POSADAS. De repente, un testigo, que probablemente no soportó la presión de callar la verdad, aportó información fundamental y reencauzó la investigación por el aberrante homicidio de la estudiante Lucía Isabel Maidana, ultimada a mazazos y quemada el 6 de abril de 2013 en el departamento de la calle Estado de Israel 3495.El muchacho, compañero de Nicolás Sotelo, único imputado en la causa, aseguró a la Justicia haber visto el momento en que el sospechoso arrojó un juego de llaves al techo de una guardería ubicada frente a la Facultad de Humanidades, donde ambos cursaban la carrera de Antropología.Esa declaración se produjo el jueves pasado en el Juzgado de Instrucción 1 de Posadas, a cargo del magistrado Marcelo Cardozo. Para el sábado, la Policía se constituyó al lugar con una orden de allanamiento y procedió a buscar en el techo del edificio de dos plantas. Allí encontraron las dos llaves (ver el recuadro Son las…).Ayer se efectuaron las pericias para determinar si se correspondían con las cerraduras del portón de acceso a la propiedad y de la puerta principal del departamento. El resultado fue positivo y reposiciona a Sotelo en el centro de las sospechas. Fuentes del caso indicaron que el juez Cardozo analizará otras aristas para avanzar sobre una eventual detención. Son las llaves del portón y de acceso al domicilioEn abril de 2013 la Justicia había secuestrado dos cerraduras de la propiedad ubicada en la calle Estado de Israel 3495, jurisdicción de Villa Urquiza, donde mataron a Lucía Isabel Maidana. Una pertenecía al portón de acceso a la propiedad y la otra, a la puerta principal del departamento Nº 2, donde vivían Lucía Maidana y su hermana Felicitas.Ayer, justamente, se efectuó la pericia para cotejar que las llaves encontradas en el techo de la guardería “Piojos y piojitos”, frente a la Facultad de Humanidades, encajaran perfectamente en ellas.El resultado fue positivo. Esas llaves pertenecen al portón y a la puerta de acceso al departamento del inquilinato.La pericia, de importancia quizás decisiva para la resolución de esta macabra historia, se llevó a cabo en presencia de la defensa del imputado Nicolás Sotelo; de los secretarios del Juzgado de Instrucción 1 de Posadas, fedatarios del procedimiento, y de peritos de la Secretaría de Apoyo a Investigaciones Complejas (Saic), según las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN. La teoría de que, tal vez, ese día no fue violadaLos investigadores anduvieron cerca, pero no lo suficiente. Buscaron las llaves en el techo de la Facultad de Humanidades hace meses y ahora se supo que estaban en la vereda de enfrente, en el techo de una guardería situada a la misma altura que esa casa de altos estudios.El dato de su ubicación fue aportado por un estudiante de la carrera de Antropología, compañero de cursado de Nicolás Sotelo, principal sospechoso y único imputado en la causa que se instruye en el Juzgado Penal 1.PRIMERA EDICIÓN consultó con los detectives sobre cómo se explicaba esta circunstancia en el contexto de una investigación que no halló ADN de Sotelo en el escenario del hecho y la respuesta deslizó una pista de hacia dónde podría orientarse la investigación en el futuro.Los pesquisas creen que, probablemente, las marcas de actividad sexual en el cuerpo de la víctima sean de días anteriores al brutal homicidio, lo que dejaría el caso ante la eventualidad de un homicidio sin violación.Es decir, el asesino le asestó tres mazazos a Lucía en la sala, arrastró el cuerpo agonizante hasta la habitación y allí trató de quemarlo, junto con el resto del inmueble.La hipótesis no es descabellada y reorientaría la investigación en 180 grados. No se trataría de un homicidio para ocultar una violación, sino de un asesinato por otras motivaciones. Por venganza, por ejemplo.Eso explicaría dos cuestiones: que Lucía tuviera el pantalón jean puesto cuando la encontraron y que el ADN de Sotelo no hubiera coincidido con los que aparecieron tras la prueba realizada en un laboratorio de la Capital Federal, consignaron los sabuesos. Por ahora, el joven no sería detenidoLa identidad de Nicolás Sotelo apareció desde un principio vinculada con la autoría del aberrante homicidio de Lucía Isabel Maidana, ocurrido el 6 de abril de 2013.Desde el momento en que la hermana de la víctima, Felicitas Maidana, que mantuvo una relación sentimental con él, lo mencionó en la causa como sospechoso.Incluso llegó a estar detenido, pero fue liberado después de que un laboratorio de Capital Federal confirmara que su ADN no apareció en las muestras remitidas por la Justicia misionera.Ahora aparece esta nueva pista, aportada por un compañero de estudios, de la carrera de Antropología, quien aseguró haberlo visto arrojar las llaves en el techo de la guardería.Fuentes consultadas por este diario indicaron que, al menos por hoy, Sotelo no será detenido. Solamente por ahora.




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