BUENOS AIRES (Medios digitales). La situación de Jorge Mangeri, el portero del edificio de Ravignani al 2.300 y único acusado por el crimen de Ángeles Rawson, es complicada. A horas del juicio que deberá afrontar a partir de hoy por “abuso con acceso carnal, homicidio y femicidio” de la adolescente, decidió escribir una carta en el penal de Ezeiza y dársela a su abogado para insistir con su inocencia.“Le pido a la sociedad toda que esté atenta al debate. Que sean garantes de un juicio justo, pese a la parcialidad de la que soy víctima. Soy inocente”, dice textual la nota. No es la primera vez que lo hace. El 10 de octubre de 2013 había escrito: “No pido que me crean ni que dejen de creer en mí. Sólo les puedo decir que soy inocente, que no podría mirar a los ojos a mi familia si no lo fuera. Sólo le pido a Dios que se descubra la verdad”.El Tribunal había rechazado la semana pasada la recusación que presentó su abogado, Adrián Tenca, y dio lugar al juicio que arrancará a las 9 en el sexto piso del Palacio de Talcahuano 550, mientras que el Centro de Información Judicial (CIJ) anunció que transmitirá en vivo el inicio de la audiencia a través de la televisión.El debate estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 porteño, presidido por Fernando Ramírez e integrado por Ana Dieta de Herrero y Jorge Gettas, especialmente designado para este caso. Se estima que habrá más de 180 testigos y que la resolución estará para fines de julio de este año.Ángeles desapareció el 10 de junio de 2013 cuando regresaba a su casa de Palermo. Las cámaras de los edificios registraron las imágenes de la joven mientras ingresaba por la puerta principal del edificio donde vivía junto a su familia. No obstante, al día siguiente su cuerpo fue hallado en el predio de la Ceamse de José León Suárez.Por el crimen fue detenido Mangeri, quien se autoincriminó cuando declaraba como testigo ante la fiscal Asaro, aunque en sus indagatorias posteriores siempre se declaró inocente. Los estudios de ADN determinaron que había perfil genético del portero debajo de tres uñas de la mano derecha de Ángeles -con un 99,9 por ciento de precisión en el caso del dedo índice-, lo que sugiere que ella alcanzó a rasguñarlo en un intento de defensa. Una junta médica resolvió que la joven murió tras ser estrangulada y asfixiada.





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