar al otro lado del mundo para vivir una experiencia única. La corta edad de la jovencita no le impidió saber con certeza lo que quiere hacer durante los próximos catorce meses: este lunes viaja a Buenos Aires para tomar un vuelo de tres escalas -Santiago de Chile, Los Ángeles, Australia- con destino final a Auckland, en Nueva Zelanda, país que integra Oceanía, el mítico continente insular que se encuentra a más de diez mil kilómetros de Misiones. Allá va a cuidar a una bebé de un año y vivirá con esa familia extranjera en una casa de gran nivel económico, a la vez que profundizará sus estudios de inglés en la Auckland English Academy. En su caso, eligió el programa Au Pair World porque le permitió dar con la familia adecuada y los horarios convenientes para el estudio.Una familia que la esperaLos programas que promueven este tipo de experiencias son muchos y todos tienen sus sedes en las principales capitales del mundo, incluida Buenos Aires. Pero Internet le facilitó la búsqueda y los trámites, que no son fáciles de realizar y que incluyen una inversión monetaria de las familias de los futuros viajeros.En el caso de Au PairWorld, conecta a personas de entre 18 y 30 años, sin hijos, que deciden pasar un período de tiempo determinado en el extranjero para vivir con una familia de acogida. El au pair pasa a ser un hermano/a mayor y ayuda a la familia a cuidar a los chicos. A cambio recibe comida y alojamiento gratis, así como una paga y tiempo libre para estudiar idiomas. El objetivo es el intercambio cultural mutuo. “Hace dos años supe que quería viajar cuando terminara el secundario y hace un año me decidí a empezar la búsqueda. Mi novio me ayudó mucho porque hay que manejar perfectamente el idioma inglés para los trámites”, cuenta Fiore, como le dicen sus afectos. Desde entonces hizo todo el papeleo que incluyó un informe médico certificado por especialistas en la Embajada de Nueva Zelanda, en Capital Federal. Además tuvo que inscribirse online en la academia donde estudiará, contratar un seguro médico y tramitar la licencia de conducir internacional.Tecnología que acerca“Mi familia de acogida está compuesta por dos padres jóvenes y la bebé. Son muy piolas, tuvimos una conexión inmediata, me aceptaron y ya intercambiamos charlas por skype, mails, mensajes, fotos, videos de la bebé”, relata entusiasmada. En su nueva casa le acondicionaron un cuarto para ella sola, y deberá ratificar su licencia de conducir para movilizarse con un vehículo de la familia. “La casa queda en un barrio privado muy lindo que pude conocer por google street view. Es hermosa. Allá manejan con el volante del lado derecho así que voy a tener que acostumbrarme, y mi familia de allá ya me puso al tanto de los lugares que puedo conocer”, agrega. Fiore también se contactó con otros jóvenes posadeños que hicieron esta experiencia o la harán en breve, en especial con otra jovencita que también viajará a Nueva Zelanda en julio. Mientras, su familia de sangre y su novio se mentalizan para enfrentar el momento de la despedida con alegría, admirados por el coraje de la chica y aliviados porque la tecnología acortará las distancias, por más que en menos de una semana ella esté a miles de kilómetros de casa. Un mundo de experienciasEl intercambio intercultural para jóvenes no es nuevo, pero se marca como tendencia para muchos adolescentes y jóvenes misioneros que buscan conocer el mundo alentados por la posibilidad de aprender idiomas y vivir experiencias totalmente diferentes. Las opciones son variadas y para todos los gustos. AFS o los programas de intercambio del Rotary o los Leones son algunos de los más conocidos. En la mayoría de los casos el “trueque” se da entre estudiantes secundarios que intercambian “familia” por seis meses con “padres y hermanos de acogida” mientras dure la experiencia. También hay programas de voluntariado para trabajar por un tiempo en alguna ONG, mientras que otros programas ofrecen la posibilidad de obtener becas de formación académica o trabajo en el extranjero. Entre estos últimos, los programas au pair (niñeras o nannys) son exitosos en tanto sean seguros y estén inscriptos en la International Au Pair Association (Iapa) donde se puede consultar el listado de agencias internacionales reconocidas y confiables en todos los países del mundo. La propia agencia AuPairWorld recomienda no enviar dinero a personas desconocidas ni por Western Union o Money Gram, no contestar e-mails sospechosos y no fiarse de las ofertas “que parecen demasiado buenas para ser reales”. Tomando los recaudos, las experiencias au pair son realmente exitosas para la gran mayoría.





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