POSADAS. Las limitaciones que impuso el Estado nacional desde el momento en que empezó a aplicar las DJAI (Declaraciones Juradas Anticipadas de Exportación), a principios de 2012, no sólo ha generado muchas polémicas, sino que además ha ocasionado controversias entre los propios organismos que operan en el sector. “Se trabaja con cuentagotas y evidentemente con eso se va limitando mucho el ingreso de mercaderías desde el exterior. Con las exportaciones también sucede lo mismo, porque con respecto a los controles exhaustivos que practica la Aduana, se van formulando exigencias que hacen difícil concretar las exportaciones, mientras que por otro lado se filtran operaciones por sistemas que no son adecuados”, afirmó el presidente del Centro de Despachantes de Aduana de la provincia, Javier Fiori. En declaraciones a PRIMERA EDICIÓN, Fiori aseguró que “la caída se sintió además por la baja de la actividad económica, pero sumado al manejo que tiene el Estado respecto a los permisos de importación y las exigencias que plantean para exportación, todo hace que la actividad se vea muy deteriorada”. Para el titular del Centro de Despachantes de Aduana Seccional Misiones, para que esta situación se revierta “tendrían que equipararse las reglas de juego. La carga impositiva y fiscal es muy alta y los problemas que se plantean para el comercio interior para la temporada que viene no son nada halagüeños, porque hacen vislumbrar una situación aún más grave que la que estamos sufriendo. En definitiva, no ha cambiado nada, sino que cada vez está más complicado el acceso a la operatoria, por las restricciones que plantea el Estado”.El panorama, según los aduaneros“Prácticamente las importaciones están paradas y las exportaciones tienen grandes problemas. Aparte, el tipo de cambio viene bastante retenido en el caso de la exportación, por lo cual no compensa tampoco para la competitividad a nivel mundial”, sostuvo el referente del sector.Con respecto al movimiento generalizado que tuvo el rubro a lo largo de la temporada, Javier Fiori comentó que la actividad se desarrolló, “pero no sin problemas. Las mercaderías fluyen porque el rubro comercial las necesita. Por ejemplo, el rubro de productos frescos como la cebolla, el rubro frutihortícola, que son los que más se mueven en las fronteras de Bernardo de Irigoyen, Iguazú y San Javier”. No obstante, dijo que “en un futuro seguirían las complicaciones porque los entes fiscales y cambiarios van a empezar a presionar sobre los exportadores, operadores y despachantes, lo que acarrea como consecuencias las multas, que a su vez se traducen en costos impositivos mayores y una serie de desventajas que van a ser aún más complicadas porque se van a estar pagando los resultados de lo que pasó el año anterior”. Diálogo con entes fiscalizadoresSon varios los organismos fiscalizadores que operan en el rubro aduanero y justamente el diálogo fluido ha sido la tarea pendiente desde el momento en que se endurecieron las medidas que se aplican tanto por la Afip como por la Secretaría de Comercio Interior, acompañados por Prefectura Naval Argentina y Gendarmería Nacional. En ese sentido, Fiori señaló que “tenemos diálogo con los organismos, lo que acontece es que los organismos responden a las directivas que les manda el Estado nacional desde el nivel macroeconómico, tanto sean del Ministerio de Economía, de la Afip o de la Aduana. Están también las autoridades sanitarias, que tienen que inspeccionar los productos vegetales, por lo que estamos también con esa permanente presión”. “Sabemos que responden a una política de Estado y las políticas son justamente restrictivas. El diálogo a nivel local existe, con todos los funcionarios mantenemos un diálogo permanente, pero no podemos ir más lejos de lo que las directivas a nivel nacional les exigen”, insistió.El transporte, “el más resentido”Finalmente Fiori remarcó que hay sectores que han visto sumamente resentida la actividad. “Tal es el caso del transporte, que ha sentido el impacto directo en los insumos, en los salarios, en las cargas sociales y todo lo que implica el mantenimiento de las unidades. Significa un retroceso en la actividad, porque los costos son más altos que los ingresos (fletes), que las rentas que obtiene”. “No veo grandes perspectivas ni muchos cambios para el próximo ejercicio y eso es lo que más nos preocupa a todo el sector”, sentenció desesperanzado.





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