POSADAS. Una multitud acompañó ayer el cortejo fúnebre del exgobernador misionero Julio César Humada, quien cerca del mediodía fue enterrado en el cementerio privado Tierra de Paz, luego de salir de Casa de Gobierno y pasar por la sede del Partido Justicialista (PJ) en la capital provincial.El cuerpo del dirigente político fue velado en la “Rosadita” desde el lunes y, minutos antes de las 9, salió con rumbo a su última morada. Durante todo el camino fue acompañado por la guardia de honor de la Policía de Misiones.Un grupo de militantes colocó en la tumba una bandera del PJ y otra de Misiones.Una visita especialHumada fue gobernador de la provincia entre 1987 y 1991. Nació en Apóstoles el 7 de febrero de 1936 y, además de un político de peso, en su ciudad natal también se lo recuerda por su carrera de médico. Querido por muchos justicialistas y también por “rivales” políticos, se supo ganar el cariño y respeto de muchos. Muestra de esto es que el gobernador de Córdoba y precandidato presidencial José Manuel de la Sota llegó a Posadas, en las últimas horas del martes, para “despedir a un amigo”, como comentó entre sus íntimos. El dirigente cordobés aseguró que, apenas se enteró del fallecimiento de Humada, reorganizó su agenda para estar, al menos, unas horas con la familia del dirigente misionero. El mes pasado, cuando De la Sota visitó la provincia, compartió una comida con Humada y su familia y en ese entonces, en contacto con los periodistas misioneros, ponderó las virtudes del exgobernador. “Vine a despedir a un amigo, un hombre honesto que defendió a Misiones con todo su corazón”, declaró De la Sota, quien viajó de manera especial y se quedó por varias horas en la Casa de Gobierno, junto con la familia de Humada. En horas de la madrugada de ayer regresó a su provincia para continuar con su agenda. Larga caravana Cientos de automóviles acompañaron la caravana que llevaba el féretro del exgobernador. En el recorrido que se realizó por la avenida López y Planes, al pasar por la sede del Partido Justicialista, el coche fúnebre disminuyó su marcha, ya que lo esperaban allí militantes de ese partido. Muchos no pudieron ocultar las lágrimas al despedir con aplausos a quien fuera referente del PJ. Ya en el cementerio, también hubo varios grupos de personas que lo esperaron con diferentes carteles. En esos minutos posteriores, la tristeza, las lágrimas y los esfuerzos por mantener la fortaleza emocional se apoderaron de los presentes. Algunos lograron controlarse y pudieron emitir palabras para despedir al exgobernador Humada.





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