POSADAS. Aurelio Benítez, “El Charrúa”, galardonado escritor misionero por adopción, nacido en Hasenkamp, Entre Ríos, maestro rural egresado de la Escuela Juan Bautista Alberdi de Paraná y conocido también como deportista, falleció en la noche del sábado 14 de marzo.Pesar en la Sadem Por esa razón y mediante un comunicado, la Sociedad Argentina de Escritores filial Misiones expresó “su pesar por el fallecimiento el pasado sábado, del escritor entrerriano, misionero por adopción, Aurelio Benítez”.La Sadem calificó como “una gran persona, escritor apasionado defensor de la ecología y los reclamos sociales y un excelente amigo”, al extinto, un apreciado vecino del barrio Rocamora. En LT 17, en el espacio “Cultura para todos”, lo describieron por su dedicación al deporte, al trabajo y a las letras, y como un ejemplar padre de familia.Recientemente obtuvo el Primer Premio del Concurso Literario “Cuentos de Navidad”, organizado por la Municipalidad de Leandro N. Alem pero ya mucho antes su presencia en las listas de ganadores de certámenes era inseparable; su cuento “El Silencio del Pinar”, ganador de un certamen organizado por Arema fue publicado en el Suplemento Cultural de PRIMERA EDICIÓN. Primeros premios- Primer Premio “El Maestro y Las Letras II” 1999- Posadas, con el cuento “El “Día Que Conocí a Mi Abuela”.- Primer Premio “III Feria de Libros, Expresiones Artísticas y Culturales del Mercosur – 2001- Posadas.- Primer Premio “La Tierra y Sus Hombres” homenaje a Don Lázaro Fleury -2002- San Jorge, Santa Fe, con el cuento: “El Último Refugio”.- Primer Premio “VI Feria de Libros, Expresiones Artísticas y Culturales del Mercosur -Posadas- 2004,.- Primer Premio “VI Feria de Libros, Expresiones Artísticas y Culturales del Mercosur”-Posadas 2004, con la poesía: “A Una Silueta En La Noche”.- Primer Premio “Radio Cuñá Pirú”-Aristóbulo del Valle- 2005, con el cuento: “El Sombrero Blanco”.- Primer Premio “La Poesía y La Prosa Docente”- Posadas- 2005, con el cuento: “La Chacra De Los Tres Pinos”.El domingo 15 de marzo la roja tierra misionera que él amaba se abrió para recibirlo en su seno como a un hijo adoptivo pero dilecto. El Charrúa, ya es una leyenda y un imborrable recuerdo para quienes se contaban entre sus amigos.





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