BUENOS AIRES (NA-Medios Digitales). El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, advirtió que “hay núcleos duros de la pobreza a los cuales no llegan los planes” sociales.“Hay núcleos duros de la pobreza a los cuales no llegan los planes de Asignación Universal por Hijo y otras ayudas, gente que no sabe leer ni escribir en los cordones de las grandes ciudades o que están metidos tierra adentro y que se hace difícil que puedan acceder a derechos básicos”, enfatizó este miércoles.En declaraciones a radio América, el prelado consideró que esa situación “compromete no sólo el presente sino el futuro de muchos niños” en distintos lugares del país y alertó sobre “situaciones difíciles”.Lozano contó que junto a “funcionarios y miembros de organizaciones sociales” estuvieron en “el chaco salteño visitando a wichis y criollos por problemas de titularidad de la tierra”.Allí, según afirmó, vieron que “cuesta mucho llegar desde los municipios y las gobernaciones a los lugares más cercanos con alguna ayuda, porque es gente que vive alejada y en situaciones de falta de acceso al agua potable”.Lozano consideró que se trata de “situaciones difíciles que requieren de una mirada particular” y señaló que se trata de “un número importante de niños y de familias”.En noviembre último, la Iglesia ya había manifestado su “preocupación” por la “pobreza estructural” y había realizado una observación sobre el alcance de los planes sociales.En esa oportunidad, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, señaló que la Iglesia le “preocupa la pobreza” y reconoció que “hay un esfuerzo del Gobierno, por caso, a través de la Asignación Universal por Hijo”.Sin embargo, Arancedo advirtió que “no se sale de la pobreza estructural con planes sociales sino con trabajo en blanco, vivienda, cloacas, luz” y subrayó que “es algo que trasciende a un gobierno y que requiere políticas de largo plazo”.Lozano se refirió además, al problema de las drogas vinculadas al delito: “El consumo creciente es un problema serio. Si crece el consumo, crece la actividad delictiva que provee a ese consumo. Nuestra preocupación está puesta en ver cómo desde nuestras propias comunidades nos hacemos cargo de la situación. No queremos con la Iglesia señalar con el dedo lo que están haciendo otros”.El titular de la Comisión Episcopal también aludió a la situación de violencia que se registra en Santa Fe, donde en la ciudad de Rosario se registraron más de 240 homicidios a lo largo del año. “Hay algunas situaciones de violencia en Santa Fe que son muy duras. El hecho de que hayan matado hace poco a la mamá que luchaba en contra del avance del narcotráfico nos muestra que estas bandas criminales no van por poco, sino que tiran abajo a cualquiera que surja en su camino”, dijo.“El año que viene pensamos insistir en lo que nos pide el Papa Francisco, en la cultura del encuentro y la amistad social”, concluyó el monseñor Lozano.





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