POSADAS. “Hola señora, ¿puede respirar?”, pregunta un enfermero que llegó en la ambulancia policial al lugar en que chocaron un colectivo lleno de pasajeros, una camioneta y una moto. Dos mujeres yacen en el suelo con sus cascos puestos, todas ensangrentadas. La moto en que viajaban quedó a varios metros, destruida. Una grita de dolor, se ha cortado con la botella de vidrio que llevaba en una mano. Dado que respira, se la codifica como “código amarillo”. La otra no grita, entonces buscan cotejar si puede responder. Pero no lo hace, eso puede significar que tenga las vías obstruidas o que esté inconsciente. “¡Código rojo, código rojo!”, indica el enfermero. La suben a la tabla y de inmediato a la camilla. Arranca el camino hacia el Hospital Madariaga a bordo de la ambulancia policial. Cada minuto vale oro. En un cuarto de hora llegan a Emergencia. En la camioneta también hay dos víctimas y la cosa se complica: quedaron atrapadas por el motor, que se fue hacia atrás a causa del impacto. Ambas siguen vivas pero están inconscientes. Una no respira. Adrenalina, máxima concentración por parte de los rescatistas que ya han pedido ayuda a los Bomberos para que vengan a descomprimir la cabina para liberar a las mujeres.También hay víctimas en el colectivo. A todos los atienden y buscan poner a salvo. Vivirlo desde adentroFue un simulacro, una instancia de aprendizaje en carne propia para los agentes policiales que se estuvieron capacitando en rescates. Y esta actividad también sirvió para ponerse en los zapatos de las personas que han sufrido un accidente vial. Estas son situaciones que nadie espera vivir en sus vidas, pero ocurren más seguido de lo que uno deseara. Y es por eso que en lo que va del año ya son más de 243 las víctimas fatales.En el simulacro colaboró la Policía Provincial, Línea 103, Defensa Civil, Bomberos, la Ucamis y Crucero del Norte, entre otros.





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