MISSOURI, Estados Unidos (Agencias y diarios digitales). Ni el despliegue de la Guardia Nacional, ni el llamado a la serenidad del presidente Barack Obama consiguen sofocar los ánimos de revuelta en Ferguson, Missouri, convertido en campo de batalla del odio racial que se enquistó en el corazón de esa comunidad del medio oeste, con resonancias a nivel nacional.Al adentrarse en su segunda semana de protestas e incidentes, la ciudad se vio nuevamente sacudida por los encontronazos entre manifestantes y fuerzas de seguridad con un saldo de dos civiles heridos de bala, que no fueron disparadas por la policía, y 78 detenidos. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) condenó en tanto el arresto de al menos 11 periodistas desde el pasado sábado que se encontraban en Ferguson.Al ambiente de caos y confusión se sumó el martes la muerte de otro joven de 23 años que fue abatido por la policía de San Luis. Según el jefe del Departamento de Policía de esa ciudad, el joven había robado un par de bebidas energizantes de una tienda y al salir se enfrentó con la policía, que le disparó al negarse a soltar el arma y entregarse.El incidente se convirtió en una muestra más del enojo y frustración de la comunidad afroamericana en la localidad de Ferguson, que representa el 70% de la población local, y dejaba en evidencia la incapacidad de las autoridades locales y la impotencia de las autoridades estatales y federales. A ello se suma, la aparición de grupos que llegaron de fuera y que, según los testimonios de la policía estatal y la versión de líderes comunitarios, entraron en escena para complicar aún más la labor de las autoridades locales y federales para sofocar la revuelta.En un intento por evitar que la amenaza de estallido vaya más allá, el fiscal general, Eric Holder, inició ayer una visita de trabajo a Ferguson para conocer los avances de las investigaciones a cargo del FBI. El capitán de la Patrulla Estatal de Caminos, Ron Johnson, hizo un llamado a los líderes de la comunidad para que inviten a los que se manifiestan pacíficamente durante el día a retirarse a sus hogares por la noche para evitar que grupos ajenos aprovechen la confusión para atizar el ambiente de caos y revuelta.Fuentes de la Casa Blanca confirmaron que el presidente valoraba incluso la posibilidad de trasladarse a Ferguson; sin embargo, el temor a un ambiente inestable desaconsejó la visita del presidente en el corto plazo, por lo que no se concretaría antes de la gira de trabajo que realizará del 2 al 5 de septiembre a Estonia y al Reino Unido.Fuentes del Departamento de Justicia indican que la presencia de Obama en Ferguson podría resultar contraproducente, luego de que Holder prometió que “se preservará la integridad de la investigación” de cualquier presión o influencia. En este sentido, los responsables de la investigación federal informaron que habían concluido con la autopsia de Michael Brown, el joven negro de 18 años que fue abatido el pasado día 9 por un policía blanco. El Departamento de Justicia advirtió que los resultados no se harán públicos hasta que concluya la investigación abierta por la presunta violación de los derechos civiles de la víctima.En este marco, el Pew Research Center reportó que 80% de los afroestadounidenses consideran que los disturbios de los últimos 10 días han sacado a flote los problemas de discriminación racial. Sin embargo, según el mismo sondeo, sólo 37% de ciudadanos de raza blanca coinciden con esta opinión.





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