BUENOS AIRES (DyN). La Iglesia renovó su preocupación por el aumento del consumo de estupefacientes y el avance del narcotráfico en el país, y denunció la “situación infrahumana” que padecen las personas detenidas en cárceles y comisarías.El centenar de obispos que participa en la 109ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, que hasta el sábado se desarrolla en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera de Pilar, expresó también su solidaridad con los cristianos perseguidos en Medio Oriente y subrayó la necesidad de acompañar las nuevas realidades familiares.“Preocupan el aumento del narcotráfico y las adicciones. También se ha señalado con dolor la situación infrahumana de las personas privadas de la libertad en las cárceles y comisarías. Sigue muy presente la reflexión sobre el acompañamiento pastoral de las familias”, sintetizó el obispo auxiliar de Santiago del Estero, monseñor Ariel Torrado Mosconi.El plenario episcopal también decidió enviar una carta de salutación al papa Francisco para agradecerle su ministerio pastoral y por la convocatoria al Año Santo Extraordinario de la Misericordia.En marzo, el Papa generó una polémica al deslizar que cree que Argentina dejó de ser un lugar de paso de la droga para transformarse en uno en el que “se fabrica”, aunque el Gobierno señaló que ni siquiera Naciones Unidas “ha considerado” al país como de “consumo” y aseguró que se “está lejos” de la producción de estupefacientes.Al referirse al flagelo del narcotráfico en el mundo, el pontífice indicó que “la droga avanza y no se detiene” y puntualizó que Argentina “hace 25 años era un lugar de paso de la droga, hoy en día se consume. Y no tengo la certeza, pero creo que también se fabrica”.En febrero Francisco también advirtió en un correo electrónico privado sobre el avance del narcotráfico en la Argentina y reclamó a las autoridades tomar medidas urgentes para evitar la “mexicanización”.La Iglesia viene alertando en los últimos años sobre el avance del narcotráfico y en 2013 difundió un documento en el que afirmaba que “si la dirigencia no toma medidas, costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar las mafias del narcotráfico”.En ese sentido, el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, alertó en declaraciones a DyN hechas en diciembre que “el narcotráfico y la trata de personas son actividades delictivas llevadas adelante por mafias del crimen organizado que van copando territorios e infectan con aprietes y sobornos diversas estructuras del Estado”.“Hay quienes tienen dinero manchado con sangre”, aseveró.Al difundir en noviembre de 2013 el documento “El drama de la droga y el narcotráfico”, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, cuestionó que se haya hecho “poco y nada” pese a que la Iglesia viene alertando hace años sobre esta realidad, y criticó la “ausencia del Estado” tanto para atender a los adictos como para desarticular a las “mafias” del narcotráfico.





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