“Qué lástima que tengas que matar a alguien para que reacciones, manejes con precaución, te pongas el cinturón y nunca atiendas el celular”, le dice María Elena Magri a sus amigos y conocidos. Asume que puede sonar un tanto cruda esta forma de llamar a la reflexión, pero hace tres años, la muerte de su hijo Lautaro en un terrible choque en la ruta nacional 12 y avenida Jauretche la llevó a comprometerse y promover la importancia vital de construir una convivencia vial menos agresiva y más segura para todos los ciudadanos.En julio de 2011 trajo a Misiones la campaña nacional de concientización vial “Estrellas Amarillas”, creada en Córdoba por Julio Ambrossio tras perder a su hija Laura Cristina. “La base es el amor al prójimo”, sostienen desde esta fundación. Y, por supuesto, el respeto a las reglas de tránsito, que se han establecido por ley justamente para evitar que más personas sigan muriendo en las calles y rutas. Hasta el momento Estrellas Amarillas Posadas (con ese nombre figura en Facebook) ha pintado 40 estrellas en el asfalto, señalando el lugar donde fallecieron niños, adolescentes y adultos. Además, se han creado grupos en Wanda y Puerto Esperanza y se están gestando en Campo Viera y Apóstoles.María Elena también brinda charlas en escuelas de Posadas y el año pasado participó contando su experiencia a los aspirantes a sacar el carnet de conducir en el autódromo posadeño.“A los adolescentes que van a sacar el carnet por primera vez les cuento la tragedia que vivimos en mi familia, les muestro fotos de Lauti, contando sobre su infancia y sus sueños. Y les muestro las notas de los diarios donde cuentan de su muerte y la muerte de otro de los chicos que iba en el auto y que murió tras siete meses de agonía. Les cuento que las pericias demostraron que el auto iba a 140 (kilómetros por hora) y que el conductor (de 19 años) había bebido alcohol”, contó. ¿Sentís que sirve lo que estás haciendo?Es muy difícil y creo que va a llevar mucho tiempo. Porque como ciudadanos no tomamos conciencia de que todos estamos expuestos de la misma manera. Como dice Ambrossio: “Nadie tiene un certificado de que no le va a pasar” y por eso todos somos responsables de hacer nuestro aporte para que las muertes por tránsito no sigan creciendo, respetando las velocidades máximas, no pasar en rojo, como peatón cruzando por la senda peatonal y como automovilista, dejando la senda y rampas libres, ya que por ley el peatón tiene prioridad. Esta campaña parte del amor al prójimo, para que la vía pública sea más segura para todos.Y para eso se debe conocer y cumplir lo que dice la ley… En las charlas para sacar el carnet por ahí se escucha muy seguido que la culpa de las fallas del tránsito son porque no hay agentes controlando. Pero yo como ciudadana, como adulta responsable, no necesito al agente de tránsito que me esté diciendo en cada esquina que me ponga el cinturón, si sé que el cinturón me puede salvar la vida. Nuestra cultura es anti prevención, de la avivada, pero me parece que somos vivos pero no sé hasta qué punto.Más que “vivo”, al no respetar, uno es egoísta pero no sólo con el peatón o automovilista que cruza enfrente sino también con la propia familia y seres queridos, porque si te pasa algo, ellos van a sufrirlo.Sí, lamentablemente creo que al que le tocó lo sabe y vivimos en un ritmo muy loco en que no tomamos realmente dimensión de los riesgos, hasta que te pasa o le pasa a un familiar cercano.Pero en cierto sentido, hay grupos y familias que, sin pasar por situaciones trágicas, están tomando conciencia…Sí. La idea no es que las personas se sumen a medida que se vayan muriendo sus familiares, sino antes. Y eso está pasando. En el grupo de Wanda, por ejemplo, hay padres que no perdieron un hijo pero se interesan en colaborar, sumarse para prevenir. Y hay algo que es cierto: cuando a mí me llaman para pintar la estrella, siento que ya es tarde. Y por otro lado, así como muchas personas toman conciencia de los riesgos de tránsito, también hay quienes no recapacitan ni siquiera luego de vivir esas experiencias tan traumáticas…Bueno, es muy lamentable eso. En el choque en el que murió mi hijo hay dos sobrevivientes, entre ellos el conductor. Y lo lamentable es que, si bien la condena fue de siete años de inhabilitación para manejar, él tiene carnet y maneja. Y pasaron sólo tres años del hecho. Es muy indignante y eso revela que algo no está funcionando bien ni en las instituciones del Estado ni en la sociedad. Lamento mucho esto y pienso que ese chico va a tener que matar al hijo de otra persona para que alguien se decida a sacarle el carnet. Lamentablemente tampoco él es el único infractor… Hay cosas que realmente no puedo creer: existe un grupo de Whatsapp para pasarse el dato de los lugares donde hay controles de tránsito. Entonces salen a la noche, toman alcohol y luego evitan esos lugares. He visto a un padre preocupado por avisarle a su hijo dónde estaban los controles, o sea, una complicidad total, que no ayuda en nada, al contrario, si querés cuidar a tu hijo, asegurate de que si sale con el auto, que no tome alcohol. Como si cayera un avión cada semanaUn avión de aerolínea francesa cayó la semana pasada en Mali. Murieron 110 personas. La noticia generó un shock internacional y en Francia se decretaron tres días de duelo.Pero cabe pensar que en Argentina, 140 personas mueren cada semana producto de siniestros de tránsito, es decir, los mal llamados “accidentes”.“Es como si cayera un avión cada semana. Es una cifra muy alta”, señaló a PRIMERA EDICIÓN el doctor Germán Fernández, jefe de Emergentología del hospital Fernández de Capital Federal (foto), en una visita a Misiones para brindar charlas de concientización vial en escuelas junto a Osde.“Veinte muertos por día es una cifra tremenda. Pero recordemos que por cada muerto, hay al menos diez heridos graves que necesitan internación y un 50% quedará con secuelas permanentes”, resaltó.Sobre las causas predominantes, Fernández indicó que “en la Argentina se calcula que en la mitad de los siniestros las personas habían ingerido alcohol”.Según Fernández, el consumo de alcohol por parte de los jóvenes es creciente y predomina los fines de semana: “Lo que vemos es que la gente joven ha ligado la diversión al alcoholismo. Pero es importante que en las familias, en las escuelas, en todos lados, los ayudemos a comprender que el alcohol y la diversión no tienen nada que ver. Y por supuesto remarcar dos consejos: ‘Si bebi&am
p;oacute;, no conduzca’, y ‘si bebió no se suba al coche de alguien que conduzca alcoholizado’, porque ese es un pase seguro a la muerte”.





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