PUERTO IGUAZÚ. El basural a cielo abierto en la zona de Iguazú Cué sigue funcionando como tal, teniendo en cuenta que en el lugar ingresan particulares a tirar residuos e incluso algunos vecinos contaron que el mismo Municipio lo hace también. Para colmo, hay personas que ingresan a separar la basura que puedan vender, sin ningún tipo de seguridad.Recordando la historia del Iguazú Cué, tenemos que mencionar la inversión que realizó el Ministerio de Turismo de la Nación junto a Parques Nacionales, de casi un millón de pesos para sanear los basurales a cielo abierto, como el del barrio Primero de Mayo, el del municipio de Andresito y éste.La inversión había ocurrido a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para la construcción de la planta de separación y transferencia que funciona desde hace cuatro años en la zona de las Dos Mil Hectáreas.Luego del saneamiento realizado en los tres lugares mencionados, la zona de Iguazú sigue siendo el depósito de residuos de todo tipo, en especial de chatarra.Pero además, y una de las cosas más preocupante es que existe agua estancada y proliferan moscas y mosquitos. Los lugareños comentaron que suelen ver vehículos particulares que arrojan basura, pero también ven camiones del municipio acceder en el lugar.Hace más de un año, la delegación del Ministerio de Ecología había regañado la acción de quemar neumáticos en ese sitio. Pero desde entonces no hubo más intervención, más allá de diálogos directos con el municipio.La última auditoría de parte del Ministerio de Turismo, organismo que hizo posible la obra, había sido hace dos años. Y ya se habían encontrado con chatarra que luego fue enterrada. El lugar no tiene cerco y el cartel de propiedad privada está tapado de malezas. El lugar representa peligro, ya que allí ingresan personas que juntan chatarra, plásticos o cartones para vender, pero lo hacen sin ningún tipo de protección.Por su parte, la cooperativa de recicladores que opera la planta de separación y transferencia, no puede recibir chatarra porque no cuenta con la prensa para realizar el trabajo. Los treinta socios que conforman el grupo de trabajo de recicladores tienen sus propios ingresos, pero todavía les faltan algunas herramientas para poder aprovechar aún más los residuos urbanos.




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