CIUDAD DE MÉXICO, México (Agencias y diarios digitales). La vida que llevaba Servando Gómez Martínez, alias “La Tuta”, líder del sanguinario cartel de Los Caballeros Templarios y uno de los criminales más buscados del país, terminó ayer sin un disparo. Tras años de someter a gran parte del estado de Michoacán, sobre todo, a la volcánica zona de Tierra Caliente, Servando Gómez fue detenido durante la madrugada por la Policía Federal en Morelia, la capital del Estado. Con su caída, el Gobierno de Enrique Peña Nieto da satisfacción a una demanda clave de las extintas autodefensas, los grupos armados de origen popular que se enfrentaron al imperio del narco ante el fracaso de la autoridad estatal. La detención es de altísima rentabilidad política para un Ejecutivo erosionado por casos como el de los 43 estudiantes de Iguala.El afán de notoriedad de Servando Gómez Martínez dejó en evidencia durante años a las autoridades encargadas de capturarlo. “La Tuta” colgaba a menudo videos en Youtube donde hablaba sobre las bondades de su espeluznante organización, otras veces daba entrevistas a cara descubierta en las que mostraba un inquietante y poco creíble comedimiento (“soy delincuente, pero no rapiñero”, decía) y en más de una ocasión se pavoneó con su pistola de cachas tachonadas de brillantes por los pueblos de Tierra Caliente, repartiendo billetes de 200 pesos.En los últimos meses, bajo la presión de las fuerzas de seguridad, había dejado de aparecer, pero no rebajó su presencia mediática. Para mantenerse en primera línea instrumentó una devastadora videoguerra. Desde sus escondrijos hacía llegar a los medios grabaciones en las que renombradas personalidades (exgobernadores, hijos de mandatarios, periodistas y alcaldes) dialogaban con él en actitud servil. Cada video pulverizó una vida política. Entre los caídos figuran desde Jesús Reyna, secretario de Gobernación de Michoacán y gobernador interino en 2013, durante la etapa más virulenta del enfrentamiento entre los narcos y las autodefensas, hasta Rodrigo Vallejo Mora, hijo del gobernador Fausto Vallejo, cuya fulminación vino seguida días después de la retirada de la vida política de su padre. Toda una exhibición de fuerza durante años dejó al descubierto la debilidad estructural de la lucha contra el narco en Michoacán.La detención llega tras una intensa búsqueda en la que cayeron otros líderes del cartel como Nazario Moreno González, alias El Chayo, y Enrique Plancarte Solís, El Señor de los Caballos. Cuevas, ranchos perdidos, pueblos que le eran fieles, como Arteaga, su localidad natal, fueron barridos para dar con este escurridizo criminal. La intensidad de esta persecución fue proporcional a la importancia de “La Tuta”, quien con los años y los asesinatos había adquirido una significación política muy superior a la de otros jefes del narco.El presidente Peña Nieto y su equipo apostaron en la pacificación de Michoacán gran parte de su crédito político. Para recuperar la autoridad estatal, pero también la confianza de la población, el mandatario envió a principios de 2014 un ejército de casi 10.000 policías federales y militares, bajo las órdenes del comisionado especial Alfredo Castillo. Investido de poderes extraordinarios, sólo comparables a los conferidos en 1994 a la comisión encargada de frenar el alzamiento zapatista, Castillo pronto impuso su ley en Tierra Caliente. El adelantado presidencial liquidó las autodefensas, reconvirtiéndolas en fuerzas rurales, detuvo uno tras otro a los cabecillas del cartel, y estranguló sus principales fuentes de financiación. Pero no pudo con “La Tuta” ni apagó por completo el fuego de la violencia. Cuando a principios de año fue apartado del cargo, una miríada de grupúsculos ultraviolentos combatían por hacerse con el trono dejado por Los Templarios. Y “La Tuta”, aunque en retirada, seguía burlándose de la Justicia. Algo a lo que estaba acostumbrado este ejemplar de narco especialmente supersticioso y cuya historia ilustra el régimen de terror de Tierra Caliente.Perfil“La Tuta” es un exmaestro de una escuela rural cuya ambición le llevó a liderar el sanguinario cártel Los Caballeros Templarios y que destacó entre los capos mexicanos por su tendencia a grabarse en videos y hasta dar entrevistas.Se filtraron a la prensa tantos videos de Gómez que el conjunto acabó recibiendo el nombre de “La Tutoteca”.En algunos de ellos aparecía hablando a la cámara solo en un rancho y en otros conversando en alguna de sus propiedades con altos cargos políticos de Michoacán, lo que llevó a la detención de un exgobernador interino de ese estado y el hijo de otro exgobernador, entre otros.“La Tuta”, un mote ganado de niño por su pronunciada nariz semejante a la de un español que trabajaba en una obra cercana a su casa, aprovechaba cualquier grabación para insistir en que su organización, a la que consideraba una “fraternidad”, sólo era resultado de un vacío de poder.Estaba obligado, según decía, a proteger “al pueblo de Michoacán” de los cárteles Jalisco Nueva Generación y de Los Zetas, fundado por exmilitares de élite desertores.“Somos un mal necesario”, dijo en una entrevista clandestina con la cadena estadounidense Fox en diciembre de 2013.Gómez Martínez, que según habitantes de poblados de Michoacán tiene varias “esposas”, era el tercer narcotraficante en la cúpula de La Familia, un cártel con una ideología pseudorreligiosa que se formó hacia 2005 y del que se separó después de que el Gobierno diera erróneamente por muerto a finales de 2010 al líder Nazario Moreno alias “El Chayo”.Moreno, quien finalmente fue abatido el pasado marzo, y Gómez formaron Los Caballeros Templarios, que continuó reclutando sicarios con su discurso visionario, cooptando a políticos y policías y extorsionando a pequeños y grandes empresarios de la región.Formación de guerrillero Servando Gómez, un hombre de tez morena que solía aparecer con gorra, fue clave para el posicionamiento de La Familia dada su experiencia previa como maestro en comunidades rurales de Michoacán, reveló Guillermo Valdés, exdirector de la agencia de inteligencia de México, en su l
ibro “Historia del Narcotráfico en México” (2013).Como docente, Gómez participó “en el movimiento magisterial de izquierda” en Michoacán y en la vecina región de Guerrero (sur), los epicentros de movimientos guerrilleros que surgieron desde 1960, algunos de los cuales aún perviven.En ese contexto, “La Tuta” aprendió “estrategias de penetración social, tácticas de lucha guerrillera y formas de sobrevivencia en la clandestinidad”, apunta Valdés.“La mezcla de pensamiento y prácticas de secta religiosa con las de la guerrilla” le dieron a La Familia una fama de congregación “liberadora” al reclutar, tras un proceso de desintoxicación, a jóvenes que habían sido adictos a las drogas, dice Valdés.Bajo el mando de “La Tuta”, Los Caballeros Templarios siguió la misma estrategia, incluso efectuaba ceremonias de iniciación de corte religioso en las que eran usadas espadas y batas blancas, según algunas versiones periodísticas.Gómez “es considerado uno de los hombres más violentos (…) capaz de asesinar sólo porque quien le leía las cartas del Tarot, le revelaba que supuestamente alguien lo traicionaría”, según una ficha difundida por la fiscalía mexicana cuando el narcotraficante aún formaba parte de La Familia.El trabajo “más activo”Gómez, que una vez dijo que su cártel contaba con 10.000 miembros, tiene siete propiedades en el municipio de Arteaga (Michoacán), donde nació el 6 de febrero de 1966, entre las cuales figura el rancho “El Encino”, cercano a una pista de aterrizaje clandestina, según la ficha de la Fiscalía.Sobre su salto del magisterio al narcotráfico, “La Tuta” explicó en la entrevista con Fox que, si bien ser maestro es un trabajo “sano y honesto”, no encajaba con sus “aspiraciones e hiperactividad”.“Un tiempo le perdí el rastro y luego volví a saber de él porque en las noticias lo nombraban como líder de La Familia”, explicó Juan Ezquivel Puente, compañero de “La Tuta” en la escuela para formación de maestros de Arteaga.En los últimos meses, y con la caída del resto de la cúpula de Los Caballeros Templarios, Gómez se había convertido en el capo más buscado de México.





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