COLONIA WANDA. Este municipio, capital provincial de las piedras preciosas, se encuentra a 50 kilómetros de Puerto Iguazú. Mucho del turismo que concurre a Cataratas suele tener, como segundo destino, una visita a esta localidad, donde recorren establecimientos mineros y hay varios hospedajes disponibles con la esperanza de aprovechar el “derrame” turístico. El municipio ha crecido como muchos pueblos del interior misionero: de forma desordenada y sin los servicios básicos garantizados para la población en general, hay barrios sin calles, sin agua ni luz y sin ningún tipo de asistencia estatal.Vivir marginadosEl barrio Nueva Argentina padece precisamente estas carencias. PRIMERA EDICIÓN se acercó hasta allí y dialogó con algunos habitantes. El grado de abandono en que viven es, por lo menos, alarmante: precarias casillas de restos de madera con techos de plástico, ciudadanos nacidos en el pueblo que son indocumentados, niños con discapacidades sin ningún tipo de asistencia. Los derechos humanos básicos son aquí una utopía.Dominga Medina tiene 59 años, vive en una casilla de tablas, piso de tierra y techo de plástico. Es hija de un pionero y vivió allí toda su vida. Es una de las víctimas del abandono estatal: “Yo soy nacida y criada acá. Mi padre, Hilario Medina, es pionero, fundador de este pueblo; él desmontó a hacha este lugar para que empiece a poblarse”, expresó Dominga. “También fue aquí donde crié a mis hijos, que son parte del pueblo, son fuerza de trabajo que contribuyó y contribuye”.Dominga, tiempo atrás sufrió un derrame. Al no haber calles, tuvo que ser llevada alzada por vecinos unos doscientos metros hasta llegar a un lugar donde pudo subirse a un remís: “Mis hijos tarefean y me traen comida, yo después del derrame no pude trabajar, muchas veces también tengo que pedirles plata para poder comprar remedios, estoy totalmente abandonada. Acá no llegan los promotores de salud, no llega Acción Social, no llega nadie. Un montón de veces me fui a la Municipalidad a pedir aunque sea que colaboren para poder hacerme una casa digna, un techo de cartón para que cuando llueva no se me mojen las pocas cositas que tengo, pero siempre me dicen que no pueden, que no tienen cómo, y además que la Presidenta no lo permite. Yo no creo que sea cierto, pero Jorge Frowein, el intendente, nos miente siempre”.En el barrio no hay salas de atención primaria, no llegan promotores de salud, no recorre el lugar Acción Social; no hay presencia estatal, sólo abandono y promesas incumplidas. “En la última campaña me visitaron para que me haga una pensión. Hice todo, pero me dicen que no llega. De vez en cuando (cada mes o dos meses) me dan 300 pesos y con eso tengo que arreglarme, mis remedios cuestan 270, ¿cómo quieren que haga?”, se preguntó Dominga.“Mis hijos dejaron la escuela para tarefear si no, no comemos”“No tenemos ningún apoyo, en nuestras casas invade el agua. Ellos vienen, filman y se van, nunca hacen nada”, explicó Graciela, madre de cuatro hijos, uno de ellos discapacitado. “Cuando le pedimos que traigan aunque sea refugo o costeros para tratar de mejorar un poco la casita, nos cobran”. Graciela no percibe asignación universal por ninguno de sus hijos, ni pensión por su hija con microcefalia, porque a pesar de ser nacida y criada en Colonia Wanda, no tiene documentos.“El intendente nunca está y no se puede hablar con él”, explicó Graciela, “te dicen que atiende los martes y jueves pero cuando vas no está, o te dicen que no está, pero está, como me pasó una vez”, prosiguió indignada.“Nosotros somos los pobres del pueblo y a él no le interesa, en el municipio hay plata porque vemos que muchos que no necesitan reciben cosas, hay gente que tiene casa y le dan otra de Iprodha, y a nosotros ni siquiera nos pueden ayudar con unos cartones para que no llueva adentro”.Para finalizar, describió: “yo trabajo por día y así mantengo a mi familia, no cobro asignación ni nada, y cuando no tengo ni para comer y voy a pedir ayuda para que me den, aunque sea una orden de mercadería, me dicen que no. Mis hijos tuvieron que dejar la escuela para ir a tarefear o hacer changas, porque si no, no comemos. Claro, como no tengo documento, no voto, entonces no les importo. Lo único que les interesa son los votos para seguir en el poder, no la gente”, consignó. El barrio Nueva Argentina, en el municipio de las piedras preciosas, está abandonado. Sus habitantes se encuentran vulnerados por la inacción estatal que parece medir con vara electoral y no humana la calidad de vida de sus habitantes. Lo que pasa en este barrio es sólo una muestra de lo que padece el interior misionero, en pueblos y colonias.




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