POSADAS. Tras una espectacular persecución registrada el jueves pasado en distintas arterias de esta ciudad, la Policía desarticuló una banda, integrada por al menos cuatro miembros de la comunidad gitana, que se dedicaba a estafar a ancianos haciéndose pasar por nietos. Así, por teléfono, los despojaban de importantes sumas de dinero.Ahora, trascendió que al menos tres uniformados tendrían estrechos vínculos con la gavilla que, en 45 días, se habría alzado con una suma superior a los 100 mil pesos.Una fuente de la pesquisa indicó que se procedió incluso al secuestro de los teléfonos celulares. Un primer entrecruzamiento estableció que, efectivamente, hubo contactos entre estos investigadores y al menos una parte de los miembros de la banda.En esta línea, se presume que los detectives habrían advertido a los sospechosos de la inminente realización de allanamientos en sus domicilios, razón por la que hacían desaparecer, anticipadamente, cualquier elemento que los pudiera relacionar con el objeto de la pesquisa.La causa, que se instruye en el Juzgado de Instrucción 1 de Posadas, a cargo del magistrado Marcelo Cardozo, tiene dos detenidos.Se los acusa, con la probable colaboración de dos cómplices, de engañar a ancianos haciéndose pasar por sus nietos para robarles importantes sumas de dinero.“Hola abuela”, les decían sin ningún tipo de escrúpulos, por teléfono o a través del portero eléctrico. “¿Raulito?”, contestaba la víctima y allí comenzaba el ardid.“Abu, están sacando de circulación algunos billetes de cien pesos, yo te los cambio o sino perderán su valor. Te mando a un amigo para que se los entregues”, era la respuesta previa a la gran estafa.Con esta modalidad, los criminales lograron alzarse con más de cien mil pesos en sólo 45 días.Afortunadamente, hubo gente que no cayó en el engaño y tomó los recaudos del caso, que permitieron la desarticulación de esta organización delictiva.Uno, por ejemplo, anotó los números de la patente de un Fiat Uno en que se movilizaban los estafadores. Otro contó que se trataba de una camioneta Ford Ranger blanca.Este vehículo fue interceptado luego de una breve persecución en inmediaciones de López Torres y Maipú, el jueves pasado.Los ocupantes fueron detenidos y puestos a disposición del juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo.Con posterioridad, en el allanamiento a la casa de uno de los sospechosos, se encontró el Fiat Uno blanco.La patente numérica coincidió con la que brindó una de las damnificadas.Ahora la situación se complicó con la presunta vinculación de los detenidos con al menos tres integrantes de la fuerza de seguridad provincial, concluyó el portavoz consultado. Justo a tiempo…La gavilla estaba integrada por al menos cuatro integrantes de la comunidad gitana, según fuentes de la investigación.Dos fueron detenidos el jueves pasado, tras una breve y espectacular persecución por distintas arterias de la ciudad.El procedimiento tuvo una arista al menos curiosa. Cuando los uniformados se dirigían al domicilio que iban a allanar, ubicado en inmediaciones de avenida Maipú y calle España, se cruzaron con una camioneta blanca, marca Ford Ranger, con dos ocupantes. Eran los sospechosos a los que debían arrestar. Ahora, se sospecha que ambos pudieron ser alertados telefónicamente de la inminente llegada policial e intentaron escapar.La causa está radicada en el Juzgado de Instrucción 1, del magistrado Marcelo Cardozo.





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