POSADAS. Entre los registros de la Policía Internacional, más conocida como Interpol por sus siglas en inglés, figuran al menos siete misioneros que actualmente son intensamente buscados en todo el planeta. Se trata de homicidas que dejaron su marca de sangre en la provincia o en otro punto del país y que jamás volvieron a ser vistos.PRIMERA EDICIÓN tuvo acceso a esa base de datos y recopila en este informe las identidades de los misioneros cuyos paraderos son un misterio desde hace meses o años y que tienen a los “sabuesos” de la organización internacional tras sus pasos. Para ellos, un mal movimiento, un error, puede significar el regreso a la cárcel.Vale la pena aclarar que en la lista de la Interpol hay otros tantos buscados nacidos en la provincia, aunque los mismos son requeridos por otro tipo de delitos que no están vinculados a crímenes de sangre.Un “salto” a la libertadDe entre los siete, quizás el más conocido a nivel nacional sea Víctor Hugo Martínez (27), uno de los cinco presos que escapó irrisoriamente de un móvil del Servicio Penitenciario Federal que viajaba por la autopista Ricchieri de Buenos Aires, en la noche del lunes 8 de abril de 2013.Los reos forzaron una escotilla del techo del ómnibus y, de a uno, se lanzaron al asfalto. Dos fueron recapturados, pero Martínez y otros dos lograron quebrar el cerco propuesto por las autoridades.En poco tiempo se supo que Martínez había nacido el 1 de mayo de 1987 en Posadas y que había sido condenado a cadena perpetua por el asesinato a balazos del cabo de la Policía Federal Carlos De Antueno (34) en la mañana del 23 de octubre de 2008, tras intentar robar una tienda de ropa deportiva en pleno Palermo, en Capital Federal.Desde la noche de la fuga, que por lo insólita copó los medios nacionales por algunos días, nada volvió a saberse de Martínez. Algunos dicen que escapó a un país vecino, no sin antes pasar por Misiones.Recompensa por su paraderoAunque también vinculado al crimen de un agente de seguridad, no tan conocido es el caso del misionero Edgar Rogelio Villalba o Fernández Sanabria (21), quien en la noche del domingo 27 de mayo de 2012 mató a tiros al penitenciario Miguel Ángel Suárez en Laferrere, en el Gran Buenos Aires.El joven protagonizaba una riña con otras personas cuando Suárez intervino para calmar la situación. Entonces Villalba lo invitó a pelear “a mano limpia”, pero luego sacó un arma de fuego y mató al efectivo de varios disparos en el pecho.Villalba o Fernández Sanabria, como también se hacía llamar, es buscado por Interpol en virtud de lo solicitado por la Justicia bonaerense, que además lo tiene aún hoy en la lista de criminales peligrosos y hasta ofrece una recompensa de entre 20 mil y 100 mil pesos por datos sobre su paradero.En suelo misioneroDe la lista principal de hechos registrados en los últimos años, existen otros tres nombres misioneros que son buscados por Interpol a raíz de requisitorias de la propia Justicia provincial.Uno de ellos es Pablo Mafalda (52), nacido en 25 de Mayo y acusado de ser el autor del crimen del comerciante Elisandro Javier González (28), quien fue hallado asesinado a golpes en un camino vecinal terrado de Picada Propaganda, en Aristóbulo del Valle, a unos dos kilómetros de la ruta nacional 14.El cuerpo se encontró cerca de las 22 del miércoles 29 de agosto de 2012. Al lado estaba su billetera con 840 pesos, por lo que enseguida se descartó un hecho de robo. Para los investigadores, hasta el día de hoy la principal hipótesis es la de un ajuste de cuentas. Y el principal sospechoso, Mafalda, que no volvió a ser visto por la zona.En la lista de Interpol también aparece el nombre de Miguel Ángel Ramírez (38), acusado de asfixiar hasta la muerte a su expareja, Vanesa Analía Gómez (27), en la casa donde la mujer vivía junto a la hija de ambos, de 10 años, en Ñu Porá.Después de una intensa pesquisa, se descubrió que “Maicol”, como lo conocían en el barrio, ultimó a la mujer porque aparentemente había iniciado una relación con otro hombre. Se supo luego que escapó de la escena en una moto que dejó estacionada frente a la plaza San Martín de Posadas y que, desde allí, tomó un colectivo rumbo a Paraguay. Su paradero sigue inmerso en el misterio.La Policía Internacional también está tras los pasos de Osvaldo De Almeida (52). Y no es para menos: “Polaco” es buscado por el doble homicidio de Juan De Lima (52) y Celestino Almeida (51), perpetrado a las 20.30 del sábado 22 de diciembre de 2012 en Paraje Tacuaruzú, cerca de Cerro Corá.Los tres compartían una ronda de tragos que llevó a una acalorada discusión por la propiedad de la tierra. Fue en ese momento que De Almeida extrajo un arma y abrió fuego. De Lima murió en el acto y Almeida -que no era familiar del sospechoso- falleció unos pocos días después en el hospital.Once años sin respuestasPasaron más de once años, pero de Adolfo Krutli (32) y Cristian Veidoski (34) nunca volvió a saberse nada. Ambos fueron parte de la fuga de cuatro presos de la comisaría seccional Tercera de Posadas en la madrugada del 16 de julio de 2003, por la que fueron investigados el jefe de esa dependencia y el oficial de servicio de aquel día.Krutli, acusado de matar de ocho puñaladas a Emilio García (17) en la chacra 142 de Posadas junto a otras personas por un pleito de vieja data, el 22 de febrero de 2003, no volvió a ser visto desde entonces y todo apunta a que huyó en dirección a Brasil.Veidoski fue protagonista de otra historia horrorosa: la Justicia lo busca por asesinar a cuchilladas a su propio hijo, de apenas ocho meses, porque creyó que no era “su sangre”. Después de eso, enterró el cuerpito a 26 kilómetros de Gobernador Roca. Él, Krutli y el resto de los misioneros buscados lograron por el momento mantenerse en la clandestinidad.





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