OBERÁ. Al menos tres de los cuatro imputados por su presunta vinculación con La masacre de Panambí mantuvieron comunicación telefónica el día en que se produjo el terrible episodio, que le costó la vida a Carlos Oscar Knack, su esposa Graciela Gladis Mojsiuk y los hijos del matrimonio, Bianca y Cristian.El dato surge del primer relevamiento o entrecruzamiento efectuado a los teléfonos del exprefecturiano Pablo Julio Paz, el mecánico Marcial Alegre y Juan Godoy.Al parecer, los contactos habrían ocurrido antes y después del aberrante episodio.Habrá que ver cuál es la reacción de los allegados a Godoy, que sostienen que tienen cómo probar que este hombre estuvo en San Javier cuando ocurría el asalto e incendio que desembocó en un cuádruple homicidio.Son los primeros datos de un trabajo arduo y minucioso llevado adelante por la Secretaría de Apoyo a Investigaciones Complejas (Saic), que encabeza el abogado Fernando Castelli.Resta aún el peritaje de unos 25 celulares, pertenecientes a los cuatro detenidos y a otras personas que podrían tener alguna vinculación con la causa.Como adelantara este Diario en su edición de ayer, para mañana está prevista la declaración testimonial de Carlos Emanuel Knack, más conocido entre sus allegados como “Nano”.El testimonio es esperado con suma expectativa por la Justicia y por los abogados de los acusados, sobre todo en lo que pueda aportar a la investigación.En su momento, “Nano” había manifestado sus sospechas hacia personas que nada tienen que ver con ninguno de los detenidos. Habrá que esperar para conocer si se mantiene en su tesitura o la cambia radicalmente. Testigos indicaron que fue premeditadoAl menos dos testigos declararon en sede judicial que los cuatro hombres que ingresaron encapuchados a la casa de la familia Knack, aquella fatídica tarde del 25 de mayo, actuaron con la decisión de los que planifican un hecho con anticipación.Ambos mantuvieron diálogos breves con las víctimas, cuando estas eran conducidas al hospital Samic de Oberá, y las escucharon decir que fueron rociadas con alcohol por los asesinos.Es más, una de ellas habría asegurado que llevaron mucho alcohol a la vivienda.Esta teoría confirmaría que se trató de un hecho premeditado, que los homicidas irrumpieron en la vivienda con la determinación de prender fuego a Carlos Knack, su esposa Graciela y los hijos de ambos, Bianca y Cristian.





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