POSADAS. “Desde los años 80 están naciendo niños con múltiples capacidades, que aprenden mucho más rápido y entonces necesitan una educación que les dé respuestas”, sostiene Noemí Paymal, antropóloga francesa y creadora de “Pedagooogía 3000”, una de las corrientes de educación holística de mayor proyección mundial.“Son niños que evolucionan muy rápido y aprenden muy rápido, eso sin dudas es una muy buena noticia. Pero hay un desfasaje entre las capacidades de estos niños y la educación, que está basada en manuales del siglo pasado y antepasado. Lo positivo es que cada maestro y cada padre pueden cambiar -y muy rápidamente- para poder dar respuestas, que es un compromiso que debemos asumir con los niños”, recalcó con optimismo en una entrevista con PRIMERA EDICIÓN. La propuesta, que compartió en una conferencia y un taller realizados en Posadas y que también se encuentra en un libro de descarga gratuita (ver recuadro), apunta a enseñar a los niños a reconocer sus estados de ánimo, aprender técnicas de respiración, trabajar en equipo y dar más libertad de movimiento al cuerpo. “Hasta los siete años es la etapa en la que más fácilmente pueden aprenderlo, y con ello simplemente se evitará la violencia, el bullying y todas esas situaciones que hoy tanto preocupan”, destacó Paymal. ¿Cómo se pueden lograr esos cambios?Hay tres aspectos muy importantes: por un lado, la información actualizada. Los padres y docentes deben tener información actualizada sobre las características de estos nuevos niños para conocer cómo aprenden, razonan, su parte psicoemocional, su metabolismo que es mucho más alto y por ello tienen más energías. Es una sociedad con niños con muchas pilas, y eso es una buena noticia.Otra clave es hacer cambios concretos y sencillos en el aula. No se necesita hacer grandes gastos ni que el maestro haga un doctorado, sino pequeños cambios, como dar más posibilidades de movimiento y diálogo dentro del aula. Esto se puede lograr con sólo cambiar la disposición de las sillas en el salón.Y el tercer punto es que el adulto haga su propia revisión y se encuentre en paz. Si el adulto está en paz, le va a ir muy bien; pero si el adulto está con estrés, el niño -que es un espejo- no la va a pasar bien. El niño pide que el adulto que lo acompañe haga su trabajo personal de centramiento de paz, de comunicación no violenta, y también de elevar su propia conciencia y su nivel afectivo.Su propuesta educativa incluye destreza física, arte, ecología. ¿Podría detallarla? Una educación holística nosotros la llamamos “La Escuela de los siete pétalos” (ver recuadro). Eso incluye destreza física, no una vez a la semana, sino todos los días. Eso se puede lograr, por ejemplo, liberando espacio en los salones, permitiendo que se sienten en el suelo o en una alfombra y que se puedan desplazar libremente. También incluye ecología, conocer el ecosistema, tener contacto con la tierra en un huerto, por ejemplo, porque eso es sanador. Las materias artísticas son muy importantes. La música, pintura eso les desarrolla el hemisferio derecho que es el que promueve la creatividad. Además, la música previene los trastornos y emociones negativas.Y la salud personal: un niño que se conoce a sí mismo, que aplica una comunicación no violenta, sin herir al otro, es un niño que construye una cultura de paz. Que aprenda técnicas de respiración y de relajación le permite conectar mente y corazón, y dar respuestas a su vida: que sepa quién es, de dónde viene, a dónde va, cuál es su pasión.Con eso la educación es completa, y si se da antes de los siete años, es mucho más efectiva. Eso está comprobado científicamente.¿Y qué pasa con los niños que hoy ya pasaron los siete años? Con ellos todavía está la posibilidad de sanar, de retomar esos aspectos poco trabajados, de enseñarles estas técnicas de autoconocimiento, de respiración, proyectos solidarios, investigaciones. De esa manera se podrán revertir estas situaciones de depresión, de violencia y de bullying que tanto preocupan hoy.En esta época hay muchos niños diagnosticados con déficit de atención o hiperactividad, o sancionados porque tienen mala conducta. ¿Cómo lo analiza?Los llamados trastornos o déficits de atención -conocidos por sus siglas TDA o TDAH- son consecuencias de una educación que no supo adaptarse a estos niños que tienen un metabolismo muy rápido, con más energía. Algunos niños incluso comen menos, pero con lo que consumen les rinde por muchas más horas y se duermen más tarde. Pero eso es sano, no hay que darle pastillas, sino que hay que cambiar los esquemas de enseñanza, ya que ellos están capacitados para hacer múltiples tareas al mismo tiempo, pero hoy el formato del aula les exige muchas horas de atención y se aburren.Al menos en la Argentina, el contexto educativo es complejo. Los docentes, además de tener bajos sueldos, andan de escuela en escuela y a veces ni siquiera tienen el apoyo de los padres. ¿Es posible lograr estos cambios que usted promueve?Ésa es la pregunta del millón. Hay mucha presión sobre los profesores y el nivel de estrés ha crecido. Por ejemplo, en España, el 60% del ausentismo del profesor es por estrés, disfonía, depresión. A su vez, ha aumentado el suicidio en jóvenes y la depresión infantil. Eso configura un panorama de malestar y eso se está dando en todo el mundo. Es algo muy evidente que se está analizando desde diferentes disciplinas: antropología, pedagogía, neurología, psicología.¿Qué consejo da a los docentes entonces?Sabemos que no son tiempos fáciles, pero lo que le rogamos a los profesores es que se relajen, que incorporen algunas técnicas de respiración. Y que no lo tomen como algo personal, porque no es que estén haciendo mal su clase, simplemente los chicos han cambiado y también la tecnología.Una propuesta es que el aula sea un laboratorio, donde los estudiantes puedan experimentar, buscar en Internet, compartir la información, trabajar en base a proyectos.Propone un cambio en el rol del docente, que el maestro pase a ser el guía y no el centro de la clase. ¿Esto a su vez podrá aliviarle esta sobrecarga de presión que hoy tiene?Sí. Es una propuesta
más horizontal y participativa, y que no piensen que van a perder la autoridad de la clase, porque el profesor debe estar allí acompañando. Pero las propuestas que les hacemos a los docentes es que, por ejemplo, le pidan a los estudiantes que preparen y expliquen un tema y den una clase. De esa forma, a la vez que el estudiante explica a sus compañeros, reforzará los conocimientos…Sí. Y también aconsejamos por ejemplo, que trabajen en el aula en equipos de dos, tres o cuatro estudiantes. De forma dinámica ir resolviendo y aprendiendo: pueden aprender palabras en inglés haciendo una receta de una torta, o construir una maqueta de una molécula, buscan las partes en Internet o con sus celulares. También pueden pasar una película sobre un tema determinado o pedir a un padre que venga a contar lo que sabe hacer, su profesión.Este programa de “Pedagooogía 3000” propone varias fases…Sí. Es un proceso que dura unos 50 años. Hablamos de una etapa de emergencia que comenzó hace diez años, luego una etapa de transición y luego una fase de sociomultiplicación.Ahora estamos en la etapa de transición. Nosotros sostenemos que toda la sociedad está involucrada en la educación, dentro y fuera de las escuela, en todas las áreas, padres, familias, empresa, municipio.Por lo que señala, no hay una fórmula infalible sobre cómo debiera ser esta nueva pedagogía…Creemos que la única fórmula es la acción, en base a la información actualizada sobre los niños y buscando siempre ser muy perceptivos, ir aplicando algunas propuestas en el aula. En todas partes del planeta se han comenzado con los cambios con diferentes estrategias educativas en casa y en las escuelas. Es una cocreación colectiva de una nueva educación.No hay fórmulas pero sí podemos afirmar que lo único que no está bien es no hacer nada.





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