TEL AVIV, Israel (Agencias y diarios digitales). Cuatro israelíes murieron y ocho resultaron heridos ayer en un atentado contra una sinagoga en Jerusalén cometido por dos palestinos, que fueron abatidos, en el ataque más mortífero de los últimos años en la Ciudad Santa, escenario de fuertes tensiones.El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió ayer que Israel reaccionará “con mano de hierro a este asesinato de judíos”, que refuerza el temor de que el conflicto israelo-palestino tome un cariz religioso.Por su lado, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, violentamente criticado por varios ministros israelíes, condenó rápidamente la muerte de “fieles que oraban en una sinagoga” y también “la muerte de civiles del lado que sean”. El ataque tuvo lugar a las 7 locales (2 de Argentina), en una sinagoga del barrio ultraortodoxo de Jar Nof, en Jerusalén Oeste, considerado un bastión del Shass, un partido religioso.Los atacantes, Udai y Ghasan Abu Jamal, dos primos oriundos de Jabel Mukaber, un barrio de Jerusalén Este, entraron a la hora de la oración. “Escuché disparos y uno de los fieles salió del edificio gritando ‘¡Hay una matanza!’”, dijo un testigo a la radio.Los dos palestinos abatidos por agentes atacaron con “hachas, cuchillos y una pistola”, indicó la policía. El ataque dejó ocho heridos, uno de ellos en estado crítico y tres en estado grave.Los cuatro israelíes muertos tenían doble nacionalidad, tres de ellos estadounidense y el cuarto, británica.La muerte de cuatro judíos en un lugar de culto echa leña al fuego en una ciudad donde, desde julio, se registra una fuerte tensión, en particular en la Explanada de las Mezquitas, donde los extremistas judíos quieren obtener la autorización de rezar.Después del atentado, el ministerio de Seguridad Interior, Yitzhak Aharonovich, decidió autorizar el porte de armas fuera de las horas de servicio a los militares y los guardianes de las escuelas.Las dos principales fuerzas islamistas palestinas, Hamas y la Yihad Islámica, celebraron el ataque que por el momento no fue reivindicado.El ataque es una “respuesta al asesinato del mártir Yusef Ramuni”, un conductor de autobús palestino hallado muerto el domingo en su vehículo en Jerusalén Oeste, afirmó Hamas.La policía israelí concluyó que se trataba de un suicidio, contrariamente al médico forense que examinó el cuerpo de Ramuni, un palestino de Jerusalén Este de 32 años.Ramuni, padre de dos niños, era un hombre “feliz”, afirmó su familia que rechazó tajantemente la tesis del suicidio.Israel prometió ayer destruir la casa de los atacantes en Jabel Mukaber, barrio ocupado y anexado por Israel. La policía rodea esta sector, donde detuvo a una decena de sus familiares. La Ciudad Santa entró en un ciclo de violencia en julio pasado, cuando extremistas quemaron vivo a un adolescente palestino de Jerusalén Este, para vengar la muerte de tres israelíes.Desde entonces, se registran enfrentamientos nocturnos cotidianos en la parte oriental y palestina de la ciudad, anexionada por Israel.Los jóvenes palestinos se enfrentan con piedras a los policías israelíes, fuertemente equipados.La escalada franqueó una nueva etapa hace un mes cuando un palestino embistió con su automóvil una estación de tranvía. Otros dos palestinos siguieron su ejemplo con sendos ataques mortíferos en Jerusalén y Cisjordania ocupada.Después tuvo lugar una serie de ataques con puñales que llegó a las calles de Tel Aviv. Hamas llama a redoblar ataquesNinguno de esos ataques fue directamente reivindicado, pero algunos fueron cometidos por miembros de la Yihad Islámica o de Hamas.Hamas dijo que el ataque era “una respuesta a la serie de crímenes del ocupante” en la mezquita de Al Aqsa, que se encuentra en la Explanada de las Mezquitas. Este movimiento islamista palestino llamó el martes “a continuar las operaciones”.Abas, que debe próximamente pedir al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) un calendario para el fin de la ocupación de los territorios palestinos, reiteró el martes que “la ocupación es la causa de las tensiones”.El ministro israelí de Economía, Naftali Bennett, jefe del partido religioso nacionalista Hogar Judío, denunció la responsabilidad de Abas.“Mahmud Abas con sus incitaciones a la violencia declaró la guerra a Israel y debemos reaccionar consecuentemente2, declaró Bennet.El secretario de Estado norteamericano John Kerry condenó el atentado tachándolo de acto de “puro terror y de brutalidad sin sentido” y exhortó a los dirigentes palestinos a denunciar el ataque. Por otra parte, el Congreso de los Diputados español debía votar este martes una moción presentada por la oposición socialista instando al gobierno a reconocer el Estado palestino en coordinación con la Unión Europea, informaron fuentes parlamentarias.EscenarioTras el sangriento atentado cometido en una sinagoga, Israel prometió más mano dura contra los palestinos, pero esa política corre el riesgo de incendiar un ambiente que ya se convirtió en explosivo, advierten los expertos.El primer ministro Netanyahu reaccionó rápidamente con la promesa de que aplicará una “mano de hierro”. Esa declaración deja presagiar una reacción muy dura, aunque el primer ministro no dio detalles por el momento.Según Daniel Nisman, experto israelí en seguridad, “la policía se prepara para un despliegue más importante” en Jerusalén y en particular en la parte palestina ocupada y anexada. “Otros hablan de que el ejército patrulle en los barrios de Jerusalén Este, pero eso no fue ni confirmado ni validado”.La Ciudad Santa entró en ebullición a partir de julio, con el asesinato de un adolescente palestino quemado vivo por extremistas judíos en represalia por la muerte de tres jóvenes israelíes, secuestrados y asesinados por palestinos.La sangrienta guerra en la Franja de Gaza acabó de enrarecer el clima y luego se sucedieron los atentados, que ahora también afectan a Tel Aviv y a la Cisjordania ocupada. Medidas de doble filo“Para que cesen esos ataques lo único que se puede hacer es acordonar los barrios [palestinos], pero esa es una medida de doble filo: aplicarla implica agravar las tensiones con sus habitantes, cuya mayoría rechaza sin embargo una escalada”, explica Nisman.Para Mark Heller, politólogo israelí en el Instituto de Estudios para la Seguridad Naciona
l (INSS), “no hay solución milagrosa”. “No existen medidas que permitan impedir el paso al acto de lobos solitarios que se despiertan un día y deciden pasar a la acción”, asegura. “Está claro que el gobierno endurecerá sus posiciones, pero eso no resolverá el problema”, predice.Netanyahu ordenó la destrucción de las casas de los dos asaltantes, una medida controvertida y que fue suspendida hace cerca de 10 años por el ejército que la consideraba “contraproducente”.Cuatro familias de presuntos autores de atentados en Jerusalén en las últimas semanas ya han sido víctimas de esas medidas punitivas, pero la justicia debe aún dar su veredicto al respecto.“El Gobierno israelí piensa que son métodos eficaces, pero toda medida tiene sus inconvenientes”, advierte Nisman.Kobi Michael, otro investigador del INSS, estima que el atentado del martes “podría dar un vuelco a la situación”, ya que después de este ataque en un lugar de culto -hecho rarísimo- “todo el mundo está muy nervioso”.Israel no podrá reforzar indefinidamente un dispositivo legal y de seguridad, que ya alcanzó casi sus limites, a juicio de este experto.“Cuantas más fuerzas de seguridad haya (sobre el terreno), más fricciones y posibilidades de sufrir ataques existen, que llevarían a una escalada que ninguna de las partes quiere”, explicó Michael.Netanyahu imputó al presidente Abas, y al Hamas islamista la responsabilidad “directa” de este ataque. El canciller israelí , el ultranacionalista Avigdor Lieberman, acusó a Abas de haber “deliberadamente transformado el conflicto en un conflicto religioso entre judíos y musulmanes”, una recriminación que también utilizan los responsables palestinos.




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