POSADAS. Aunque la pasión por el arte y el deporte parezcan incompatibles, el artista plástico Bernardo Neumann logró conjugar ambas disciplinas. Tras un paréntesis entre pinceles y paletas, busca planificar su entrenamiento para controlar calorías y apostar a una mejor calidad de vida, pedaleando por varias horas y recorriendo por semana cientos de kilómetros. Convencido de lo que pretende, asegura que ésta actividad le permite, además, evaluar el comportamiento de la sociedad desde una óptica diferente, sin ruidos, a una velocidad moderada y en contacto con el medio ambiente.Aseguró que de esta manera puede observar el comportamiento humano desde otra mirada, porque también es conductor lo que hace que se encuentre con estas dos situaciones antagónicas. “En todos estos kilómetros recorridos no pasó un día sin que fuera agredido por un automovilista. Molesta mucho que uno se traslade pedaleando y que no considere que sobre esa bicicleta va una vida humana. Al ciclista se lo considera alguien molesto dentro del tránsito, hay un desprecio total, será por desconocimiento o por pautas culturales imperantes en este momento en el que presumir con el automóvil es lo más común, cuando en otros países del mundo presumir con un auto, es cosa de tontos. El vehículo se puede comprar, puede desaparecer, cuando lo que vale es la persona. Son valores totalmente distintos, y aquí se prioriza la parte material”, manifestó Neumann. Pero reconoció que tampoco todo depende del conductor. También el ciclista “suele ser imprudente desde el momento en que realiza maniobras que no pueden ser anticipadas, cuando no utiliza los elementos de seguridad (casco, antiparras, elementos refractarios), además de respetar las normas de tránsito que se violan constantemente”, acotó.Sostuvo que la bicicleta “me brinda la posibilidad de poder ver, observar” la transformación de la ciudad de Posadas. Cuando incorporó el hábito comenzó el recorrido por ruta 12 hasta la antena de Canal 12. Luego, unos cuantos kilómetros más hacia el Sur y “cuando hacíamos la ‘tirada’ un poco más larga llegábamos hasta la exruta 38, cerca del santuario del Gauchito Gil”. Viajando siempre en grupo, también sintió en carne propia la “desaprensión de los conductores profesionales” y llamó la atención “de los camioneros y colectiveros, que con mucho placer y gracia accionan la bocina al sobrepasar a un ciclista, que va en absoluto silencio, disfrutando de la naturaleza, del viento, los pájaros, el aroma que le va dejando el campo. Ante tamaño susto, uno se tira a la banquina por consecuencia lógica. Y ellos continúen viaje, celebrando la hazaña. El desprecio a la vida es algo que sentimos en forma continua, es algo que pasa a una gran mayoría de los que transitamos la ruta”.Mencionó la falta de respeto en las bicisendas y que tanto sobre la avenida Rademacher como en la Francisco de Haro hubo ciclistas que se vieron involucrados en accidentes serios. Dijo que sobre una de las arterias existe un comercio que usa la bicisenda como lugar de estacionamiento para sus clientes. “Por la experiencia en otros países, considero que están mal ubicadas porque se encuentran del lado del carril rápido. Entonces al encontrarse con el vehículo estacionado, lo que hace es invadir el carril rápido de los autos, con otras consecuencias”, añadió.A su entender, todas estas cuestiones “hacen a la falta de comprensión, a la falta de tolerancia que tienen los conductores de vehículos de mayor porte hacia el ciclista. Y el ciclista tiene que pensar que va sobre un vehículo muy frágil, muy difícil de maniobrar y cuyo impacto puede hasta costarle la vida”, reflexionó el artista. En ese sentido consideró que “hay que llamar a la gente que conoce el tema, a profesionales. Yo puedo aportar un granito de arena desde la observación, de lo que vi en Holanda, en Rumania. En Alemania, por ejemplo, utilizaron como bicisenda un tramo de las vías del tren que quedó en desuso. Como el espacio ya estaba compactado, tiraron asfalto encima y se puede pasear a través de las praderas, en un camino consolidado, señalizado, sobre el que nadie puede detenerse. En el caso de Holanda, existen playas de estacionamiento para bicicletas de hasta cuatro pisos y, en Francia, hay una ley que beneficia con puntajes al que concurre en bicicleta a su trabajo. Esto da la pauta de cómo se valora y se cuida al ciclista en otros países”.Abandono de mascotas“Otra cosa que observo -agregó Neumann- es la manera desaprensiva que tiene buena parte de la población con el trato de las mascotas”. Admitió que “se me hace un nudo en la garganta cada vez que un auto estaciona a unos metros por delante, bajan al pobre animal, y lo abandonan junto a un platito de agua. Al darse cuenta de la situación el animal corre detrás del vehículo hasta que éste desaparece en el horizonte. A pocos días el olor nauseabundo da cuenta que un auto le pasó por arriba”. En otras ocasiones, la mascota permanece “tirada” con agua y comida. “Completamos el recorrido y al volver, sigue esperando que regresen a buscarla. Prácticamente todas las veces que salgo en bici veo una escena de esas. ¿Qué nos está pasando como sociedad?, cuestionó. Manifestó su preocupación por la cantidad de animales silvestres atropellados tras la habilitación del by pass. Osos hormigueros, zorritos, lagartos, que componen la fauna de la región, “son arrollados por desaprensivos”. Asimismo denunció la proliferación de basurales “de una manera alarmante. No se cómo funcionará el servicio de recolección de residuos pero diariamente encontramos bolsas de consorcios con restos de construcción, vidrios, que se va incrementando y no vemos la manera que se pueda frenar”. Es una imagen caótica para los turistas que buscan evitar el ingreso a la ciudad. “Busco invertir en salud”Confió que es aficionado al ciclismo desde hace unos 25 años y que diariamente recorre entre 30 y 40 kilómetros, lo que en la sumatoria anual representaría alrededor de diez mil kilómetros. “Lo que busco es invertir en salud”, insiste, mientras comenta que en Argentina la bicicleta es “menospreciada porque es considerada como medio de transporte de los pobres”. Sin embargo, en otros países sucede totalmente lo contrario. “Tengo amigos que pertenecen al Gobierno de la República Federal de Alemania que se trasladan al trabajo con su bicicleta y es considerado un aporte a la no contaminación y a la descompresión del tránsito”, grafic&
oacute;. Recordó que la incorporó a su gimnasio particular a partir del momento que “no pude hacer otro tipo de deporte de impacto porque las articulaciones comenzaron a resentirse. Por sugerencia de los profesionales comencé a utilizar la bicicleta y estoy muy agradecido”.





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