SAN PEDRO. El paro de los madereros en esta localidad puso de manifiesto para algunos “la mala política que lleva adelante el Gobierno provincial hacia el sector”, lo que a su vez habría llevado al cierre de unos treinta aserraderos en la zona, con la pérdida de más de 1.200 puestos de trabajo. La presión impositiva de la Nación y de la Provincia, la inflación y la burocracia para dar los permisos fueron y siguen siendo los principales motivos de esos cierres. Para fin de año si no se corrige esta política, puede cerrar “la mitad de los treinta que funcionan en la actualidad”, advirtieron desde el sector.La maderera es la actividad más importante en las zonas centro y nordeste de Misiones. Los bosques nativos dieron el impulso para que se originaran los poblados y que luego se transformaran en ciudades. Luego, las actividades agropecuarias le dieron el desenlace definitivo. Hoy la madera nativa se está terminando y las forestaciones de maderas implantadas no son suficientes para suplantar la actividad maderera autóctona.La zona de San Vicente, San Pedro y todo el nordeste misionero no tienen suficiente reforestación como para reemplazar a la madera nativa. Mucho del pino que hay en la zona tiene destino a las grandes papeleras que tiene la provincia en el Alto Paraná.San Pedro tiene más de un siglo de vida y hasta ahora la madera fue por excelencia la que marcó el rumbo económico de la localidad. Pero en los últimos seis años se cerraron más de treinta aserraderos de pequeño y gran porte. De ello se derivó la pérdida de trabajo de más de 1.200 personas. El presidente de la Cámara de Madereros de San Pedro, Lázaro Gómez, reveló en declaraciones a PRIMERA EDICIÓN que “casi el 50% de los aserraderos se cerró desde hace seis años para acá. Ya no es viable hacer un trabajo donde hay mucha exigencia, presión fiscal, muchas vueltas de Ecología para dar guías. Nosotros estamos desarmados. Acá más de mil personas quedaron sin trabajo en ese tiempo, algunos fueron absorbidos por el trabajo en la yerba mate o tienen subsidios del Gobierno”.Pero los pronósticos no son alentadores para la ciudad más antigua de esa parte de Misiones. Gómez aseguró que “si esto sigue así, para fin de año, de los treinta aserraderos que hoy están funcionando, seguramente más de la mitad va a tener que cerrar”. Actualmente son aproximadamente 1.500 personas las que trabajan en la actividad maderera y la mitad puede quedar sin empleo.El presidente de la Cámara de Madereros de esa ciudad fue claro: “Si no tenemos la posibilidad de tercerizar alguna tarea, o no tenemos rebajas en algunos impuestos, la carga impositiva hace difícil que podamos seguir trabajando. Desde hace unos cuatro o cinco años los impuestos se vienen incrementando. Cada vez son más altos y nosotros debemos absorberlos. Los impuestos de Rentas nadie los reconoce afuera de la provincia. Es un tasa de acá y a los compradores de madera de otras provincias no les interesa”.“También la inflación de estos últimos años nos perjudica. Nosotros, los chiquitos, mandamos una carga de madera y tenemos que cobrar en 30, 60 o 90 días, y cuando cobramos ya no nos rinde igual. De otra manera no podemos vender. Un empresario grande a lo mejor puede vender y arreglarse pero nosotros no”, aclaro Lázaro Gómez.Los problemas que hacen que se agrave más la situación de los madereros tienen que ver con que los trámites en el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables son muy largos y muchas veces son trabados por la burocracia del Estado. Según el maderero, “hay carpetas que están hace dos años en las oficinas de Ecología en Posadas para ser aprobadas y no salen; cuando uno va a ver por qué, te sacan de un cajón allá abajo y te dicen que falta algo más. Tenés que volver a San Pedro a conseguir el papel para volver a retomar la gestión. Eso lo hacen para cansar al maderero. Los que cerraron sus aserraderos lo hicieron porque se cansaron antes que nosotros”, protestó.El cierre de “Tierra Colorada”Otro tema que preocupa a los madereros es el cierre de la Cooperativa de Trabajo Tierra Colorada, por parte del Estado, hace un año y medio. La mayoría de los aserraderos de San Pedro tenía a sus trabajadores fichados como prestadores de servicios tercerizados por esa entidad. Muchos de esos aserraderos fueron multados con más de dos millones de pesos por tener trabajadores sin aportes.En este sentido, Gómez apuntó que “el cierre de la Cooperativa Tierra Colorada nos perjudicó. Nosotros teníamos a nuestros trabajadores fichados en esa cooperativa y teníamos convenios firmados como correspondía. Para el Estado eso era evadir aportes laborales y nos aplicaron multas según la cantidad de años que estaban trabajando con la entidad. Algunos (pagaron) 400 mil o 500 mil pesos, pero a otros la multa llegó a dos millones y pico”.El titular de la Cámara de Madereros de San Pedro afirmó que “esa cooperativa trabajaba con empresas de casi todo el país, hasta hacía convenios con algunas municipalidades. Los empleados tenían su obra social, recibían sus ropas e indumentarias y tenían todos los beneficios. Ellos eran fichados como monotributistas y pagaban un impuesto bajo. Una empresa, para tener un empleado con todos los aportes, tiene que pagar más del 60% de lo que cobra el trabajador al Estado como impuestos. Es imposible absorber si tenemos muchos empleados. Nosotros propusimos que a una empresa chica se le dé el beneficio de pagar un monto más bajo como un monotributo, pero hasta ahora nunca nos tuvieron en cuenta. Nosotros acá hacemos patria, estamos en la frontera y nadie nos reconoce eso”, lamentó.




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