POSADAS y OBERÁ. A Orlando le amputaron recientemente la pierna derecha desde la cadera porque sufrió un gran traumatismo al ser atropellado por un automovilista que luego huyó. Para este hombre, con ese siniestro de tránsito comenzó una verdadera condena. Previo a la operación debió soportar escuchar a los mismos médicos diciendo que no sobreviviría. Pero sí lo hizo. Sólo que ahora debe sobrellevar su posoperatorio en una habitación abandonada y sucia del hospital Samic de Oberá.La cama en la que permanece, si bien es ortopédica, no se puede reclinar porque está rota. Debe hacer grandes esfuerzos para poder sentarse a comer. Para ir al baño sólo dispone de una silla de ruedas destrozada. No tiene familiares que lo ayuden y la presencia de enfermeros en la sala no es muy regular. “La suciedad alrededor de su cama es un fiel reflejo del hospital. Su cama no se reclina para poder almorzar, lo solicité (a los enfermeros) pero hicieron caso omiso; la silla de ruedas está destrozada y el olor que hay es indescriptible”, explicó a PRIMERA EDICIÓN Laura González Arroyo (40), fundadora y actual presidenta de la ONG Amputados sin fronteras (Asif), creada en 2010 en Capital Federal.“Él es un claro ejemplo de lo que sufre una persona con discapacidad. Hasta el momento nadie le informó sobre su derecho a tramitar el Certificado de Discapacidad (CUD), que es el documento que le permite acceder a las prestaciones médicas integrales como lo establece la Ley Nacional 24.901 y la 24.331”, señaló González Arroyo, quien hace algunos años -y a raíz de un siniestro de tránsito- sufrió amputación de una de sus piernas debajo de la rodilla y tiene prótesis de cadera.Sobre la situación que le toca vivir a Orlando y que día a día padecen muchas otras personas, la voluntaria indicó que “el hospital debería tener un asistente social que informe sobre el derecho de tramitar el CUD”. Asimismo, señaló la importancia de que los funcionarios a cargo de este trámite lleguen a los pacientes “ya que, justamente por haber sufrido amputaciones, se paralizan, no saben qué hacer y cualquier trámite se les dificulta mucho”.Cabe señalar que, paradójicamente, en el mismo hospital de Oberá -y según consta en el sitio web de Salud Pública- funciona una de las cinco Juntas Evaluadoras de Discapacidad de Misiones.Laura también visitó a pacientes amputados internados en el Hospital Escuela Dr Ramón Madariaga de Posadas. “Allí está internado un adulto mayor que también fue amputado y está hace tres meses esperando el resultado de un análisis. También tiene problemas de audición y no consigue que le gestionen uno. Está internado, ocupando una cama y en riesgo de contraer una infección intrahospitalaria”, indicó González Arroyo.Unidos en una red nacionalLa ONG Amputados sin Fronteras (Asif) fue fundada en 2010. Ya tiene voluntarios en Córdoba, Chaco, Tucumán, Río Negro y Mendoza. “La función principal de Asif es ayudar a personas que fueron amputadas por el motivo que sea: diabetes, traumatismo, siniestro de tránsito, o por malformación congénita. Los voluntarios los visitamos, les brindamos información, asesoramiento legal gratuito y por supuesto, también buscamos levantarles el ánimo, porque es muy difícil todo lo que implica ser amputado”, explicó Laura. Asif está organizando una jornada solidaria en Misiones con exhibiciones de fútbol y bicicleta realizado por personas con prótesis de piernas.Para contactarse pueden escribir a [email protected] o llamar al (011) 1569042435.





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