POSADAS. El jefe del Departamento Agrícola del Ingenio Azucarero de San Javier, Ramón Solís, aseguró que para el próximo año se entregarían al menos cuatro variedades más de caña de azúcar a los productores misioneros.En una entrevista con PRIMERA EDICIÓN, el hombre que trabaja en contacto directo con los cultivadores de la cuenca cañera afirmó que las expectativas son muy buenas, pero es poco probable que se llegue a una cosecha récord.Solís reveló que “no nos aseguraríamos llegar a los 80 millones de kilos, porque la caña que nos quedó del año pasado baja el rendimiento de la superficie de los productores y se termina tarde la zafra, eso hace que muchos cañaverales no lleguen con tamaño ideal de crecimiento. Para el año que viene sí se podría cosechar en septiembre y sería la mejor producción”. “Luego de las recorridas, podemos decir que la caña está linda, bien crecida, sigue todavía con su período de crecimiento. Creo que vamos a llegar con una muy buena calidad de caña, con buen desarrollo y brotación. Los productores están conformes con el acompañamiento, el seguimiento y el resultado será muy bueno”, afirmó.Con respecto a los productores, “hoy estamos con unas 2.000 hectáreas en la cuenca cañera y estimo que de ellas hay un 80% de superficie que llegará al Ingenio Azucarero, porque también hay que tener en cuenta que siempre algo va para forraje. Son 480 productores en toda la cuenca, 200 orgánicos y el resto convencionales. Justamente el Departamento Agrícola está trabajando en un proceso de reconversión de una cierta cantidad de productores a orgánicos para que estén conformes”. Según Solís, el año pasado “se sumaron 200 nuevas hectáreas con caña y este año va a depender del precio de la zafra, ya que los productores esperan a ver cuánto se pagará”. Es decir, que dependerá del precio que se acuerde por cada tonelada de caña entregada al Ingenio, aunque se presume que tendrá un incremento del 20% aproximadamente.En tanto, sobre las variedades, el funcionario de campo indicó: “Nosotros estamos con las mismas variedades, a fin de este año estaríamos seleccionando otras cinco variedades más, que tienen muy buen desarrollo y crecimiento”. Además, adelantó que “vamos a tomar contacto con el Inta Famaillá para la mecanización de la cosecha, sería con el prototipo que se probó el año pasado”.Semillas“Este es un ensayo de variedades que tenemos con el Inta, es una segunda etapa del semillero, ya que la primera se arrancó sobre suelo rojo en la zona de Itacaruaré y después se reprodujo la misma variedad que allí, más algunas de estas zonas para plantar en suelo toscoso, que son los dos tipos que tenemos en la cuenca cañera”, explicó Solís, refiriéndose sobre las nuevas semillas que están probando en la provincia. Y agregó: “Lo último que hay en variedades es la proveniente de Famaillá, en el norte argentino, y la stut; ambas están en estudio, se van a evaluar y sacar las cuatro o cinco mejores, es decir, aquéllas que mejor se adapten al suelo rojo y al toscoso, para de inmediato empezar a reproducir”.“En el caso del suelo toscoso, el estudio ya va por el tercer año, mientras que en el rojo ya es el cuarto. A fines de este año ya estaríamos sacando las conclusiones para ver cuáles son las variedades que mejor se adapten a nuestra región”, precisó.El encargado de recorrer las producciones detalló cómo es el proceso: “En principio se observa cómo es el arranque, es decir, el rápido crecimiento de la caña, porque es muy importante en la competencia con las malezas. Además del tiempo que tarda en emerger, son varios los puntos, pero apuntamos al rendimiento en campo y fabril. Aunque también evaluamos la sanidad, es decir: cada una de las variedades debe reunir la mayor cantidad de condiciones”.“Hay cinco variedades que son las que más predominan, pero recién a fin de año podemos sacar una conclusión más completa, porque hay que ver la dulzura. No queremos ser prematuros en decir ‘esta variedad es de la mejores’ sin ese exhaustivo análisis, porque quizás el primer año se comporta bien y después tiene algún problema en la incidencia de enfermedades o plagas. Una de las cosas que evaluamos es el barrenador del tallo, que produce bastante daño”, reveló. El jefe del departamento reconoció que vendría muy bien renovar los cañaverales con variedades superadoras a las anteriores, que son de mayor rendimiento en campo, mayor contenido de azúcar y jugo.“Se hace una buena preparación de suelo para cada ensayo, ya sea control de malezas, para que la variedad exprese su poder genético y que no lo haga porque tuvo competencia de malezas por ejemplo. La idea es que se pueda evaluar la condición genética de la variedad y que no tenga influencia de factores externos”, explicó. Para cerrar, Solís afirmó: “El año que viene empezaremos a recomendar a los productores para poner a disponibilidad de ellos las semillas, que seguramente será a través de la Biofábrica”.





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