POSADAS. A los constantes cortes de energía eléctrica que se suscitan a diario en el barrio San Lorenzo se sumó la quema de dos bombas elevadoras de agua, ocasionando un grave problema para las más de 600 familias que residen en la zona. Es que por lo general funciona solo una faz y las bombas son trifásicas. “No es que nos falte agua sino que la situación se complica porque no podemos cargar a los tanques. Necesitamos las bombas que en una de las ocasiones nos repuso el municipio”, manifestó María González, presidente, desde hace cuatro años, de la Asociación Civil “La Unión”, a cargo del servicio de distribución del líquido elemento.En realidad, lo que demanda la tarea es una bomba con mas capacidad a fin que eleve con mayor rapidez y con mayor potencia. Sugieren como ideal una de 5 a 7 HP. Por el momento “no tenemos fondos porque nos hacemos cargo del mantenimiento, la luz, las mangueras, los caños cuando se rompen. Los vecinos pagan una cuota de 25 pesos pero tampoco todos la abonan. El problema es que son muy pocos los que pagan, de alrededor de 700 familias que cuentan con el servicio, no superan las 60”, añadió.Pero este problema viene de arrastre desde hace varios años, de una cooperativa mal administrada. “Cuando nos hicimos cargo, esto ya funcionaba así. Vienen con ese ritmo y es difícil para nosotros remontar. Lo que queremos es que se terminen las obras que se realizan en el barrio, la nueva red de agua y cloacas de Samsa, lo antes posible. Nos haremos cargo hasta que este lista esa red. Esta en la mitad del barrio. Falta mucho todavía. Empezaron en agosto, y fácilmente tenemos para un año mas cuando pensábamos que para septiembre estaría terminado. Pero así como esta la situación climática, es imposible”. González averiguó el costo de una bomba “como la que nos recomendaron y está entre 6 y 6500 pesos. Si todos pagaran, juntaríamos para cubrir el gasto de mantenimiento y para comprar una bomba y tenerla de reserva”. Por estos días en el barrio San Lorenzo se desarrollan obras del Programa Mejoramiento de Barrios (Promeba) y el equipo de campo “está tratando de incentivar a los vecinos para que se den cuenta que tienen que pagar las cuotas. Ahora avisamos que cuiden el agua porque se manda pero poca, con mermas importantes”, recordó la mujer, que hasta el 26 de febrero estuvo al frente de la comisión vecinal del barrio y seguirá trabajando hasta tanto se realicen las elecciones que se concretarán dentro de dos semanas. Contó que cuando se formó la asociación varias había perforaciones pero que llegó el momento en que algunos pozos se secaron y en otros la bomba se quemó por el mismo problema de la energía eléctrica. El 12 de febrero de 2012 se hizo una conexión comunitaria y el año pasado, se incorporó otra conexión, pero con dos mangueras de dos pulgadas que van a la cisterna y resultan finas. “Hicimos las gestiones para que en lugar de esas bombas, que todo el tiempo están trabajando de la cisterna a los tanques, nos conecten directamente a los tanques, pero no fue posible”, dijo. Por sectoresLos tanques domiciliarios del barrio San Lorenzo no superan los 500 litros y algunos optan por juntar en recipientes colocados en el suelo. González admitió que el barrio es grande y la capacidad “que tenemos para juntar agua, no alcanza. Se tiene que distribuir en cuatro sectores. Hay trece llaves que se tienen que estar abriendo y cerrando y mandando para un sector durante una hora, y para otro sector, durante otra hora. No es que se abre y el agua va para todos”. Agregó que la cisterna tiene 70 mil litros, se carga un tanque de 20 mil litros y otro de ocho, “pero para cargar esos tanques con la bomba que tenemos tarda tres a cuatro horas. Esas bombas fueron arregladas hace un mes, y mandarlas a rebobinar otra vez no sería una solución”. Y, ademas de la bomba, necesitan un estabilizador. “Si no tenemos una respuesta inmediata tendremos que evaluar la comprar a través de un crédito personal o una tarjeta de crédito. Los que son socios, pagan sus cuotas, exigen, y los que no pagan, esperan también. Es complicado pero el agua es necesaria más ahora que comenzaron las clases”. En el verano la situación se torna aún más complicada. Hay sectores a los que se manda día por medio. Hay gente que tiene pozo y saca de allí para utilizar en la limpieza del hogar y guarda el agua del bombeo para tomar y cocinar, que es lo más necesario. El San Lorenzo está emplazado en una zona de pendiente. Al largar el agua, el sector de abajo recibe con presión pero los vecinos que se ubican en las proximidades de las avenidas Cabo de Hornos y Cocomarola, “no la tienen. No carga, no sube a los tanques, tienen que cargar en un recipiente abajo y elevar con una bomba”.





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