POSADAS. Karina tiene 31 años y es madre de cuatro chicos. Vive con ellos en una casilla precaria hecha de madera, con un baño tipo letrina en la parte de afuera y con piso de tierra. Uno de los más pequeños sufre de alergias a los cambios de clima y este ambiente húmedo en el que viven le complica. “Lo tengo encerrado y no lo dejo ni salir al baño, porque no quiero que se me enferme”, contó a PRIMERA EDICIÓN.El caso de Karina es apenas uno entre las 46 familias que viven en el barrio Néstor Kirchner de Posadas a la espera de la construcción de sus casas de material, las que le prometieron cuando aceptaron mudarse desde el barrio Prosol 1 por las inundaciones que sufrían allí.Algo que siguen padeciendo ahora en este loteo sin servicios en el que viven, donde ellos mismos hicieron la conexión eléctrica porque no tienen ni alumbrado público. Es que todos los supuestos responsables se pasan la pelota: cuando llaman a Emsa para que vaya a colocar la luz en la calle para paliar la oscuridad total de la noche, ellos dicen que necesitan que la empresa que va a construir el loteo les avise. Cuando llaman a la empresa para que vaya a delimitar los terrenos, dicen que tienen que esperar el “ok” desde el Iprodha y hasta cierran la comunicación con un “suerte”, en lo que suena casi a broma. Entonces, nuevamente caen en el instituto habitacional, donde les dicen que los fondos de la Nación para construir las nuevas viviendas no están y llegaron a echar la culpa a los “fondos buitres”.La pelea por sus casasLa lucha de los vecinos viene desde hace tiempo. En enero llegaron al lote donde están viviendo ahora, bajo la promesa de que en tres meses comenzaría la construcción de sus casas de material. Como a los cinco meses no había novedades, decidieron acampar frente al Iprodha a la espera de una fecha de inicio de las obras. Esa fecha nunca llegó: en su lugar, les ofrecieron una página web donde podrían ingresar para ver el momento en que estén depositados los fondos. Pero resulta que a esa página nunca pudieron entrar, aunque lo intentaron, porque necesitan un código que nunca les dieron los responsables del instituto habitacional.Sumado a este panorama de constante incertidumbre, ahora la lluvia y el frío hicieron estragos en sus viviendas. “No podemos vivir con las camas de nuestros hijos enterradas en el barro, tenemos los baños afuera, no contamos ni con una salita en caso de que los chicos se enfermen, ya no podemos vivir así”, protestaron los vecinos cansados del abandono. Si la situación continúa, el plan es volver a acampar frente al Iprodha y enviar a gente a protestar directamente a la Nación. “‘No vengan, no queremos que pasen frío o se mojen’, nos dicen desde el Instituto, pero no tienen idea de cómo vivimos acá. Que vengan el Gobernador o (el titular del Iprodha, Santiago) Ros a ver cómo estamos; la mandan a ‘Titina’ Del Piano, que viene los días de sol y nos dice que sigamos esperando”, remarcaron.“Con nosotros se ahorraron plata porque no hicieron los trámites de la relocalización y ahora nos dicen que no hay fondos. Se nos están riendo en la cara”, finalizaron.





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