POSADAS. El camino comienza en las costas del río Paraná. Hasta allí llegan a través de embarcaciones desde el Paraguay, donde los producen. En esas barrancas comienza el desafío de los contrabandistas, que tienen cien kilómetros por delante para llegar a Brasil, el destino final.El esfuerzo lo vale. Es que por recorrer poco más de cien kilómetros, las ganancias se triplican. Por eso, fuentes de extrema confianza le confirmaron a PRIMERA EDICIÓN un número revelador: cerca del 70%& de las organizaciones delictivas que operan en Misiones abandonaron el tráfico de marihuana para volcarse de lleno al contrabando de cigarrillos paraguayos.La relación costo-beneficio es la que permitió el despegue de los “cigarrilleros” en Misiones. Es que el contrabando tiene penas muchísimo menores que las previstas para el narcotráfico. Además, en caso de ser sorprendidos por las autoridades sólo se pierde la inversión.Las fuentes le detallaron a este diario cómo trabajan las organizaciones delictivas dedicadas a transportar ilegalmente por Misiones cigarrillos paraguayos hacia el Brasil, un negocio redondo -favorecido por la situación cambiaria- que no para de crecer.Cuestión de númerosLa ecuación es sencilla. Las mafias compran una caja de cigarrillos paraguayos -que trae 144 gruesas o cartones, cada uno con diez paquetes de veinte, es decir, 28.800 cigarrilos por caja- en la costa del río Paraná a aproximadamente 90 pesos y la “ubican” en la costa brasilera por cerca de 300 pesos.Más allá de que existen gastos de logística y transporte, los números crudos indican que los valores alcanzan el triple de la inversión para las mafias, al contrario de lo que sucede con la droga. “Un kilogramo de marihuana puede conseguirse en la costa paraguaya por 500 pesos y, por ubicarlo en Brasil, se pueden obtener 1.000 pesos. La ganancia es del doble, menos que por los cigarrillos, y aparte hay muchos más riesgos en caso de ser descubiertos por la Justicia”, explicó un investigador que prefirió mantener su nombre en reserva.Sobre la punición, “si te agarran con un auto repleto de cigarrillos podés recibir una pena máxima de hasta tres años, que es excarcelable. Pero si son menos de 25 cajas te decomisan la mercadería y te cobran una multa. Nada más”, explicó un especialista en leyes a PRIMERA EDICIÓN. En el caso del narcotráfico, claro, las penas son otras: “si en vez de cigarrillos lo que se transporta es marihuana, las penas van de 4 a 15 años y no son delitos excarcelables. Además, en este tipo de casos si se prueba la participación de más de tres personas puede resultar en un agravante, pero no así en el contrabando de cigarrillos”.Por otra parte, Brasil es el destino predilecto, ya que traficar los cigarrillos paraguayos hacia los grandes centros urbanos de Argentina no es negocio: el precio de compra es más bajo y las distancias son mayores, lo que quiere decir que se deben superar también más controles.“Estamos hablando de un vuelco total, más allá de que algunas organizaciones se diversificaron. Sin dudas, un 70% de las mafias que operan en la provincia se pasaron de la marihuana a los cigarrillos. El dolar alto y los valores de cambio son vistos como una ‘oportunidad’ para ellos”, afirmó una fuente federal.El camino “de río a río”El circuito de los “cigarrilleros” tiene dos puntos marcados de entrada: Candelaria, a 20 kilómetros de Posadas; y Colonia Oasis, en Jardín América, a 100 de la capital provincial. En realidad, cualquier punto de los 367 kilómetros de frontera misionera con Paraguay es una “tentación” para las mafias.Los investigadores indican que ya en tierra colorada las organizaciones tienen tres vías principales camino a la frontera con Brasil: la ruta provincial 3, que une la ruta nacional 12 con la 14 por Cerro Corá; la 6, que va desde Corpus hasta Campo Viera; y la 8, que empieza en Puerto Leoni y termina en Alba Posse.“El mecanismo consiste en circular en caravanas de hasta tres vehículos, donde el primero ‘barre’ la ruta y se cerciora de que no haya controles. Más atrás, en uno o dos vehículos, va el cargamento”, dice un detective. La mercadería puede viajar directamente a San Javier, Alba Posse o Panambí, o “dormir” algunos días en otro punto. “En los últimos meses hemos encontrado lugares de acopio en Dos Arroyos, Mojón Grande y Colonia Guaraní”, añadió el investigador.Claro que esas caravanas toman sus precauciones y generalmente circulan “en días donde hay menos gente en la calle, como cuando llueve o hay un partido de fútbol importante, esos son momentos que suelen aprovechar”.Si nada se interpuso en el camino de los contrabandistas, la mercadería llegará hasta la costa oriental y cruzará el Uruguay hacia el destino final. Desde allí, los precios se incrementarán con cada ruta desandada. Y llegarán hasta San Pablo o Belo Horizonte. Será el final de un largo camino que comenzó entre picadas coloradas y selva, a más de dos mil kilómetros de distancia. El 90 % de los autos son robadosDe la investigación realizada por este medio surge otro número esclarecedor: el 90% de los automóviles secuestrados por contrabando de cigarrillos son vehículos con pedido de captura por robos.El dato no es menor y revela una marcada relación entre las organizaciones delictivas que operan en Misiones y las bandas decidas a robar automóviles en los grandes centros urbanos, principalmente en Buenos Aires.Durante los primeros tres meses del año fueron secuestrados cerca de una docena de automóviles con cigarrillos. Esta vez, absolutamente todos tenían pedido de secuestro por robo en otras provincias.Al respecto, las fuentes resaltaron que los vehículos más utilizados por las mafias dedicadas al contrabando son los Volkswgen Bora y Vento, las camionetas Toyota Hilux y el automóvil Chevrolet Prisma. Secuestran 209 “gruesas” en CandelariaTal como indicaron las autoridades a PRIMERA EDICIÓN, una de las rutas “calientes” es la 3, que comienza en el cruce con la ruta nacional 12, cerca de Cerro Corá.Justamente en ese cruce es que efectivos policiales secuestraron el último viernes a las 16.30 un Chevrolet Corsa que llevaba 209 gruesas de cigarrillos marca “Eight”, de procedencia paraguaya.La mercadería fue secuestrada y quedó a disposición de la Aduana. El chofer, tras las cuestiones de rigor, siguió su camino.





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