CANDELARIA. Escurridizo. Ésa es la mejor definición para Valdir Severo Martins (43), un preso brasilero que se fugó el último domingo de la cárcel de Candelaria. Es que no fue la primera vez: en octubre de 2012 había huido de una cárcel de su país, donde purgaba una condena por homicidio y varios robos, para no regresar jamás. Esta vez, sí fue recapturado a pocos metros de la colonia penal misionera.Las seis horas en libertad de Martins comenzaron cerca de las 16.45 del domingo en la UP-17 del Servicio Penitenciario Federal, en Candelaria, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN en base a sus fuentes.Al parecer, el interno aprovechó el final del horario de visitas para entremezclarse entre la gente y alcanzar el primer cerco perimetral, que eludió en cuestión de segundos. Cuando trepaba el segundo y último tejido fue avistado por los penitenciarios de guardia, quienes dispararon al aire para amedrentarlo e intentaron detenerlo, pero ya era imposible.Martins escapó a la carrera hacia un monte cercano a la unidad carcelaria. Enseguida, casi un centenar de penitenciarios rodeó la zona de espesa vegetación, en colaboración con una decena de policías de la comisaría de Candelaria. Los uniformados estaban seguros de que el interno no había podido quebrar ese “anillo”.Y efectivamente, así fue. Lentamente comenzaron a acortar distancias hasta que, alrededor de las 23, Martins finalmente fue detenido. Estaba escondido en un matorral, a poco más de 200 metros de la cárcel, esperando un golpe de suerte que no llegó.“Maestro” de la fugaEl preso brasilero llegó a la cárcel federal a fines de abril de este año como responsable por el delito de “transporte de estupefacientes”, por el que cumple una condena que finalizará recién el 19 de septiembre de 2017. Sin embargo, su nombre es conocido en el ámbito delictivo provincial desde el año pasado.Martins se hizo “famoso”cuando fue detenido el 15 de marzo de 2013 en Leandro N. Alem junto a un exprefecturiano de 25 años, acusados de conformar una banda delictiva internacional que operaba en Misiones y también en Brasil. Para los investigadores, el brasilero era el líder de esa organización, acusada de numerosos robos y hasta de preparar el atraco a un banco de Alem.Cuando cayó, Valdir ya era buscado en su país, de donde también había escapado de prisión. Fue en octubre de 2012 en el Presídio Estadual de São Luiz Gonzaga, una localidad de 35 mil habitantes emplazada en el estado de Rio Grande do Sul, a poco más de 60 kilómetros de San Javier.En esa cárcel cumplía una larga condena por un crimen. Se ganó la confianza de los guardiacárceles y el respeto de sus compañeros. Uno de ellos, un argentino apodado “Negrón” que cumplía una pena por falsificación de dinero, fue quien lo “invitó” a delinquir en Misiones.Aquella tarde Martins vio la oportunidad y no la desperdició. Tal como hizo el último domingo, saltó las cercas y recuperó la libertad. Su paradero fue un misterio prácticamente durante casi medio año, hasta que la Policía de Misiones lo detuvo en un alojamiento de Alem. Junto a sus cómplices había cometido innumerables delitos en esa ciudad, San Javier, Oberá y el resto de la zona.La Justicia tramitó la extradición pero, explicaron las fuentes, las autoridades brasileñas no mostraron mucho interés. Al parecer, tras cumplir una corta pena por hurto, recuperó la libertad. Y el apego por el dinero fácil lo llevó nuevamente tras las rejas.Instructor de artes marciales y supuesto excomando de una fuerza de seguridad brasilera, al decir de algunos rumores, Martins volvió a sacar provecho de su agilidad para eludir los controles y salir de la cárcel. Volvió a sentir la libertad, pero le duró poco: en menos de seis horas regresó al mismo pabellón del que había escapado.





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