BRUSELAS, Bélgica (Diario El País, España). La austeridad acaba de provocar sendas crisis en Francia y en Austria; en otros países, como Grecia, se avecina tormenta. La recuperación económica que parecía afianzarse era un espejismo; una ilusión. Europa tiene a sus puertas un conflicto que parece una guerra, suena como una guerra y mata como una guerra. Ante ese horizonte atiborrado de potenciales complicaciones, Bruselas abrió ayer el curso político europeo con una cumbre importante, en la que se decidió la cúpula que lidiará los cinco próximos años con esos y otros desafíos. El primer ministro polaco, Donald Tusk, presidirá el Consejo Europeo, que representa a los Veintiocho (miembros de la Unión) y está dominado por Alemania desde el inicio de la crisis. La socialdemócrata italiana Federica Mogherini será la alta representante para la política exterior. Y los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) darán un nuevo mandato a la Comisión Europea, con su presidente Jean-Claude Juncker presente ya en todas las reuniones, para que estudie nuevas sanciones contra Rusia, según explicaron fuentes europeas. A la cumbre fue invitado el presidente ucraniano, Petro Poroshenko. En adelante, si sigue la escalada, Bruselas ampliará las medidas financieras contra Rusia o la lista de sancionados.Los nombramientos son un titánico juego de equilibrios: político, geográfico y de género. El combo Tusk-Mogherini resuelve varios problemas: da relevancia al Este y al Sur, a un hombre y a una mujer, a la familia de los populares y a los socialdemócratas, a un país muy crítico con Rusia y a otro más dialogante. Para suceder a Catherine Ashton en la diplomacia europea, Mogherini, criticada en Europa Oriental por su displicencia con Rusia y su notoria inexperiencia, dificulta la necesidad de darle vuelo a un cargo que perdió lustre desde la salida de Javier Solana.Fuera de la agenda de la cumbre queda el análisis de la situación económica europea. Según un borrador de conclusiones al que tuvo acceso este diario, los líderes de los países de la eurozona pospondrán la revisión de la estrategia comunitaria sobre crecimiento, inversión y empleo hasta el 7 de octubre, cuando Italia -que ostenta la presidencia de turno de la Unión- acogerá una cumbre específica a petición de los líderes socialdemócratas, con Hollande y Renzi a la cabeza. En esa cita los jefes de Estado y de Gobierno de los 18 miembros de la eurozona centrarán sus esfuerzos, siempre según este documento preliminar, en la búsqueda de soluciones para atajar el desempleo galopante en el sur de Europa. “Los últimos datos económicos confirman que la recuperación en la zona euro es débil, la inflación excepcionalmente baja y el desempleo, inaceptablemente alto”, se lee en un borrador que se convierte en el primer reconocimiento público de los países del euro sobre la fragilidad de la reciente mejoría.Sanciones a RusiaMás allá de los nombramientos, los líderes de los Veintiocho sopesarán una respuesta a la crisis abierta en Ucrania. Poroshenko viajó expresamente a Bruselas para solicitar a la UE “más sanciones” sobre Moscú tras el despliegue de tropas rusas en territorio ucranio, confirmado el viernes por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Cabe recordar que la UE ya decretó, en un movimiento coordinado con Estados Unidos, un embargo de selectivo sobre los sectores financiero, energético y militar, así como la prohibición de entrada en su territorio a destacados dirigentes del entorno del presidente ruso, Vladimir Putin, y la congelación de activos de decenas de compañías estatales.Tras reunirse con Poroshenko, el todavía presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, subrayó que la UE está preparada para “endurecer” las sanciones contra Rusia, pero recalcó la necesidad de un acuerdo político para poner fin a la confrontación en el este de Ucrania. “No tiene sentido volver a una nueva Guerra Fría. Iría en detrimento de los intereses de toda Europa”, señaló. Pese a que el viernes el presidente del Ejecutivo comunitario había pedido que se mantuvieran abiertos todos los cauces para el diálogo, Barroso dejó entrever que su equipo trabaja en un borrador que ofrezca una “amplia gama” de opciones para que los Estados miembros decidan. “Espero que los líderes europeos estén preparados para una nueva ronda de sanciones tras el reciente aumento de la tensión y desestabilización en Ucrania. La situación es muy seria, diría que casi dramática: si la escalada continúa, se puede llegar a un punto de no retorno”, advirtió.En esta línea, el presidente francés, François Hollande, afirmó que “sin duda” se decidirá aumentar las sanciones. “Lo que está ocurriendo en Ucrania es tan serio que estamos obligados a actuar. Las sanciones serán aumentadas”, declaró en París poco antes de emprender viaje a la capital comunitaria (Bruselas). La presidenta de Lituania -uno de los países que más se pronunció contra la actitud del Gobierno de Putin desde el inicio de las hostilidades entre rebeldes prorrusos y oficiales del ejército ucranio, hace cuatro meses-, Dalia Grybauskaité, ha señalado a su llegada a la cumbre que Rusia está “prácticamente en guerra contra Europa” y pidió el envío urgente de material militar a Ucrania, algo que hoy no está sobre la mesa.





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