SAN ANTONIO. Juan Schenovald es un humilde agricultor de 43 años quien junto a su familia (esposa y cuatro hijos 13, 11, 8 y 3 años) vive y trabaja en una chacra del paraje kilómetro 130. Los Schenovald son parte de esa multitud campesina que a lo largo de toda una vida de esfuerzos y sacrificios apenas si han conseguido hacerse una casita y comprar los muebles necesarios porque el día a día se lo lleva todo, nunca sobró para lujos y su mayor aspiración es poder brindarle a sus hijos continuidad en los estudios para que tengan mayores posibilidades que las que ellos tuvieron. Cachetazo del destinoEl destino les jugó a los Schenovald una mala pasada: a raíz de un cortocircuito, en escasos minutos perdieron todo lo que tenían quedando sólo con lo puesto.“Estábamos mirando tele en la sala y cuando mi esposa fue hacia la cocina sintió un chispazo en el cuarto, cuando fuimos a ver ya había agarrado fuego el cartón, y a partir de ahí se volvió incontrolable”, relató Juan a PRIMERA EDICIÓN, “apenas si atinamos a sacar a la gurisada y los documentos, no tuvimos tiempo de nada, fue impresionante la velocidad con la que el fuego se esparció por toda la vivienda”.El techo de cartón y las paredes de machimbre fueron un combustible decisivo para la rápida expansión, y para cuando se acercaron los vecinos ya no se podía hacer nada.“Por suerte estábamos despiertos”, expresó Carmen, “y ninguno de nosotros sufrió quemaduras; de las cosas no pudimos salvar nada, quedamos con lo puesto, no sé cómo vamos a hacer para seguir”, finalizó desconsolada.Vecinos solidariosLa presencia de los vecinos fue inmediata, pero el fuego fue más rápido nada se salvó: “yo vivo a 500 metros y vi el fogonazo, inmediatamente salí corriendo y en el camino corté la llave de la luz, cuando llegué ya no se podía hacer nada, el fuego se había llevado todo”, contó Diego vecino cercano a la familia.“Me da mucha pena lo que les pasó, sé que son una familia humilde y trabajadora y perder en minutos el esfuerzo de toda la vida es durísimo, como se puede ver aquí estamos todos y colaboraremos para que pronto vuelvan a tener su propia casa”.Agradecido Juan Schenovald adosó, “quiero agradecer a los vecinos que inmediatamente se presentaron para ayudar y además nos ofrecieron albergue y colaboración para reconstruir nuestra casa, todos se han puesto a disposición”.OrdenanzaEn el municipio rige una ordenanza que norma las acciones a seguir por el ejecutivo ante este tipo de siniestros, reza sobre fondos de asistencia inmediata para las víctimas de este tipo de siniestros, por lo que amén de contar con la solidaridad de los vecinos también desde la ley municipal seguramente encontraran amparo.




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