PUERTO ESPERANZA. A principios de febrero, más de 500 familias de Puerto Esperanza agotadas de esperar soluciones y desesperadas por sus condiciones de vida decidieron ocupar dos antiguos basurales ubicados en los barrios Esperanza 1 y 2. Rápidamente desmalezaron y comenzaron la construcción de sus casas.La gran mayoría de estas familias integradas por trabajadores de la yerba mate y desocupados, llevaban años aguardando una solución habitacional que nunca llegó. Luego vinieron intentos de desalojo, amenazas, cortes de ruta, y reuniones con funcionarios de la provincia, inclusive en la misma localidad. Hoy, transcurridos más de 100 días, estarían a un paso de la solución.“Siento que estamos cerca”Leo Morel es uno de los habitantes del barrio Bella Vista e integrante de la comisión barrial. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, declaró: “Agradezco a todos aquellos que nos acompañaron en la lucha por tener nuestro lugar, se han logrado muchos puntos positivos y estamos cerca de la solución, ya se han tenido comunicaciones con la dueña del predio que está en Buenos Aires y existe un acuerdo económico para regularizar nuestra situación”.A partir de ese compromiso de pago “que hicimos y con el acuerdo de palabra con la dueña, nos sentimos confiados como para avanzar en la construcción de nuestras casas y mejorar las condiciones en el barrio”, confió Morel, al tiempo que agregó que “ayer entregamos un listado que incluyó los datos completo de las 210 familias que vivimos acá, siento que estamos cerca y eso me pone muy feliz”.Lo que queda pendienteSi bien se avanzó en las construcciones y prácticamente las 210 familias ya han levantado sus casas, quedan muchas cosas pendientes. “Queremos, una vez regularizado el proceso, que nuestro barrio sea mensurado para de esa manera marcar las calles, los espacios verdes, dejar espacio para una salita, para una escuela, que se consolide un espacio urbanizado como corresponde”, explicó Rubén Garcete, habitante del barrio. “Estamos a un pasito de la solución y del principio del cambio”, acotó. Sin lucha, no lo hubieran logrado“Sin la lucha no lo hubiéramos logrado”, afirmó Rita Dalés, otra vecina. “Somos nacidos y criados acá y durante años quisimos acceder a nuestro propio terreno. Escuchamos en cada campaña promesas y más promesas, pero las soluciones nunca llegaron. Fue por eso que se decidió ocupar los basurales abandonados desde hace más de 20 años y tuvimos que resistir amenazas de desalojo, presiones, dormir en carpas y resistir; cuando no fuimos escuchados por el intendente (Gruber salió de licencia al Brasil en pleno conflicto) salimos a la ruta para hacernos escuchar por la provincia. Claro, a nadie le gustó, ni a nosotros, pero no teníamos otra salida, necesitábamos ser escuchados y lo logramos”, manifestó. Aclaró que “hoy ya estamos instalados, ya tenemos, en la gran mayoría nuestra propia casita, precaria, pero propia, y de acuerdo a las últimas novedades estaríamos ya por formalizar el acuerdo. Nuestra vida dio un cambio total”, aseguró la mujer.





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