POSADAS. Las muestras genéticas halladas en la escena de la Masacre de Panambí son varias, y tal como anticipó en forma exclusiva PRIMERA EDICIÓN, apuntan al exprefecturiano Pablo Julio Paz (51) y a Juan Ramón Godoy (44), el propietario del VW Bora que fue visto el pasado 25 de mayo cerca de la escena del cuádruple crimen. Ambos acusados se encuentran detenidos junto a otros dos sospechosos, y desde el comienzo de la investigación fueron los más comprometidos en la causa. Aquella fatídica jornada en que se festejaba en todo el país un día patrio, fueron atacados mortalmente Carlos Knack (43) y su esposa Graciela Mojsiuk (45), como así también sus hijos Bianca (12) y Cristian (25).A la chiquita le ocasionaron severas lesiones a modo de tortura antes de quemarla viva junto a su familia, mientras que Cristian agonizó durante varios días con severas quemaduras. No obstante, éste último antes de morir logró identificar al ex integrante de Prefectura como asiduo visitante al aserradero y que era un hombre que tuvo un altercado con su padre. De acuerdo a la investigación, la matanza sin precedentes en la historia criminal de Misiones, por sus aberrantes características, fue por el robo 360 mil pesos que habían cobrado los Knack, producto de su actividad como madereros en Panambí. Hasta el momento no se pudo establecer de qué manera los asesinos pudieron saber de la existencia de esa suma en el interior de la vivienda de la familia Knack, ubicado a un costado de la ruta provincial 5. La hipótesis del entregador para muchos de los pesquisas no es descabellada. Los otros dos detenidos en averiguación del demencial cuádruple crimen, son un mecánico chapista, identificado como Marcial Alegre (45), y un suboficial del Ejército Argentino, Rubén Bueno (52), quien al parecer conducía el camión en que el exprefecturiano solía visitar el aserradero de la familia Knack. Cabe recordar que unas 48 horas después del hecho y alertados por un llamado anónimo efectuado de un telecentro ubicado en Leandro N. Alem, fueron apresados en la localidad de San Javier el exprefecturiano Paz y el dueño de VW Bora, Godoy. Nueve días después fue capturado en Garupá el chapista Marcial Alegre. Al avanzar la investigación fueron imputados por la jueza que sigue la causa por el cuádruple homicidio. En el taller de Alegre fue incautada una gran cantidad de armas de guerra y granadas, además de pasamontañas. Los resultados de las pericias y testimonios comenzaron a cerrar el círculo en torno al exprefecturiano, teniendo en cuenta que encontraron sus huellas digitales en la escena de la masacre. Por si fuera poco, dos de los hijos de la pareja masacrada, Carlos “Nano” Knack (20) y el fallecido Cristian, coincidieron al declarar que “el ex integrante de Prefectura tenía negocios con su padre, que iba a la vivienda y le vendía machimbre”, pero que se cortó dicha relación comercial “porque era ‘meloso’ con la madre”. Tal como publicó en su edición de ayer este Diario, el ‘ de Paz y Godoy apareció en una barra de hierro, incautada en la construcción ubicada a la vera de la ruta 5, y en ropas. No trascendió aún si esas vestimentas pertenecían a las víctimas o a los detenidos. Las notificaciones a las partes se realizarán entre mañana y el martes Los resultados de las pruebas de ADN en la causa Knack, efectuadas en un laboratorio de Capital Federal, tal como adelantó este Diario, fueron recepcionadas el pasado viernes en el Juzgado de Instrucción 1 de Oberá, a cargo de la magistrada Alba Kunzmann de Gauchat. En ese sentido se supo que estas nuevas evidencias, que se incorporaron al voluminoso expediente, serán notificadas a las partes, es decir los abogados defensores de los cuatro imputados y la fiscalía, en el transcurso de mañana a más tardar el martes próximo. Vale recordar que estos análisis y sus posteriores resultados surgieron del cotejo de los hisopados bucales de los cuatro acusados y de los cabellos que fueron levantados del pasamontañas que los asesinos abandonaron en la escena donde se inició el múltiple crimen. Es una prueba fundamental para los investigadores, quienes trabajan con el objetivo de establecer y confirmar las vinculaciones de los imputados entre sí. En ese sentido fue clave además lo que resultó de la pericia o entrecruzamiento telefónico que se hizo entre los sospechosos, lo que determinó que hablaron entre sí al menos tres de ellos previo a conocerse el terrible hecho. Prima facie, esta evidencia complica también al exprefecturiano (Paz) al chapista paraguayo nacionalizado argentino (Alegre) y al dueño del VW Bora (Godoy), tal como se publicó en su momento. Según pudo averiguar este Diario, en las próximas horas los representantes legales de los imputados, sobre todo de Bueno, el suboficial del Ejército Argentino; y del mecánico Alegre avanzarán con el planteo de excarcelación para sus defendidos. Uno de los letrados podría pedir la nulidad de la llamada telefónica, efectuada en forma anónima a la comisaría de Panambí, que orientó la investigación hacia los cuatro detenidos en San Javier. Lo que es un hecho es que para la mencionada magistrada, existen varios indicios de peso como para resolver la prisión preventiva de los cuatro imputados, como lo establece el nuevo Código Procesal Penal. El cotejo genético, la madre de todas las pruebas En los pasillos judiciales se dijo durante mucho tiempo que la confesión de un sospechoso es la madre de todas las pruebas. Pero en los tiempos que corren esta opinión se fue modificando, y la ciencia irrumpió para que sea la prueba de ADN. Como ahora sucede en la investigación por el cuádruple homicidio en Panambí, es considerado actualmente una prueba de certeza para la Justicia. En Misiones son varios los ADN que permitieron a los magistrados resolver la situación de los acusados. Un hecho reciente, por su trascendencia e impacto que tuvo en la sociedad, fue el asesinato de Angélica Ramírez (14). La adolescente fue ultimada a golpes y su cuerpo abandonado a un costado de la avenida Pionero Kuhn, en Puerto Rico, el 27 de septiembre de 2012. El panadero, Francisco Bourscheid fue detenido como sospechoso y fue determinante el trabajo de la Policía Científica. Los peritos hallaron una mancha de sangre en una zapatilla del acusado, que fue coincidente con el patrón genético de la víctima.Aún más reciente resulta la prueba que puede terminar de cerrar el círculo sobre los principales imputados en el marco de la investigaci&oa
cute;n por el crimen de Carlos Raúl Guirula (30), perpetrado en Posadas. A los nueve sospechosos -todos policías y actualmente detenidos- se le tomaron muestras genéticas que serán cotejadas con restos de cabello hallados en una de las manos de la víctima.Dichos resultados podrían conocerse en el transcurso de esta semana.





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